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Mireia Belmonte.
Mireia Belmonte descubre la crueldad de las aguas abiertas
Natación

Mireia Belmonte descubre la crueldad de las aguas abiertas

El novio de la doble medallista olímpica difunde una fotografía para denunciar los golpes sufridos en el preolímpico

J. B.

Martes, 14 de junio 2016, 21:51

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Cualquier manual de triatlón para novatos incluye una recomendación esencial para la primera prueba del deporte: si no quiere sufrir brazadas y patadas abra su curso a zonas poco transitadas. El pelotón de nadadores suele acumular golpes al juntarse en un espacio reducido en el que los jueces no pueden observar lo que ocurre bajo la línea de flotación. El cinco veces campeón del mundo, Javier Gómez Noya, aconseja empezar fuerte para distanciarse de la zona de guerra especialmente desde que en una ocasión descubrió que uno de sus rivales había sido incentivado para detenerle a cualquier precio.

En el caso de las pruebas de natación en aguas abiertas las situaciones suelen ser similares porque se lucha por cada centímetro y sólo el que va delante se libra de los contactos, salpicaduras y ahogamientos momentáneos. Mireia Belmonte, novata en las pruebas lejos de la piscina lo descubrió el pasado fin de semana en el preolímpico de Setúbal en que buscaba una plaza en la prueba de 10 kilómetros para Río 2016. En su primera participación en un evento similar fue descalificada porque se saltó la primera boya. En 2014, conquistó un bronce europeo en la distancia de los 5.000 metros, pero entonces fue cronometrado y no debió sortear a otras competidoras. Así, la competición de Portugal descubrió a la badalonesa lo que supone pelearse en un circuito al que dar seis vueltas como una bisoña nadadora frente a mujeres especializadas que se suelen jugarse su única opción para acudir a Brasil.

Venció la china Xin Xin (1h.55:12.10), por delante de la británica Keri-Anne Payne (1h.55:12.90) y la ecuatoriana Samatha Arévalo (1h.55:15.90). Erika Villaécija fue la mejor española con su decimocuarto puesto (1h.57:11.80) y se ganó la única plaza olímpica que se entrega por país. Belmonte acabó a tres minutos de la ganadora y a más de minuto y medio de su compatriota (1h.58:36.10), lo que situó a la doble medallista olímpica en el puesto 28 del total y sin opciones para competir en Río.

Superado el trance deportivo, al novio de Mireia Belmonte no lo gustó lo ocurrido en Setúbal. El piragüista Javier Hernanz, que también estará en los Juegos Olímpicos de Brasil, colgó dos días después en su cuenta de Twitter la fotografía de su pareja con un golpe visible en el ojo izquierdo y una reivindicación: «La competitividad del deporte del mismo país levanta el nivel. Pero utilizar técnicas antideportivas es sancionable».

La protesta de Hernanz levantó la polémica porque señalaba claramente a Villaécija, la única adversaria española de Belmonte, aunque numerosos seguidores le recordaron la dificultad y los habituales impactos en las aguas abiertas. «Mi opinión sobre toda la polémica que se ha creado: las aguas abiertas son una disciplina donde hay mucho contacto entre los nadadores, ya que nadamos todos muy pegados. Los golpes que se dan en ocasiones pueden ser intencionados o fortuitos. En mi caso quiero creer que fue un acto hecho sin maldad, ya que siempre debe prevalecer el deporte limpio», explicó Belmonte en su propia cuenta de Twitter en un intento de aclarar las aguas aunque sin negar de las acusaciones de su novio.

«Una vez en tierra vi que Mireia tenía un golpe en la cara y le pregunté: ¿Qué te ha pasado?. Y ella me respondió: Has sido tú. En la segunda vuelta. Me lo ha dicho Fred (Vergnoux, su entrenador)'. Yo le dije que se equivocaba porque no la había visto en toda la prueba. De hecho ella llegó minuto y medio después de mí. Y ahora me encuentro con esto», explicó la veterana Erika Villaécija (32 años) en El Mundo Deportivo. Después de la prueba, ambas se habían fotografiado juntas en aparente concordia y no se habían cruzado ninguna acusación. La barcelonesa, que acudirá a sus cuartos Juegos Olímpicos, es una de las habituales rivales de Belmonte en las pruebas de fondo. Los duelos se han repartido habitualmente para la badalonesa en la piscina y para su compatriota en las aguas abiertas -aunque en los cinco kilómetros del campeonato de España de 2015 Villaécija venció únicamente por dos centésimas-.

Se ha sumado un elemento más a las competiciones de dos mujeres que no mantienen una estrecha relación. Además, Belmonte ha aprendido la lección de las aguas abiertas. «Ella salía con un dorsal bajo y yo con uno alto, o sea que en la plataforma inicial había al menos 20 metros de separación entre las dos. Nunca la vi hasta que finalizó la prueba, y de hecho, en estas carreras no ves a nadie porque todo son brazos, piernas y salpicaduras. Durante un avituallamiento alguien me sumergió y casi me ahoga, pero no sé quién fue porque, como digo, es imposible saberlo. ¿Golpes? Te dan 50.000 en cada carrera. Es parte de este deporte, pero casi todos son fortuitos», recordó Villaécija. «En cuanto he visto la noticia me he puesto a llorar. Estoy indignada. Quien me conoce sabe que yo nunca pegaría a nadie a propósito, y menos aun a una compañera. Están intentando manchar mi reputación y no lo pienso tolerar. Me he clasificado para mis cuartos Juegos Olímpicos y ahora quieren ensuciar ese logro, que significa mucho. Llegaré hasta donde sea, incluso a tomar medidas legales, porque nada de lo que se ha dicho es cierto», sentenció la bacelonesa.

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