Tensión en las calles de Washington por el despliegue de la Guardia Nacional
La orden de Trump genera manifestaciones y enfrentamientos con los uniformados en la capital, donde defienden que «la seguridad se gana, no se impone mediante la intimidación»
Sean C. Dunn no se imaginó que su impulsivo gesto de lanzar un sándwich a un agente federal se convertiría en símbolo de la resistencia ... ante el despliegue de la Guardia Nacional en Washington DC ordenado por Donald Trump. «Qué vergüenza, qué vergüenza», espetó este treintañero a los uniformados que patrullaban entre las calles 14 y U, en el noroeste de la ciudad, antes de arrojar el bocadillo comprado minutos antes en un local de la cadena Subway. Intentó huir, sin éxito, pero cuando le dieron el alto reconoció con cierto orgullo: «Lo hice yo». Ahora se enfrenta a entre uno y ocho años de cárcel, en función de la gravedad que se le dé a los hechos. El 'sandwichazo' se ha vuelto viral y los principales medios estadounidenses se han hecho eco de un incidente que demuestra el malestar generado en las calles de la capital por la decisión de la Casa Blanca de tomar su control para frenar la criminalidad.
La orden para enviar en una primera tanda hasta 800 efectivos (Guardia Nacional, FBI, DEA...) por Washington DC fue firmada el pasado lunes por el presidente –que declaró el estado de emergencia en la ciudad– y el martes comenzaron a llegar los primeros. Desde entonces, según recoge el diario 'The New York Times', al menos 66 personas han sido detenidas. Algunas por enfrentamientos con los agentes y otras por la comisión de esos delitos que, según el presidente, han hecho de este rincón uno de los más inseguros del mundo. Peor, dijo, que Ciudad de México o Bogotá. La alcaldesa, la demócrata Muriel Bowser, asegura que el plan de Trump se sostiene en mentiras porque «los crímenes violentos están en sus niveles más bajos en treinta años». Y entre sus vecinos hay muchos que tampoco ven que la capital esté «fuera de control», como denuncia el magnate.
El despliegue de fuerzas de seguridad en Washington DC «parece una carnada para lanzar a sus bases», comenta Brian Streege, vecino de la ciudad. De hecho, según cuenta 'The Washington Post', el balance de las primeras 48 horas de este medida se ha engordado con varios arrestos de conductores por no llevar el cinturón de seguridad en el coche o circular con las luces traseras rotas. El rotativo refleja las tensiones que el desembarco de agentes ha despertado en la capital, donde el miércoles por la noche un centenar de personas coreaba «váyanse a casa, fascistas» a los uniformados en plena intervención. Incluso en Fox News, afín a Trump y los suyos, han recopilado testimonios de vecinos que tachan la decisión del presidente de «terrible idea».
Marchas contra el operativo
«Vamos a estar aquí y no cederemos», advertía a la cadena NBC uno de los participantes en una manifestación contra la orden del líder republicano de tomar el control de la Policía municipal con «propósitos federales». Las marchas se suceden en la capital, bajo pancartas como 'DC libre' o con el hashtag #TimeToResist (tiempo de resistir) escrito en trozos de cartón. «Elijamos un futuro donde la seguridad se gane, no se imponga mediante la intimidación», reclamaba otro de los asistentes a una concentración convocada muy cerca de la Casa Blanca que había logrado reunir a unas 200 personas. Casi nadie quería dar su nombre por miedo a represalias.
La operación, sin embargo, ha encontrado también numerosos defensores entre la población de una ciudad donde abundan, a ojos del mandatario, «maleantes, drogadictos, psicópatas y vagabundos». Y quien diga lo contrario, afirmó en la comparecencia donde anunció el despliegue, oculta los datos reales para que «no se sepa lo mal que está». «Hay que hacer algo. Hay demasiada gente muriendo aquí. Demasiada gente inocente», clamaba Cheryl Watson, residente en la capital, ante los micrófonos de la NBC. «Donald Trump quiere sanearlo todo. Estoy totalmente a favor», agregaba Jessie McKnight, convencida de la necesidad de la mano dura que propone el presidente y que quiere extender a otras urbes –que tampoco simpatizan con él– como Chicago, Nueva York y Los Ángeles.
Sandra Seegars, que vive en el barrio de Congress Heights, donde soportan una de las tasas de homicidios más altas de Washington DC según la estadística oficial, es otra de las vecinas que respalda la orden de poner las calles bajo el mando federal: «Creo que está haciendo lo correcto. Debería haberlo hecho antes». Y eso es lo que considera también Trump, quien se presentó como la única persona «competente» que puede llevar a cabo la misión de hacer la capital «hermosa de nuevo».
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