«Lo único que quería era volver a jugar, competir y ser parte de un vestuario»

Fernando Llorente Mañas (Segovia, 18 de septiembre de 1990) solo ha tenido una idea entre ceja y ceja durante los últimos meses: volver a jugar. Sentir de nuevo la adrenalina de la competición, el olor a césped, participar en la vida diaria de un vestuario, era su única obsesión desde que el pasado verano se rompió el quinto metatarsiano y se tuvo que enfrentar a la cara más amarga del fútbol.

Unas semanas antes de ese fatal acontecimiento, Llorente se había desvinculado del Sabadell, con el que había militado durante dos temporadas en Segunda División A. Le tocaba enfrentarse a la tarea de estudiar detenidamente las ofertas que le llegaran y de tener el acierto necesario para elegir el mejor destino. Sin embargo, la lesión truncó de golpe sus planes. «Al principio te sientes el tío con peor suerte del mundo y se te pasan muchas cosas por la cabeza. Pero eso fue solo en un primer momento por el calentón. Después, solo pensaba en volver y volver y volver...», cuenta el futbolista segoviano, que antes de pasar por el Sabadell estuvo en las categorías inferiores del Villarreal.

Admite que han sido unos meses difíciles: «A los futbolistas ya de por sí nos gusta poco estar pendientes del mercado [de fichajes], pero si encima estás lesionado...». Al no tener equipo tuvo que afrontar la recuperación casi en solitario, pero en su mente solo había una idea: regresar si cabe con más fuerza. Ese objetivo guió su preparación, que incluyó estar cerca de un mes entrenando con la primera plantilla de la Gimnástica Segoviana. «Me dieron todas las facilidades para que entrenara con ellos y fue muy bonito. Poder trabajar con el equipo de mi ciudad y coincidir con compañeros con los que había jugado antes estuvo fenomenal», explica.

Llegada a Burgos

Su reciente fichaje por el Burgos eliminó de un plumazo cualquier posibilidad de que se incorporara a la Segoviana para lo que restaba de temporada. Una opción que desde el club gimnástico no descartaban, aunque su incorporación al conjunto burgalés ha sido casi tan celebrado como si hubiera decidido finalmente quedarse en Segovia.

Deseaban los integrantes de la plantilla gimnástica entre los que se encuentra su hermano Xavi que le fuera bien a Llorente después del calvario de estos meses. Se apuntó a las sesiones que organiza la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) coincidiendo con la apertura del mercado de invierno para ofrecer un escaparate a aquellos jugadores que se encuentran sin equipo. Allí se volvió a vestir de corto, se sintió de nuevo futbolista y llamó la atención de varios equipos que se interesaron por sus servicios.

Uno de ellos fue el Real Jaén, aunque finalmente se decantó por el Burgos. «Puso mucho interés en mí y tenía muy buenas referencias del club», asevera el jugador, que celebra haber encontrado esta salida: «En el mercado de invierno es mucho más difícil encontrar equipo porque casi todas las plantillas están cerradas y hay pocos sitios. Yo he tenido suerte de haber recibido ofertas».

Su adaptación al club burgalés no ha podido ser más positiva. Debutó este fin de semana y marcó el gol que abrió el camino de la cómoda victoria ante el Real Áviles (3-0). «Fue un alivio después de tanto tiempo sin jugar. Tampoco sentí cosas muy diferentes a los seis o siete partidos que jugué con la selección AFE. Sí que noté la chispa de competitividad que hay en un partido de Liga como el que disputamos ante el Áviles. Fue bonito», resume.

Relajado tras su inmejorable estreno, que le permitió disputar un partido de Liga por primera vez desde el pasado mes de mayo, Llorente asegura sentirse muy a gusto en Burgos («La gente me ha recibido muy bien», comenta). En su nueva casa espera poder mostrar sus virtudes como futbolista y no le da importancia al hecho de haber cambiado la Liga Adelante en la que jugaba la temporada pasada con el Sabadell por la Segunda B: «Todo el mundo me lo pregunta, pero no es algo en lo que me haya fijado. Lo único que quería era recuperar sensaciones, jugar, volver a ser parte de un vestuario, competir...».

Apoyos

Inmerso en esa tarea se encuentra ahora y tan implicado está en ella que ni se ha planteado qué espera que sea de él a partir del próximo verano, cuando le tocará estudiar si renueva con su actual club o tiene que cambiar de aires de nuevo. «Solo pienso en terminar la temporada con el Burgos, en darlo todo por este club y en volver a disfrutar jugando al fútbol. Lo demás, dónde voy a jugar y todas esas cosas, ya se verá luego», zanja.

Llorente deja atrás un camino de espinas en el que, destaca, ha sido fundamental el apoyo de los más cercanos. «La familia, la novia y la gente que está a mi lado son los que más me han apoyado en estos meses y se lo agradezco mucho», subraya este mediocentro, al que todavía le quedan muchos sueños futbolísticos por vivir. El infortunio de una lesión amenazó con truncarlos, pero él ha regresado como si nada hubiera pasado para hacer lo que más le gusta: disfrutar del juego. Y como repite él varias veces: «Jugar, jugar, jugar y jugar».