Matthew Perry suplicó una «gran dosis» antes de morir
Cuatro personas están detenidas mientras se intenta esclarecer qué sucedió realmente en el jacuzzi donde murió el actor
El Norte
Martes, 20 de agosto 2024, 10:06
La muerte de Matthew Perry sigue dando que hablar. En EE UU hay todo un debate público en torno a este fallecimiento, del que se están conociendo informaciones escalofriantes. La policía ha detenido con cargos a cuatro personas pero la investigación continúa para esclarecer la realidad del fallecimiento del actor, que pudo no ser un simple accidente.
Adicto a la ketamina, empieza a cobrar fuerza la idea de que Matthew, que ayer habría cumplido 55 años, fue «ayudado» a morir, según las informaciones recopiladas tras las detenciones de cuatro personas, que han permitido conocer más detalles de las últimas semanas del actor y cómo y por qué ocurrió el fatal desenlace. Ahora, como recoge ABC, ha salido a la luz una última petición de Perry antes de morir.
Según se ha podido conocer gracias a documentos judiciales obtenidos por el portal 'TMZ', el popular Chandler Bing de 'Fiends' habría pasado el último día de su vida consumiendo keratina. Y habría pedido hasta tres veces a su asistente de toda la vida, Kenneth Iwamasa, que le inyectase el fármaco ese fatídico día.
La ketamina es un potente anestésico que ocasionalmente se utiliza para tratar casos graves de depresión y ansiedad. También es una de las drogas recreativas más populares en ciertos círculos por sus efectos disociativos: distorsiona las percepciones visuales y auditivas y produce sentimientos de aislamiento o disociación del exterior y de uno mismo. En el caso de Perry, los niveles de la sustancia en su cuerpo eran increíblemente elevados en el momento de su muerte y cuesta creer que existiera una voluntad lúdica en el consumo del actor.

La información de 'TMZ' incluye un escalofriante testimonio de lo que supuestamente fueron las últimas palabras de Matthew Perry a través de las declaraciones de Iwamasa, quien se ha declarado culpable de pertenecer a una red clandestina para lucrarse de la adicción de su cliente.
Una súplica
Las últimas palabras de Matthew Perry fueron prácticamente una súplica: «Inyéctame una gran dosis». Sería la tercera inyección del día y la que, finalmente, causaría la parada respiratoria con la que abandonaría este mundo.
Tras la terrible petición de su cliente, Iwamasa volvía a sus tareas cotidianas mientras Perry se metía en el jacuzzi en el que finalmente sería encontrado boca abajo horas después el 28 de octubre de 2023.
Iwamasa no era el que habitualmente inyectaba la droga al actor, sino que era el doctor Salvador Plasencia quien lo hacía al trasladarse a su casa con frecuencia. El médico fue detenido acusado de conspiración para distribuir ketamina, posesión con intención de distribuir metanfetamina y alteración y falsificación de recetas médicas.
La muerte de Matthew Perry ha reabierto un profundo debate sobre la libertad con la que muchos médicos de Estados Unidos recetan fármacos y drogas adictivas y eventualmente mortales a sus clientes aprovechando situaciones de vulnerabilidad, dolor, estrés y demás.
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