El Recoletas juega con fuego...y se salva de la quema por milímetros

No se llevó el gato al agua el colista, y si no lo hizo fue solo por milímetros, rescatado por los veteranos Diego Camino y, sobre todo, Yeray Lamariano. En Zorrilla no hubo galones para huir de la quema, y sin embargo en Huerta del Rey la experiencia de portero y central resultó vital para atar dos puntos que durante muchos minutos estuvieron en chino para los de Pisonero, más atenazados a medida que se acercó el final.

Seguramente el humilde Antequera mereció más (23-26, minuto 51), pero su respuesta en esos segundos finales fue inversamente proporcional a la de su rival, que, pese a sus enormes lagunas atrás, acabó más intenso y enchufado.

La victoria, la novena, sirve la permanencia en bandeja al conjunto vallisoletano, que el próximo domingo tiene la oportunidad de echarla el lazo de forma definitiva si se apunta el derbi ante el BM Nava.

Aun y con todo, no fueron excesivamente malos los inicios del Recoletas, que muy pronto encontró demasiadas facilidades para marcar y mandar en el marcador (9-6, minuto 16 con seis de Jorge Serrano). Su problema, y por ahí venían los peores augurios de su técnico, lo tenía atrás. Y no precisamente por la capacidad realizadora de los visitantes. Excesivamente contemplativo y falto de concentración, muy pronto las facilidades cambiaron de bando y los errores empezaron a penalizar al Recoletas (12-12, minuto 27).

Errores infantiles en el pase permitieron que el BM Antequera fuera creciendo en confianza y creyendo en su plan de partido y, sobre todo, en sus opciones de victoria. Su hoja de ruta no tenía dobleces. Posesiones apuradas al límite y una defensa 6-0 férrea que maniató cualquier amago de elevar el ritmo a los locales. No se permitía la velocidad, y sin posibilidad de recurrir al contraataque, el Recoletas se fue poco a poco desinflando hasta quedar en manos del colista. Del equipo que nada tenía que perder, que jugaba cómodo y con libertad, y que en el minuto 36 tomó el mando de las operaciones para no abandonarlo prácticamente hasta los dos últimos minutos de partido.

Pisonero intentó activar a los suyos, ordenando diferentes alternativas en defensa (especialmente el 5-1 con Miguel Camino de avanzado), pero cada vez que la maquinaria parecía arrancar, la fuga llegaba en campo contrario, donde en los momentos de mayor confusión hasta el punto de penalti se le resistió a Méndez, Miguel Camino y Ramos.

El paso de los minutos fue entonces el peor de los enemigos para un plantel, extraordinariamente tierno en determinados escenarios, que sin embargo pudo huir de la quema justo cuando más ardía la hoguera (23-26, minuto 51). Fueron los más veteranos los que dieron un paso adelante y se echaron al equipo a la espalda. Primero Diego Camino, forzando diferentes situaciones en seis metros que culminaría desde el punto de penalti. Y en última instancia Lamariano, con con un recital en la portería que sepultó las últimas esperanzas del BM Antequera.

El final, ya sin fuego pero con rescoldos, lo gestionó mejor el Recoletas. Atacó para ganar con 28 segundos en el crono (28-28), lo logró Méndez a tumba abierta, y luego defendió para confirmar su victoria a 11 segundos del final, negando el último lanzamiento a Grandi (29-28).