Laura López Valle en la piscina de Río Hortega y cuando participó en el nacional de 2005. Montse Álvarez y M.A.S

La exnadadora Laura López Valle defiende el «aprendizaje en positivo»

Uno de los nuestros ·

Fue subcampeona olímpica de natación artística, y como entrenadora aplica métodos basados también en su experiencia

Santiago Hidalgo

Sábado, 27 de febrero 2021, 11:43

Cuando Laura López Valle (Valladolid, 24 de abril de 1988) decidió «regresar a casa» y abandonar con algo de hastío la selección española de natación ... sincronizada (hoy artística) después de conquistar la medalla de plata por equipos en los JJOO de Pekín de 2008, ya se podía intuir que detrás de esa gran deportista había una extraordinaria entrenadora. Lo tenia fácil. Solo era aprovechar el saber de su madre, Carmen, añadir, por supuesto, todas las vivencias de casi seis años en la élite concentrada en el CAR de San Cugat y sumar, también, por qué no, el carácter y bonhomía de su padre, Javier, buen jugador de mus.

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Carmen Valle fue una de las pioneras de este deporte junto a Ana Casado. Incluso antes del 6 de noviembre de 1987, fecha de la fundación del club Fabio Nelli, entre las dos ya estaban poniendo las bases de esta especialidad deportiva en Valladolid por encargo de Ramiro Cerdá. Fue en ese club donde Laura se forjó como deportista (subcampeona olímpica, oro del campeonato de Europa de Eindhoven en 2008 y el bronce en el Mundial de Melbourne en 2007) y en la actualidad lo hace como entrenadora también al lado de su madre.

«Tomé la decisión de volver de Barcelona de la selección a Valladolid—explica—, y lo primero que hice fue ir a la piscina para ver a las niñas. Sentía la necesidad desde el primer momento de enseñar todo lo que había aprendido tantos años fuera de casa, desde 2004 hasta 2009. Allí me encontré con niñas pequeñas que decían que habían comenzado a hacer 'sincro' al verme en la tele en los JJOO. ¡Cómo me iba a desvincular si es algo que me encanta!».

Con su regreso, como ella apunta, «el club Fabio Nelli se hizo grande». Seguía obteniendo buenos resultados y sumaba más y más niñas en un crecimiento vertiginoso. Al año siguiente Virginia Villalba, al cargo de la selección nacional infantil, le llamó para acompañarla en esa tarea. «Me dijo que había pensado en mí por la forma de llevar el trabajo en Valladolid. Estuve con ella cinco años hasta que se marchó a la selección júnior y me propuso como responsable de la infantil».

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En este periodo de más de siete años como entrenadora, además de aportar perlas vallisoletanas al combinado nacional como Vanessa, Selena o María, la selección española infantil fue cinco veces consecutivas campeona de la Copa Comen entre países del Mediterráneo y en el Open, subcampeona detrás de Rusia. Ya en los dos últimos como máxima responsable el éxito llegó con el primer Campeonato del Mundo infantil de 2019 en Samorín (Eslovaquia). El trabajo duro las condujo al oro en el campeonato del mundo por Equipos, subcampeón en Dúo Mixto y bronce en todas las pruebas de Solo, Combo, Dúo y Equipos.

Formas de entrenar

La etapa en el CAR de Barcelona fue provechosa y fructífera para Laura a las órdenes de Anna Tarrés. También tuvo un periodo oscuro. En 2012 varias de estas nadadoras firmaron un comunicado en el que criticaban los métodos utilizados por la ya ex seleccionadora y en la que se la tildaba de dictadora y se la acusaba de supeditarlo todo, todo a lograr una medalla. A cualquier precio. Tiempo después, Laura lo ve con una nueva perspectiva: «Sobre lo que viví, rescato solo lo positivo. Ella (se refiere a Ana Tarrés, aunque sin citarla) sabe mucho. Era la mejor en conocimientos y confió en mí para los JJOO sabiendo que nos jugábamos una medalla, aunque sus métodos no fueran los adecuados. Sin embargo, me quedo con ese aprendizaje basado en tirar para adelante, tener amor propio. Es lo que también inculcamos a las niñas aquí. Todas somos compañeras, pero cada una tiene que ir a por todas dentro de una sana competencia». Otra manera de enseñar.

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Laura aprendió también de nadadoras como Gemma Mengual y Andrea Fuente, con las que formaba equipo y eran a su vez sus ídolos. Se formó como deportista y como entrenadora en esa disciplina dura y exigente, de trabajar, aguantar y ser la más fuerte. Lo que no tiene nada que ver con ir a entrenar con pánico o no poder decir que al día siguiente era el cumpleaños de tu madre y querías ir a casa para felicitarla por miedo a que te expulsaran del equipo. Así lo dice Laura: «Dentro de la dura exigencia, y de separar entrenadora y nadadora, hay que ser cercano, tener cariño. Somos una familia. Hay momentos de sufrimiento, pero también cosas buenas: ganar medallas, conocer otros países…».

El club Fabio Nelli, en la élite y entre los cinco mejores de España, cuenta con 70 niñas y va camino del centenar, su objetivo si las instalaciones se lo permiten. En la piscina de Río Esgueva se ejercita al grupo de competición y en Huerta del Rey, la escuela.

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Las sesiones de trabajo no se han detenido. Las niñas salen del colegio, comen en el coche y a las tres ya están entrenando en dos turnos de dos horas, con media hora para desinfectarlo todo y concluir antes del toque de queda. «Se queda corto y hay días en los que las niñas tienen que doblar», dice Laura, que este año recibirá el galardón a mejor entrenadora dentro de los Premios Valladolid Ciudad deportiva. Por sus méritos y por su forma de entrenar.

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