Así es la pubalgia, la lesión que se ceba con Lamine Yamal, Nico Williams y Franco Mastantuono
Expertos abordan las razones por la que esta dolencia afecta especialmente a las promesas del fútbol: «Se les obliga a rendir como un adulto cuando no están preparados muscularmente»
Gabriel Cuesta
Miércoles, 12 de noviembre 2025, 13:45
La pubalgia ha saltado esta temporada de nuevo al terreno de juego. Es cierto que es una de las lesiones más conocidas en el mundo ... del fútbol, pero lo que esta vez llama la atención es que se cebe al mismo tiempo con tres de las mayores estrellas de la Liga como Nico Williams, Lamine Yamal y Franco Mastantuono. Un perfil de jugador joven cuya proyección se está viendo frenada por los dolores que soportan al jugar. Es un escenario que incluso ha hecho saltar por los aires las relaciones entre el Barça y la selección española a cuenta del estado físico del extremo azulgrana. Y tener una radiografía de esta dolencia resulta clave para entender el cruce de acusaciones y a qué se enfrentan estos futbolistas en una temporada con Mundial en el horizonte.
Que esta lesión se genere por «una sobrecarga muscular» ante el importante número de partido explica el motivo de este choque frontal. El dolor proviene de la sínfisis del pubis y los tejidos adyacentes debido a un desequilibrio en la musculatura. Y se intensifica, por ejemplo, al correr o golpear el balón. «La alteración en la inserción de los músculos aductores (en las piernas) y de los rectos abdominales produce ese dolor. Es una lesión clásica que había decrecido por la mejora de las preparaciones físicas y las superficies de juego, pero ha repuntado por la llegada tan temprana al fútbol profesional de jugadores muy jóvenes, de entre 14 y 16 años, que se les obliga a rendir como un futbolista adulto cuando no están preparados muscularmente para ello». Quien da ese primer diagnóstico es el traumatólogo Pedro Luis Ripoll, considerado uno de los mejores doctores de España por la revista Forbes y director del 'De Prado & Ripoll Medical Group', centro especializado en cirugía deportiva con el sello de excelencia FIFA.

Un mal común
La desproporción entre grupos musculares del tronco y de las piernas es la causa más frecuente de la tensión del ligamento inguinal, que provoca un dolor continuo en la ingle, agravado con los continuos golpeos al balón.
Psoas
mayor
Ilíaco
Sacro
Ligamento
inguinal
Fémur
VISTA POSTERIOR
VISTA FRONTAL
Recto
abdominal
Glúteo
superior
Aductor
mayor
Aductor
largo
Cuando la única solución es la quirúrgica, lo habitual es estirar los aductores para relajar la tensión del ligamento.
G. DE LAS HERAS

Un mal común
La desproporción entre grupos musculares del tronco y de las piernas es la causa más frecuente de la tensión del ligamento inguinal, que provoca un dolor continuo en la ingle, agravado con los continuos golpeos al balón.
Psoas
mayor
Ilíaco
Sacro
Ligamento
inguinal
Fémur
VISTA POSTERIOR
VISTA FRONTAL
Recto
abdominal
Glúteo
superior
Aductor
mayor
Aductor
largo
Cuando la única solución es la quirúrgica, lo habitual es estirar los aductores para relajar la tensión del ligamento.
G. DE LAS HERAS

Un mal común
La desproporción entre grupos musculares del tronco y de las piernas es la causa más frecuente de la tensión del ligamento inguinal, que provoca un dolor continuo en la ingle, agravado con los continuos golpeos al balón.
VISTA POSTERIOR
VISTA FRONTAL
Psoas
mayor
Recto
abdominal
Glúteo
superior
Ilíaco
Sacro
Ligamento
inguinal
Aductor
mayor
Aductor
largo
Fémur
Cuando la única solución es la quirúrgica, lo habitual es estirar los aductores para relajar la tensión del ligamento.
G. DE LAS HERAS
Es en ese punto, en la sínfisis del pubis, donde se encuentra la unión de los músculos aductores con los abdominales. En el caso de futbolistas tan jóvenes, explica Ripoll, no están lo «suficientemente maduros», lo que genera «microarrancamientos que crean un tejido de baja calidad». Eso se traduce en «dolor e inflamación». Aunque cada caso es particular, los futbolistas habitualmente suelen tener «la pared abdominal menos fuerte que los músculos aductores de las piernas». Eso es lo que hace que estos últimos «tiren hacia abajo» y se genere el dolor por la tensión generada.
El problema es que estos meses se da un «peor escenario por el frío y los campos resbaladizos». El traumatólogo señala que «el abdominal es clave para el equilibrio del futbolista», más aún si hay cierta inestabilidad por el agua. «Se produce un dolor intenso en el perineo. No resta de jugar, pero el futbolista se vuelve menos reactivo, más inseguro, lento...», enumera el traumatólogo. Y avisa que la cabeza también entra en juego a la hora de lidiar con esta lesión: «Otro factor importante para jugar es cómo el jugador gestiona el dolor».
Caso Lamine
Contra eso luchan ahora las tres estrellas de la Liga. Y en el caso de Lamine Yamal, con guerra entre el Barça y la Federación incluida. Estalló por completo ahora, pero el mal rollo comenzó en septiembre. Flick afeó entonces a Luis de la Fuente «no cuidar a los jugadores» después de que el crack azulgrana cayese lesionado tras disputar los dos primeros partidos de clasificación para el Mundial. El Barça se curó en salud para el parón por selecciones de octubre y anunció los problemas en el pubis de Lamine pocas horas después de conocerse la lista, de la que se cayó el extremo. A la tercera saltaron definitivamente las chispas por los dos últimos compromisos de clasificación para el torneo de Estados Unidos, Canadá y México. La Federación lanzó un duro escrito contra el club azulgrana al verse obligada a desconvocar de nuevo a su estrella (había jugado el último choque liguero) por someterse sin avisar a un procedimiento invasivo de radiofrecuencia para aliviar sus molestias. Los médicos le recomendaban reposo durante siete o diez días.
Con esta polémica maniobra lo que busca el Barça es tiempo para que el futbolista alivie sus síntomas. «La pubalgia no se trata de una articulación lesionada, sino de una entesitis. Es decir, la inflamación de la entesis, el lugar donde los tendones, ligamentos o músculos se unen a los huesos», ahonda el doctor. Eso hace que haya cierto margen para evitar tratamientos más agresivos como la operación, que en el mejor de los casos supone perder al futbolista durante dos meses. A lo que se ha sometido Lamine es a la introducción de unas agujas en la zona afectada por las que se transmiten ondas electromagnéticas de alta frecuencia cuyo objetivo es «actuar sobre los nervios para que reduzcan el dolor, mejoren el flujo sanguíneo para reducir la inflamación y aumenten la movilidad de la zona».
Frenar la pubalgia es una especie de batalla biomecánica para conseguir una compensación muscular y que la «tensión disminuya en la zona afectada». Eso hace que hablar de plazos sea complicadísimo. Lorenzo del Pozo, preparador físico y readaptador del cuerpo técnico de Luis Enrique en la selección española y vinculado anteriormente al Sporting de Gijón, avisa de que cada proceso de readaptación es «diferente y las evoluciones distintas» porque«hay muchas posibles causas». «La biomecánica tiene mucho que ver. No conozco a fondo ninguno de los tres casos. Pero, por ejemplo, Nico Williams es un jugador explosivo y rápido que tiene un tren inferior muy fuerte y los isquiotibiales muy acortados». Y eso puede favorecer a que aparezcan los problemas.
«En riesgo»
El quirófano se intenta evitar con una mezcla de reposo, tratamientos conservadores, readaptación y fisioterapia. Eso explica que, por ejemplo, Nico arrastre esta dolencia desde la temporada pasada y que le impida tener regularidad este año. «En verano durante las vacaciones ya realicé un trabajo específico de recuperación. Es una lesión muy difícil, y el que la ha sufrido lo sabe», esgrimía el extremo tras la victoria ante el Oviedo. En su caso, intenta esquivar la operación y, por el momento, opta por un tratamiento conservador que provoca que unos días se levante «de la cama sin dolor y pueda entrenar con normalidad junto a mis compañeros y otras no te puedas ni levantar».
Lo que pretende Nico es evitar seguir los pasos de otros ex del Athletic como De Marcos, Aduriz, Beñat o Sabin Merino. Son algunos ejemplos de futbolistas rojiblancos que pasaron por la mesa de operaciones para rebajar la tensión y eliminar ese desequilibrio muscular. Se pusieron en manos de la doctora alemana Ulrike Muschaweck, una referencia en este campo que ha desarrollado una técnica especial que no emplea ninguna red para reforzar el área , además de usar anestesia local y una sutura especial que minimiza el posoperatorio. Todo ello permite al jugador salir andando por su propio pie, acortar los plazos y volver a competir en aproximadamente dos meses.
«No parar suena muy bonito, pero a veces no queda más remedio. Mentalmente es una lesión difícil. Se va cronificando y aparece el miedo al dolor. Al final, el jugador detecta qué gesto es el que le hace daño», detalla Del Pozo. Para el preparador futbolistas como Lamine, Nico o el madridista Mastantuono, sin plazo de vuelta mientras trabaja en dejar atrás su pubalgia sin disputar minutos, son «jugadores jóvenes en situación de riesgo de lesión». «Se produce cambio de terrenos y exceso de partidos. Irrumpen muy jóvenes, tienen muchos minutos porque son importantes en sus equipos, entran en la dinámicca de la selección... Y a veces tiene consecuencias», zanja.
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