Harry y Meghan, claves en los planes del funeral de Carlos III
El monarca británico diseña una ceremonia que reunirá a sus dos hijos al frente del cortejo y a sus nietos Archie y Lilibet
El Norte
Jueves, 3 de julio 2025, 20:24
El plan para el último adiós de Carlos III comienza a perfilarse con detalles que, lejos de pasar desapercibidos, lanzan un mensaje directo a su familia y al mundo: el Rey quiere a su hijo menor, el Príncipe Harry, y a Meghan Markle, junto a sus nietos Archie y Lilibet Diana, como piezas clave de la ceremonia, según publica el diario ABC.
Según ha revelado 'The Telegraph', el monarca ha dado instrucciones claras para garantizar la presencia destacada de los Sussex en el acto más simbólico de su reinado. En concreto, se espera que tanto Harry como Guillermo encabecen juntos la procesión fúnebre por las calles de Londres tras el féretro, un gesto con el que el monarca aspira a dejar clara la unidad de la familia en su último adiós. Además, Meghan, Archie y Lilibet también están contemplados en la lista de invitados para los oficios religiosos en la Abadía de Westminster y la misa íntima posterior en la capilla de San Jorge, en Windsor.
«Desde el palacio de Buckingham se ha hablado poco de forma oficial. Más allá de algún que otro encogimiento de hombros frustrado, los asesores reales se han reservado su opinión, decididos a no avivar públicamente esta profunda desavenencia personal», apunta 'The Telegraph'.
El plan fúnebre, diseñado bajo el nombre en clave Operation Menai Bridge, en referencia al histórico puente de Gales que conecta la isla de Anglesey con el norte de Gales continental, recoge cada detalle del protocolo que se activará tras la muerte del soberano. Un dispositivo que hereda la liturgia de «London Bridge is down», la famosa frase que anunció la muerte de Isabel II, pero que introduce algunos cambios acordes a la impronta de Carlos III.
11 díaas de luto
En la línea de su compromiso con la sostenibilidad, el Rey quiere que su funeral incluya elementos respetuosos con el medio ambiente y planea reducir la duración del luto nacional. A diferencia del de su madre, que se prolongó durante casi dos semanas, el periodo de duelo se limitará a diez u once días, extendiéndose hasta el día siguiente de la ceremonia.
A pesar de que la salud del monarca no es oficialmente alarmante, quienes le rodean reconocen que sí genera cierta preocupación. En cualquier caso, la previsión forma parte de la tradición británica: nada se improvisa cuando se trata de asegurar la continuidad de la Corona y la estabilidad del país.
Mientras tanto, Harry sigue lanzando señales de acercamiento desde Montecito. Su versión, recogida en sus memorias 'En la sombra', describe a un Carlos III angustiado por la falta de entendimiento entre sus hijos. Basta recordar su súplica tras el funeral del duque de Edimburgo: «Por favor, chicos, no convirtáis en un suplicio mis últimos años».
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