Valladolid

Juicio tras la fiesta benjamín del UD Sur: pelea, denuncia y un agresor escondido

Ese domingo, el club vallisoletano celebraba la fiesta de final de temporada con un evento en el Campo de Municipal de Fútbol 7 Martín Luquero, en los aledaños de la avenida Zamora, donde entrenan y juegan de manera habitual las categorías inferiores de la entidad.

El evento terminó con uno de los padres de los jugadores agredido por varias personas, entre las que en su denuncia figuran «un entrenador del club, su padre y una persona ajena a la entidad». Esta última sería la que le propinaría un puñetazo al agredido, que le llevaría a tener que ser operado de fractura de los huesos propios de la nariz unos días después en el Hospital Río Hortega, y que propició la posterior denuncia, cuyo trámite llevará a que el proceso judicial arranque el próximo mes de noviembre, tras la declaración de los implicados.

El denunciante, que asegura que todo comenzó tras comunicar que su hijo no jugaría en el equipo la siguiente temporada, avisó tras la agresión a la Policía, que enseguida se personó en el recinto. Los agentes pidieron a la víctima que identificara a los agresores, lo que propició en un primer momento «y para no dar el espectáculo», que le pidiera a los directivos allí presentes, que sacasen a los agresores, «para que los policías no tuviesen que entrar al campo y lo viesen todos los niños», valora el agredido. Sin embargo, solo salieron de la instalación las dos primeras personas implicadas, y no el supuesto autor del puñetazo.

Esto provocó que los agentes tuvieran que entrar finalmente en el campo y buscar al tercer implicado, que, según el testimonio del denunciante y la versión de la Policía, se encontraba oculto en las baloneras. Los hechos, con los menores en el recinto, llevó a que varios padres pidiesen responsabilidades a la UD Sur en los días posteriores, pero la respuesta de la entidad no fue satisfactoria «por indolencia», denuncia Martín Martínez, quien decidió junto a otros familiares afectados «sacar» a sus hijos del club para jugar en otros equipos en la presente temporada.

La UD Sur, en cuyo seno se valora que «se han sacado las cosas de madre», se defiende que los hechos «se produjeron fuera de la instalación deportiva», y que en todo momento todas las partes intentaron que los más pequeños no viesen lo que estaba sucediendo «entre los adultos». La entidad no quiere entrar a valorar las medidas tomadas, y prefiere dejar todo «en manos del juez, porque nosotros no tenemos nada que decir», indica el presidente del club, Francisco Javier Mardones.

«Lo único que podemos transmitir, que así se lo hicimos a los padres que nos demandaban medidas, es que estas se han adoptado pero a nivel interno, y no hay por qué hacerlas públicas», subraya Mardones, quien lamenta que este episodio pueda afectar al trabajo de la entidad con las categorías inferiores.