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Al-Zayani, Netanyahu, Trump y Al-Nahyan muestran los documentos firmados durante la ceremonia celebrada en la Casa Blanca. Foto: Efe | Vídeo: Atlas

EE UU, Israel, Emiratos y Baréin formalizan el nuevo eje anti Irán

La firma en Washington del acuerdo que normaliza la relación entre el Estado hebreo y las dos naciones árabes abre a Tel Aviv las puertas del Golfo

Mikel Ayestarán

Jerusalén

Martes, 15 de septiembre 2020

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. A Donald Trump no le gusta la palabra fracaso y ante la imposibilidad de avanzar en «el acuerdo del siglo» entre israelíes y palestinos o de formalizar su relación con Corea del Norte, ha encontrado su gran éxito diplomático en los 'Acuerdos Abraham' para «cambiar el rumbo de la historia y asistir al nacimiento de un nuevo Oriente Medio». El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, el ministro de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Abdulá bin Zayed al-Nahyan, y el titular de Exteriores de Baréin, Abdulatif bin Rashid al-Zayani, se dieron cita en la Casa Blanca para la firma de un acuerdo por el que establecen relaciones diplomáticas completas, abre las puertas del Golfo al Estado hebreo y refuerza el eje regional contra Irán. La república islámica como enemigo común es uno de los grandes nexos de unión entre los firmantes.

«Estamos en negociaciones muy avanzadas con otros cinco países árabes que quieren unirse a este círculo de paz», reveló el presidente estadounidense, que no quiso desvelar los nombres. Los medios israelíes apuntan a Omán y Marruecos como dos de ellos. Trump estuvo omnipresente en una ceremonia en la que hizo suyo el éxito de haber logrado el primer acuerdo diplomático que firma Israel con un país árabe en 26 años. En medio de la euforia del momento, el presidente se atrevió a anunciar que si gana las elecciones firmará también «un buen acuerdo» con Irán.

«No habríamos llegado a este momento histórico sin el firme liderazgo del presidente Trump y su capacitado equipo», señaló Netanyahu, quien hizo un paréntesis en la grave crisis sanitaria que sufre Israel para viajar a Washington. El coronavirus está fuera de control, con más de 5.000 contagios diarios, y el viernes el país entrará en un nuevo confinamiento general de al menos tres semanas para intentar contener la pandemia. Ante las críticas domésticas por sus escándalos de corrupción y la gestión del coronavirus, Netanyahu volvió a encontrar refugio en su política exterior de la mano de su gran aliado, Trump.

El primer ministro señaló en su discurso que la firma de la «paz» con esos dos emiratos del Golfo Pérsico «eventualmente se expandirá para incluir a otros Estados árabes y al final acabar con el conflicto árabe-israelí de una vez por todas». El analista del diario 'Haaretz' Anshel Pfeffer señaló en su cuenta de Twitter que «después de cuarenta años como diplomático y político Netanyahu ha intentado marginalizar y separar la causa palestina de la política regional de Israel. Ahora que finalmente lo consigue, el éxito le llega en un mal momento porque los israelíes están mucho más preocupados por el coronavirus».

Palestina, ausente

Emiratos y Baréin se convierten en el tercer y cuarto país árabe, respectivamente, que establecen relaciones diplomáticas con Israel, después de Egipto (1979) y Jordania (1994), una situación que ha generado profundo malestar entre las autoridades palestinas, que se sienten traicionadas.

Las alusiones al conflicto palestino israelí fueron escasas en los discursos de los dos representantes árabes. Abdulá bin Zayed agradeció a Netanyahu su decisión de «detener la anexión» de Cisjordania y adelantó que «este acuerdo nos permitirá seguir defendiendo al pueblo palestino y hacer realidad su esperanza de un Estado independiente dentro de una región estable y próspera». Para Abdulatif bin Rashid al-Zayani, esta firma es «un paso histórico en el camino hacia una paz genuina y duradera» y pidió mantener viva «la solución de los dos Estados», en la que trabaja la diplomacia internacional desde hace décadas.

Esa «paz genuina» de la que habla el enviado de Baréin se recibió en los territorios palestinos con el 'Día del Rechazo Popular' y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) criticó a los dos Estados del Golfo por su «traición a Jerusalén y la causa palestina» con esta decisión que «supone un visto bueno para legitimar los crímenes de la ocupación». Desde Gaza se lanzaron varios proyectiles en el momento en que se firmaban los documentos en inglés, hebreo y árabe en la Casa Blanca. Los palestinos se han quedado solos, como se pudo comprobar en la cumbre de la Liga Árabe de hace una semana, que se abstuvo de aprobar una resolución de condena contra los acuerdos de normalización con Israel.

La ONU dio la bienvenida al acuerdo y el secretario general, António Guterres, espera que «los líderes israelíes y palestinos retomen unas negociaciones significativas que pongan fin a la ocupación». El Alto Representante de la Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Josep Borrell, manifestó también su satisfacción, pero recordó que «la paz y la seguridad requieren de un planteamiento regional e incluyente con una solución de dos Estados construida sobre los parámetros acordados a nivel internacional y el Derecho Internacional».

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