Segis Álvarez, un nombre con carácter y un nadador con estilo
NATACIÓN ·
A sus 16 años, el segoviano esgrime potencial y planea su salto a las universidades de EE UUSegis Álvarez tiene un legado a las espaldas:el nombre de pila de su padre y de su abuelo. «Es un nombre que da carácter». ... Quizás por eso este segoviano, de 16 años, no se pierde un entrenamiento, aunque tenga gastroenteritis. Ayer, aún convaleciente, acortó su entreno, pero se vació en la piscina, un lugar que lo exige todo. En el ramillete de los 20 nadadores con más potencial de España, ya se plantea el salto a las universidades de EE UU.
Su hermano Iván, de 14 años, y él, aprendieron a nadar desde muy pequeños. Su padre recuerda las «perrerías» que les hacía para animarles a perder el miedo y «querer el agua». Hermano del entrenador de baloncesto Christian Álvarez, Segis sénior, apasionado del atletismo o la natación, inculcó esa pasión en sus hijos, a los que también entrena. «Es un deporte muy respetuoso, empezando por el público. En fútbol escuchas a los padres gritando unas locuras...». Segis júnior coincide: «Oír eso desmotiva mucho».
Segis júnior se quedó con la natación tras practicar judo, fútbol, baloncesto y atletismo. «Se me da mejor que los demás». Su padre le define como demasiado noble para el judo y él confiesa que no le gusta perder. Reconoce que en fútbol era «un poco paquete» y que no le gustaban las inclemencias meteorológicas del atletismo. Empezó en el Club Natación Segovia –su madre, Fuencisla Vela, es la presidenta y su padre, el delegado– en 2014 y afronta su sexta temporada.
Estudiante de primer curso de Bachillerato de Ciencias Sociales en el Colegio Claret, se toma unas barritas energéticas después de clase y entrena a eso de las tres de la tarde. En total, una hora y media de piscina durante seis días a la semana. Solo descansa el domingo; si el sábado no hay competición, toca entrenar. Han pasado más de cinco años de su primera competición oficial con 11 años, los 100 metros espalda en Ávila. «Como no tienes referencia visual, me iba chocando de un lado a otro de las corcheras. ¡Un desastre! Pero me sirvió para ir cogiendo experiencia. Y el caso es que me lo pasé muy bien», recuerda. Con el tiempo se lo tomó en serio y empezó a plantearse ser profesional.
Empezaron a caer las mínimas para los campeonatos de España y el último, disputado en marzo en Gijón, logró el billete para siete pruebas, aunque la normativa solo permite competir en cinco
Sus mejores tiempos son: 55s36 en 100 metros libre, 2m01s42 en 200 libre, 1m02s05 en 100 espalda, 2m14s08 en 200 espalda, 1m00s29 en 100 mariposa, 2m18s52 en 200 mariposa y 2m19s62 en 200 estilos. El Centro de Alto Rendimiento de Valladolid –entrena allí los viernes– le ha ofrecido una plaza, pero él prefiere disfrutar de forma más autodidacta. «Se pierde la esencia de lo que tiene que ser nadar. Hay mucha seriedad, no mola. No es divertido. Aunque hagas muchos metros, tienes que disfrutarlos».
El perfil de Segis es el de nadador completo, destinado a una prueba de estilos. Su primer campeonato de España fue en 2016, aún alevín, con la selección de Castilla y León en Palma de Mallorca, y consiguió la mínima para el individual, en Barcelona. En total, ha ido a siete campeonatos de España, tres con la selección regional y cuatro individuales. Su mejor resultado fue el séptimo puesto logrado en marzo en la prueba de 100 metros espalda.
Su reto es ganarse el futuro como nadador polivalente. «Lo que más me gusta es nadar estilos, es mi prueba favorita. A un buen nadador se le tiene que dar bien todo, no perder ningún estilo. Ser regular». Insiste en que el factor diferencial de su prueba es la braza. «Es la más lenta, si sabes mantener el ritmo ahí tienes mucho ganado». Es el estilo que más penaliza; por eso, los especialistas de braza dan la talla en estilos porque recuperan en su disciplina más de lo que han perdido en mariposa o espalda.
Segis ya tiene una mínima para el campeonato de España de invierno en Sabadell (200 mariposa). El año pasado consiguió dos mínimas; para 2020 aspira a acreditar cinco, pues en muchos casos apenas le separan unas décimas. En paralelo, aunque terminará sus estudios de Bachillerato en verano de 2021, ya ha empezado a preparar su ingreso en la natación universitaria estadounidense, el gran referente mundial. La familia se ha puesto en contacto con agencias madrileñas en pos de conseguir la mayor beca posible, un proceso que arranca con mucha antelación. Segis, que de momento tiene un B2 bajo en inglés, está trabajando para subir sus notas.
El sueño americano es un reto personal para Segis. «Yo lo quiero hacer. Por lo menos, lo quiero intentar». El modelo son las grandes figuras contemporáneas; cita a nadadores completos como Michael Phelps o Ryan Lochte, al bracista Adam Peaty, al mariposista Chad le Closs o el velocista Caeleb Dressel. Ha compartido piscina con Hugo González de Oliveira, una de las grandes promesas de la natación española, que ha conseguido la mínima para los Juegos de Tokio.
Iván, bracista, hace el mismo plan de entrenamientos que su hermano. «Me esfuerzo lo máximo para poder cogerle», sonríe. Está cerca de conseguir la mínima del 100 braza, su primera para un campeonato de España individual. La piscina les ha hecho pasar mas tiempo juntos. «Quitando clase, pasamos casi todo el día juntos. Si uno hace peor una prueba, el otro le intenta animar. A ninguno nos gusta perder». También comparten consola.
Iván asume que Segis se irá a EE UU. «Es la tierra de las oportunidades», subraya el primogénito. Hay más de 3.000 universidades en la primera división de natación. Su padre cree que podrá estar en la primera o segunda de las cinco categorías universidad estadounidense. Y él entrena para lograrlo. Aunque tenga gastroenteritis.
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