EE UU, en pie de guerra con Colombia y Venezuela por el narcotráfico
El Gobierno Trump enfada a Bogotá al retirar la certificación de aliado contra las drogas mientras Caracas le reta por atacar barcos cerca de sus costas
En su deriva autoritaria el Gobierno estadounidense de Donald Trump ha encendido su foco hacia Colombia y Venezuela tras amenazar a Brasil. Primero negó las ... visas y deportó a muchos ciudadanos de estos países. Después ha enviado parte de su poderoso armamento marítimo a las costas de Venezuela, desde donde ataca a cualquier embarcación que le parece sospechosa de llevar estupefacientes. Y esta semana ha retirado la certificación de aliado antidrogas a las dos naciones y a Bolivia al estimar que fracasaron en la lucha contra los narcos.
Hay voces que opinan que se trata de una decisión política y que puede leerse como un mensaje directo de Trump contra Gustavo Petro, presidente de Colombia. Éste no tardó en reaccionar al considerar que la pérdida de la certificación, que representa una ayuda de unos 400 millones de dólares anuales, es una «injusticia» y una «grosería profunda contra el país que más sangre ha regado para que la sociedad de EE UU y de Europa no consuman tanta cocaína». Esta decisión de Washington afecta también a Venezuela, Bolivia, Afganistán y Myanmar.
Petro fue contundente en su mensaje a Trump: «Cambie, a mí no me amenace, aquí lo espero si quiere, no acepto invasiones, no acepto misiles, no acepto asesinatos». Asimismo expuso los datos de las toneladas incautadas por su gobierno: 889 en 2024. «Antes nunca se llegó a esa cifra, 746, 659, 428, 413, y era de menos de 200 con su amigo, el presidente que gobernó entre el 2002 y el 2010», dijo en alusión a Álvaro Uribe.
Petro se había adelantado a la confirmación de la noticia el pasado lunes. Entonces anunció que Estados Unidos iba a descertificar a Colombia: «Después de decenas de muertos de policías, sobre todo de soldados, de gente común, tratando de impedir que les llegue la cocaína. Porque todo lo que hacemos realmente no tiene que ver con el pueblo colombiano, sino para impedir que la sociedad norteamericana se embadurne las narices».
Esta no es la primera vez que el Gobierno estadounidense declara la descertificación a Colombia. Hace 28 años, cuando gobernaba Bill Clinton, decidió no avalar al país ante el crecimiento de los cultivos ilícitos. La medida de Washington se produce esta vez tras presentar la ONU un informe que recoge que Colombia concentra el 67% de la producción mundial de cocaína, con una producción de 3.708 toneladas. El documento concluye que el país alcanzó máximos históricos en producción, incautación y consumo de esta sustancia en 2023, lo que supuso un nuevo récord global. Según los datos oficiales de Simci (Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de Cultivos para Colombia), hace dos años la coca sembrada llegó a 252.572 hectáreas.
Ante las elecciones a la presidencia de Colombia el próximo año, todo parece indicar que la Administración estadounidense y Petro han cortado relaciones. Es sabido que EE UU es el mercado predilecto del narcotráfico. Por esa razón, en 1961 creó la llamada 'ley de asistencia extranjera', que regulaba la ayuda económica, militar y técnica que Estados Unidos proporciona a otros países. Pero en verdad era utilizada para descubrir si esas naciones luchaban o no contra el tráfico.
Críticas de la oposición
Esta norma dio paso a otra que llevaba otro apellido más claro: ley antidroga. A mediados de los años 80 los dominadores del tráfico eran los distintos carteles colombianos. Apareció la DEA y se supo que el Gobierno empleaba millones de dólares en la lucha contra el narco, con investigadores trabajando con la Policía del país sobre el terreno. Pero vender coca en Estados Unidos resultó siempre fácil para los carteles. Si los países que recibían ayuda colaboraban, los certificaban. De lo contrario, caía la descertificación.
A Colombia y Venezuela les llegó el pasado 15 de septiembre. La oposición a Petro tuvo entonces otro motivo para culpar al mandatario izquierdista. Y avanzaron que la descertificación significa el cese de ayudas económicas y en la cooperación entre otros campos. El comunicado oficial fue claro: «En Colombia, bajo el liderazgo del presidente Petro, el cultivo de coca y la producción de cocaína han alcanzado niveles récord, mientras que el Gobierno colombiano ni siquiera ha cumplido sus propias metas de erradicación de coca, que fueron considerablemente reducidas, lo que ha socavado años de cooperación mutuamente beneficiosa entre nuestros países contra el narcoterrorismo».
En su nota, Estados Unidos no rompía del todo con Colombia, pero invitaba al Ejecutivo de Petro a adoptar medidas más agresivas para responsabilizar a quienes producen, trafican y se benefician de la producción de cocaína. Entonces, reconsiderarían la descertificación, y añadía la nota que Colombia, como país, tenía que cooperar con la Justicia de EE UU para procesar a los líderes de los organismos criminales colombianos.
En Venezuela, por su parte, la reacción por las últimas acciones de Trump la ofreció Diosdado Cabello, mano derecha del presidente Nicolás Maduro, quien acusó a la agencia estadounidense contra el narcotráfico de dirigir una operación de «falso positivo» contra su país. «Esa lancha con drogas era una operación de falsa bandera de la DEA para acusarnos», declaró.
Trump asegura que EE UU ya ha atacado al menos tres embarcaciones con drogas en el mar Caribe, en las que han muerto tres personas, acusa a Maduro de ser el líder del Cartel de los Soles y ofrece 50 millones de dólares por información que lleve a su captura. El líder chavista considera una agresión la ocupación de las costas y advierte que su país está listo para una lucha armada. Como primer paso, ha intensificado los lazos con Rusia ante la amenaza de Washington.
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