Torres y Ferreras alegran la puesta de largo del Tordesillas en Las Salinas

El Atlético Tordesillas estrenó la temporada como local superando de manera solvente al Palencia CF (2-0). Torres, de penalti, y Ferreras anotaron los tantos tras el descanso. Triunfo, portería a cero y gran imagen para desquitarse del empate de la jornada inaugural ante el Becerril.

Apenas dos acciones peligrosas trazó a lo largo del encuentro el Palencia, que, además, acabó en inferioridad numérica por expulsión del poco antes incorporado Adri Herrera.

Hasta el inicio del segundo tiempo no se abrió el marcador. La primera parte resultó espesa, pues el bagaje ofensivo de la misma podría resumirse en un disparo de Samu que obligó a Toni Varea a poner las manoplas.

Los guantes de Eder no se probaron en todo el partido. El encuentro se jugó en otras zonas del campo, más bien en ninguna, puesto que el balón no tuvo contrato fijo en ningún sitio. En un centro lateral, el Torde encontró a Chatún, que remató balón y carne rival, siendo más relevante lo segundo como desenlace de la jugada, porque la pelota la atrapó el portero y porque de ese golpe, con el hombro del defensa, salió medio pómulo y un parón de cinco minutos, pero el soldado siguió batallando.

Sin embargo, el protagonismo en ataque se lo apuntó Samu, que, por la derecha, intentó desbordar. Pronto hizo amigos con un viejo conocido de Las Salinas. La primera tarjeta amarilla recayó en Torres por una falta a su excompañero Héctor Blanco. Fuego amigo debido a su pasado rojiblanco. Eso pareció, porque en realidad, fue el que más dio la lata al ataque rival. Bonilla relevó a uno de los amonestados, Ivi, al arrancar la segunda parte.

Las tornas del encuentro cambiaron en el primer minuto de la reanudación: penalti por mano, de ésas que depende del día, y gol de Torres con una magnífica definición desde el punto fatídico. El que esperaría una reacción del Palencia se quedó con las ganas, pues el Torde siguió mandando. El ritmo lento, las elocuentes charlas del árbitro, los parones y el balón sin dueño favorecieron a los locales desde que tomaron ventaja en el marcador.

Las esperanzas del Palencia se esfumaron cuando Abel sacó el puñal a modo de pase exquisito que Ferreras, el pequeño del equipo rojiblanco, no desaprovechó. Popi, el segundo recambio del Torde, casi firmó el tercero después de sendos balones al travesaño de los visitantes Bruno y Romaric en apenas diez segundos, lo que hizo despertar al personal.

El último capítulo del encuentro se produjo en los banquillos mediante una tángana absurda y, al mismo tiempo, predecible por cómo habían marchado las cosas, que dejó al revulsivo visitante Adri Herrera en la caseta antes de tiempo. Dos minutos después, le siguieron a vestuarios los demás jugadores, y con alegría en el conjunto rojiblanco al imponerse a un teórico rival directo de la zona alta.

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