Ivi repite en el Real Ávila la maldición de los ascensos

Ivi hace un balance positivo tras uno de los años más duros «extradeportivamente» de su carrera. Primero, por la decisión de renovar en Ávila tras marcar 15 goles el curso pasado. «Dejé de lado otras cosas, no me arrepiento de nada, estoy orgulloso de lo que hemos hecho». Y por los altibajos. «Teníamos un proyecto para subir, pero los resultados no nos acompañaron». A ese mal inicio siguió la venta del club y una inestabilidad constante. Los nuevos dueños, vinculados a una agencia de representación, probaron jugadores a mitad de curso como si aquello fuera la pretemporada. «Ha habido días en los que hemos sido más de 30 jugadores. Al final, los que teníamos ficha nos hemos unido más».

El Ávila terminó cuarto la liga regular con tres puntos menos que el Salamanca, el criterio de desempate que anula los penaltis si la eliminatoria sigue igualada tras la prórroga. Pese a las circunstancias, el final deja un sabor agridulce. «Sí que nos los creímos, sabíamos que éramos capaces, pero no supimos gestionar los inicios de cada parte, nos metieron dos goles y al final el Salamanca fue justo ganador». A un aficionado gimnástico con memoria le encajaría un final así.

Y así llegará el Ávila a su centenario. «Cien años no se cumplen todos los días; si se cumplen es porque se han hecho bastantes cosas bien». Es algo que le inculcaron cuando llegó de Segovia con Christian, que defendió la portería de la Segoviana hasta el ascenso a Segunda RFEF. «Mucha o poca, siempre hay gente pendiente de nosotros a la que le importa el Ávila. La impotencia que teníamos en el Helmántico la veía reflejada en ellos; lágrimas, enfado... Son cosas que te hacen creer en el fútbol modesto».

El Ávila rompió el año pasado un decenio sin 'play-off' y ha repetido éxito. Pero el desenlace tiene esos matices segovianos para Ivi. «Parece que sí, pero al final siempre hay algo que te tira para atrás. No sabemos el qué, pero se nos ha escapado por detalles. Pero es el camino a seguir para que este club ascienda, que se lo merece». Lo dice alguien que sigue regularmente a la Sego, consciente del abismo que separa la Segunda RFEF y la Tercera. «Son dos mundos distintos, esto no deja de ser la Tercera de antes; pero es lo que le toca al Ávila, ese paso que hicimos con la Sego cuando subimos».

«Por supuesto que me gustaría volver a la Sego, pero ellos están en un punto distinto al mío»

Ivi se ha ganado el cariño de la parroquia del Ávila, donde vive, tras las bromas a su llegada por sus orígenes. «La gente es muy agradecida. Con todas las diferencias que quieras, es muy similar a Segovia. Un equipo de provincia que quiere estar lo más arriba posible. Siento que he caído bien aquí y me lo hacen saber».

Tras una campaña con 11 goles en 24 partidos –un promedio similar al del curso pasado– y sin grandes lesiones más allá de una rotura en el isquio, termina satisfecho. «Quizás no sea un goleador nato, pero he hecho bastantes goles. Lo que puedo aportar es ese último pase, esa pared, asistencias…»

Dos años después de salir de la Sego, mantiene ese vínculo. «Estoy orgulloso de lo que están haciendo, pero yo sé dónde estoy. Ojalá vaya más para arriba, pero lo que quiero es disfrutar del fútbol». Se tomará un tiempo antes de valorar su continuidad en Ávila, pero no cierra la puerta a un regreso. «La Segoviana siempre ha sido mi casa, pero ellos están en un punto distinto al mío. Por supuesto que me gustaría volver, pero ahora ni lo contemplo»