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Muguruza. Reuters
La bestia negra devora a Muguruza
Tenis | Abierto de Australia

La bestia negra devora a Muguruza

La española se ve frenada por Karolina Pliskova, que le ha ganado ocho de diez enfrentamientos, en octavos de final

Enric Gardiner

Lunes, 21 de enero 2019, 07:44

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Conchita Martínez animaba en la grada. Sonreía a la par que su pupila aumentaba el conteo de juegos y se acercaba punto a punto a los cuartos de final del Abierto de Australia. Karolina Pliskova, jugadora a la que la aragonesa entrena desde agosto del año pasado, estaba pasando por encima de Garbiñe Muguruza, algo que se ha convertido en habitual desde que las dos comparten aventura en el circuito.

La victoria de la checa (6-3 y 6-1) significó la octava sobre la española en diez enfrentamientos. Todas ellas sobre cemento y con Muguruza solo pudiendo batirla en Roland Garros 2013 y en la excepción que confirma la regla, en Cincinnati 2017. El guion no cambió este lunes, cuando la checa, finalista del Abierto de los Estados Unidos 2016, le recordó a Muguruza los fantasmas del pasado y aplacó la impecable mejoría que había mostrado hasta esta fecha.

La Muguruza sólida, dominante, con un servicio sobrio y un revés solvente, apenas duró unos minutos entre los muros de la Margaret Court Arena.

Que empezara rompiendo el servicio de Pliskova y tomara una ligera ventaja de 2-1 quedó como una anécdota. Se desconectó y tras fallar un remate claro cerca de la red, entregó su saque de vuelta y quedó a merced de la checa, impertérrita ante cualquier amenaza que llegara desde el otro lado de la red.

El contador de errores no forzados solo engordaba para Muguruza -acabó con 20 por los 3 de su rival- y mientras Pliskova repartía golpes ganadores (23), la española se deshacía fruto de la impotencia y la nula capacidad de replicar el nivel de los días pasados. Pudo el cansancio también tener parte importante en ello. Tras acabar el famoso partido de las tres de la madrugada ante Johanna Konta, la victoria ante Timea Bacsinszky se decidió en dos mangas, pero en casi tres horas de partido, incrementando la erosión mental y física.

Sin embargo, Pliskova, que llegaba tras dos batallas a tres sets, no acusó ningún tipo de desgaste e inclinó la balanza en apenas una hora de partido. Una de las victorias más contundentes de la checa sobre Muguruza y un severo correctivo que no debe empañar el positivo y correcto Abierto de Australia con el que se marcha la española.

Mejorada la actuación del año pasado cuando alcanzó la segunda ronda, Muguruza saldrá del torneo como número quince del mundo, tres escalones más arriba de lo que lo comenzó, pero seguirá con la espina clavada de no haber superado nunca los cuartos de final en Melbourne.

En esa ronda, Pliskova se medirá a la ganadora del duelo entre la rumana Simona Halep, número uno del mundo, y la estadounidense Serena Williams, ganadora de 23 títulos de Grand Slam. La checa buscará su primer título Grande sobre el cemento australiano con la sonrisa de Conchita en la grada, Muguruza tendrá que seguir esperando para coronarse en las antípodas.

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