San Marcos exige al futuro equipo de gobierno mejoras en accesibilidad y seguridad vial

El río Eresma, sus alamedas e iglesias conforman un escenario privilegiado para el paseo cotidiano de muchos ciudadanos. Aún así, San Marcos se siente como uno de los barrios «más abandonados» de Segovia. El elevado tránsito de vehículos por sus calles agrava sus problemas de movilidad o seguridad vial, lo que es considerado como el principal obstáculo al crecimiento del barrio entre los residentes y trabajadores del distrito.

El último censo de 2022 contabilizó 1.341 vecinos, lo que supone un ligero repunte -once empadronados más- respecto al año pasado y una caída del 5% en el número de habitantes desde 2009, cuando anotó 1.413. Este dato no es el más preocupante del conjunto de barrios de la ciudad, pero la Asociación de Vecinos de San Marcos se pone como reto, al menos, mantener esta estabilidad.

La construcción de nuevas viviendas está descartada por la carencia de suelo disponible, así que apuestan por resolver problemas considerados «históricos», según su presidenta, Paloma Herrero. Estas preocupaciones vuelven a protagonizar las agendas políticas en la época electoral.

Entre otras actuaciones desarrolladas en la última legislatura, se han ejecutado obras de renovación en las aceras del barrio, se ha liberado parte del ojo ciego del puente de San Marcos y se ha reparado el colector en la ribera del río Eresma. A juicio de Herrero, no son suficientes.

«Seguimos con las aceras sin terminar, durante los trabajos rompieron un bolardo y lo hemos avisado, aunque de momento no se ha arreglado», refiere. Además, recupera peticiones idénticas o similares a las emitidas en las elecciones de 2019, como es la ampliación de los espacios peatonales. «No cabe ni una silla de ruedas ni un carro de bebé», concreta.

Esta demanda va aparejada de la reconversión de los dos carriles del puente en uno, con la instalación de un semáforo que regule el paso de vehículos. «Estamos hartos de pedirlo, hay un problema con el tráfico y esta solución sería posible», sostiene Herrero. Ha habido una ocasión en la que la coincidencia de dos autobuses en dirección opuesta ha obligado a uno de ellos a subirse a la acera para poder pasar. «Es el colmo», apostilla.

La mejora de la seguridad vial es otro de los retos pendientes. Uno de los negocios del barrio aboga por añadir un paso de peatones más a los dos existentes. «Cuando para un taxi en frente tienes que dar toda la vuelta y tardas mucho en cruzar porque los pasos de cebra que hay están en los extremos», explican. Asimismo, advierten de la excesiva velocidad que en muchas ocasiones alcanzan los turismos que atraviesan el barrio.

Cuando hay una calle cortada por obras o por un evento en el casco histórico repercute todavía en un mayor tránsito. «Notamos mucho cuando está saturada la ciudad por un día festivo, hay muchos más coches y ruido», aseguran desde Casa Villena. Ejemplifican con el paseo de Santo Domingo de Guzmán y explica que, cuando no hay estacionamientos libres en los días festivos, los vehículos se trasladan a esta zona alejada del centro. Si bien es cierto que reconocen que «es difícil de atajar» esta cuestión, confían en que los próximos dirigentes de Segovia encuentren «una alternativa».

El problema del aparcamiento, ya enquistado desde hace años, ha empeorado en los últimos meses por la limitación de espacios «con piedras» cercanos a la iglesia de la Vera Cruz o al restaurante San Marcos. «Se ha convertido en un problema de barrio; el estacionamiento es vital para los residentes», remarca la directora del establecimiento hostelero citado y vecina del barrio.

La presidenta de la asociación clama por habilitar un área en la pradera de San Marcos, explanada en la que estacionan los autobuses, para uso exclusivo de residentes. Incluso aunque esta opción requiera un control de acceso por medio de la matrícula, entre otras posibilidades. «Ya lo hemos solicitado, pero no nos hacen caso», reitera.

Lo mismo sucede con la propuesta de una valla de seguridad para los edificios que están en frente de la bajada de Zamarramala o el ruego de que acondicionen el parque infantil, donde los charcos proliferan en días de lluvia. «Nos tienen abandonados», se queja a su vez Herrero en lo relativo a servicios municipales como la limpieza o la vigilancia.

«El río se ha desbordado ya dos veces», recuerda, y alerta del estado «ruinoso» que amenaza al quiosco de la Fuencisla, cerrado desde antes de la pandemia y sin una fecha de reapertura a la vista. «Por suerte, San Marcos no es mi barrio: es de todos los segovianos. Todos pasean por él y es necesario que lo cuiden, porque nosotros ya no podemos hacer más», traslada a los políticos la presidenta de la asociación vecinal.

En las últimas elecciones locales, 225 votos, un 31,7% del total, dieron la victoria al PSOE en el barrio, que estuvo seguido muy de cerca por el PP, con el 29,3% y 208 votos. Ciudadanos obtuvo 101, Podemos-Equo, 67; Vox, 44; e Izquierda Unida, 40. La abstención de los vecinos se situó en el 29,1%. La toma de contacto con los candidatos a la Alcaldía ya ha comenzado. Seis formaciones pugnarán por la victoria en San Marcos, con medidas que pretenden solucionar algunos de los problemas citados.

Buena parte de las reclamaciones vecinales al próximo equipo de gobierno son recogidas por el programa electoral del Partido Socialista en la ciudad. La candidatura liderada por Clara Martín apuesta por continuar con la estrategia de intervenciones realizadas durante los últimos años, con dos grandes áreas sobre la mesa: la movilidad y la mejora del cauce del Eresma.

En primer lugar, los socialistas se comprometen a dar continuidad a la renovación de los acerados en distintos puntos del barrio de San Marcos. Además, también ponen encima de la mesa la necesidad de construir una nueva pasarela de madera en el puente sobre el río Eresma.

Para solucionar los problemas de aparcamiento van dos propuestas. Por un lado, ejecutar el convenio urbanístico que permitirá regular el estacionamiento junto a la carretera de Zamarramala; en segundo lugar, permitir «en horarios flexibles» el aparcamiento a los vecinos en la parcela destinada al estacionamiento de autobuses. Además, los socialistas también incluyen en su hoja de ruta para San Marcos la mejora del cauce del Eresma para la gestión de avenidas o la renovación del colector.

El candidato del PP, José Mazarías, propone un 'plan de vida de barrio' para dinamizar el comercio y la hostelería, que será extendido a todos los distritos, y se compromete a activar una brigada de intervención urgente para acondicionar el pavimento.

Entre sus planteamientos también figura la reordenación del aparcamiento y el tráfico de la zona -aunque no han trascendido más detalles sobre este proyecto- y el acondicionamiento del parque infantil. Según destaca la formación popular, estas actuaciones serán revisadas y atendidas por una concejalía específica dedicada a los barrios.

En lo que respecta a Ciudadanos, la aspirante Noemí Otero reconoce un «exceso de tráfico y el colapso en la zona de los semáforos durante las horas puntas del día». Su principal apuesta es descongestionar el tránsito del barrio, algo que redundará en Zamarramala, según defiende. Asimismo, garantiza que apoyará económicamente las intervenciones en el fielato, «que no ha recibido ninguna ayuda municipal en los últimos tiempos».

Izquierda Unida presume de varias propuestas detalladas. Su candidato Ángel Galindo pretende dar un impulso a las obras de accesibilidad, como es la renovación de las aceras y del asfalto en mal estado, e incluso mejorar el firme del suelo metálico de la pasarela peatonal situada en el lateral del puente de San Marcos.

En esta misma línea, considera necesario abrir un segundo ojo del puente de la castellana para prevenir más inundaciones, acondicionar los caminos de la ribera del río Eresma y renovar el «parque biosaludable» de la Fuencisla. En este mismo entorno propone instalar un área de calistenia y ampliar las actividades al aire libre dirigidas a las personas mayores.

Finalmente, Guillermo San Juan, al frente de Segovia en Marcha-Podemos-Alianza Verde, recoge en su programa la regulación y mejora de los espacios disponibles para el aparcamiento, que se combinará con el incremento de frecuencias en la línea 7 de autobús, que tiene parada en San Marcos. La inversión destinada a una mayor accesibilidad de las aceras también está contemplada, que se suma a otras «medidas transversales con impacto positivo en lo relacionado con la seguridad vial» del barrio.