El PSOE retiene el voto más urbano y resiste el envite del PP en los grandes municipios de Castilla y León
El reparto provincial y la Ley D'Hondt hacen que Vox rentabilice al máximo en escaños sus 42.835 nuevos votantes: en abril logró un diputado con 186.882 papeletas y ahora obtiene seis con 229.707 apoyos
Los socialistas sujetan el voto urbano que recibieron el 28 de abril y son la fuerza política más respaldada en todas las capitales de provincia, ... salvo Salamanca, Ávila y Segovia, y en el grueso del pelotón de localidades de más de 20.000 habitantes. Un padrón que sería rural en comunidades como Madrid, Cataluña o Andalucía, pero que en Castilla y León, portan la etiqueta de entorno urbano.
Las ciudades, sobre todo, pero también muchas cabeceras de comarca de más de 5.000 habitantes han servido de escudo a los de Luis Tudanca y Pedro Sánchez para frenar el empuje que ha experimentado el PP de Alfonso Fernández Mañueco y Pablo Casado no desde las generales de abril, sino desde las autonómicas y europeas del 26 de mayo, que perdieron estos últimos. Incluso desde las municipales que se celebraron ese mismo domingo, en las que el PP hizo valer su implantación territorial en las zonas rurales para sumar alcaldes y concejales por el mapa de Castilla y León ganando esos comicios, aunque en el listado de los consistorios de más de 20.000 habitantes solo hay regidores populares en Salamanca, Aranda de Duero y Medina del Campo.
El avance del PP en las localidades metropolitanas de Castilla y León es muy significativo, pero todavía no logra reponerse del trompazo de abril. El PP recuperó el pasado domingo en estos municipios 29.289 votos. Son los apoyos que perdió en abril solo en Valladolid capital (29.465). Si se añade a estos la sangría del resto de las ciudades y las localidades de más de 20.000 habitantes, el balance de pérdidas que dejó en 28-A al PP en el ámbito urbano fue de 118.352 votos.
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De las cifras de las capitales, cabe destacar el resultado que el PP logra en Ávila, donde a la competencia de Vox (al alza) y de Cs (a la baja) se sumó de nuevo Por Ávila, el partido de ámbito provincial fundado por exdirigente populares y que gobierna en el Ayuntamiento desde mayo. Por Ávila arañó 3.865 votos en las generales, el 11,8% de los electores abulenses.
El efecto de la abstención
La elevada participación agranda esos recuentos de primavera, que se ven afectados en esta ocasión por un aumento de algo más de tres puntos de la abstención que distorsiona la comparación de las cifras de votos. El PP avanza de media cinco puntos en porcentaje de apoyo. Pasa del 26% al 31,6% y traduce ese crecimiento en aumento neto de votantes. El PSOE también crece en términos porcentuales, pero es un incremento más modesto, no llega a dos puntos (del 29,7% al 31,2%) y aplicado a menos electores al producirse más abstención da decrecimiento en el número de votos. Más apoyo, pero con menos papeletas.
Esa media del 1,5% de aumento de apoyo autonómico supera el 2% en la mayor parte de las capitales en las que el PSOE es la fuerza más votada (Palencia, Zamora, Burgos...), acercándose en Miranda de Ebro y Soria a los 4 puntos de incremento. Eso les hace ganar 488 votos entre Burgos y Aranda de Duero, pero pierden en conjunto 5.258 papeletas.
El profeta puede ser uno mismo o el compañero de lista
El PP da el vuelco en las elecciones al Senado y recupera 7 de los diez escaños que perdió en abril. Los populares logran 24 frente a 12 del PSOE. De momento, porque la cuarta plaza de Valladolid recayó el domingo en Arenales Serrano, histórica del PP, por 19 votos de diferencia con la socialista Sara Galván. Y queda por escrutar, en estos días, el voto enviado por los emigrantes. Abundan los alcaldes entre los aspirantes al Senado. En León, Javier Santiago, relegado a la segunda plaza por Antonio Silván, lo es de Almanza. Allí fue el más votado, con 309 papeletas. 251 vecinos no votaron a ningún otro y los tres candidatos socialistas quedaron por delante de los populares. Silván, en Almanza fue sexto, con 39 votos. En Valladolid, 126 electores de Simancas que apoyaron a Mercedes Cantalapiedra, número 1 en la lista del PP, dejaron sin marcar la casilla de Alberto Plaza, alcalde del municipio. Y en Burgos capital, 625 electores que apoyaron a Cristina Ayala, número dos del PP, dieron la espalda a Javier Lacalle, exalcalde de la ciudad y cabeza de la candidatura. Los alcaldes socialistas de Ágreda, Jesús Alonso, y Puebla de Sanabria, José Fernández, fueron los más apoyados en sus municipios.
Son los matices que con paciencia y una calculadora arroja un escrutinio que, a trazos gruesos, dibuja una victoria del PP en un escenarios casi de empate técnico en el Congreso, con ese reparto de 13 diputados para la bancada del charrán y 12 para la de la rosa, que completan los 6 de Vox.
Junto a populares y socialistas hay otras tres fuerzas cuya cifra de apoyos supera los seis dígitos: los ultraconservadores de Abascal, Podemos y Ciudadanos, por este orden. Las siguientes formaciones del recuento son la Unión del Pueblo Leonés (UPL), con 10.198 papeletas escrutadas, y el partido animalista Pacma, que recibió 7.884 votos en Castilla y León el pasado domingo.
A 38.284 votos el escaño
Otra cuestión que permite observar el recuento es la elevada rentabilidad en escaños que Vox logra obtener en esta ocasión por sus votos. A diferencia de lo que le ocurrió en abril. Entonces, la formación ultraderechista y Unidas Podemos fueron las candidaturas más perjudicadas por la compartimentación del voto en las nueve provincias de la comunidad y la asignación proporcional de escaños que resulta de la Ley D'Hondt.
Los morados perdieron sus tres diputados con 158.535 apoyos y el 10-N les consolidó el domingo como fuerza extraparlamentaria en Castilla y León. Los de Abascal lograron en abril 186.882 votos y un único diputado, por Valladolid. Ahora consiguen 42.825 papeletas más, hasta sumar 229.707 y logran seis escaños al hacerse con el tercer diputado en Segovia, Zamora y Ávila y los cuartos de León y Salamanca. Caen en saco roto los votos que recibieron en Burgos, Palencia y Soria. El 'coste' medio de cada diputado supone para Vox 38.284 papeletas, que bajan a 35.882 votos para el PSOE y a 33.578 en la cuenta de los populares. El empujón electoral que han supuesto esos casi 43.000 nuevos votantes ha colocado a Vox prácticamente en el mismo lugar que ocupó Cs hace siete meses. Los naranjas crecieron en 80.675 votos hasta sumar 287.468 y pasaron de uno a ocho diputados. Lograron parlamentario en todas las provincias salvo en Soria. El domingo perdieron 183.329 electores y los 104.139 votos que consiguieron les marcan el camino que ya siguió Podemos. No logran ningún representante.
La mina castiga al PP
Si depende del resultado electoral del 10-N, los municipios de las comarcas mineras, que han visto estos años como la extracción de carbón pasaba a mejor vida, culpan de ese ocaso económico y social al PP. En las zonas mineras y buena parte del Bierzo gana el PSOE. Los de Mañueco avanzan en votos en estas localidades, pero los socialistas les doblan en apoyos en Fabero y Villablino y sacan también una considerable ventaja en Bembibre. En La Robla, el porcentajes llega a ser del 44% frente al 17,7%.
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