Victoria final del Real Valladolid Baloncesto para homenajear a Hugo López
El conjunto blanquivioleta derrotó en Pisuerga al Palma en un encuentro que sirvió para rendir tributo al técnico tras su trayectoria
El Pucela quiso homenajear a Hugo López en su último encuentro en el banquillo del Polideportivo Pisuerga. Y lo hizo con victoria. Un buen encuentro del cuadro blanquivioleta, que no dio opciones al conjunto mallorquín, siempre por detrás en el marcador.
El primer cuarto, el técnico vallisoletano apostó por Puidet, Nacho Martín, Mason, Pantzar y Ven Zegeren. Y le funcionó. El RVB comenzó a engrasar la maquinaria con el estonio a los mandos. En defensa, Van Zegeren se erigió por encima del resto con una gran actuación tanto en el rebote como en el marcaje. Con el Palma desacertado en la elección de tiro, y con la mano fría desde el exterior, el Pucela supo mantener a raya las ofensivas visitantes y manejó el partido manteniendo la distancia de 5 puntos en el marcador. El Palma, ya clasificado para los playoff de ascenso, comenzó a carburar tarde pero a tiempo para acortar la ventaja hasta el 17-14 con el que sonó la bocina.
Entró fuerte el Real Valladolid Baloncesto en el segundo cuarto. Kohajda, algo tosco en ataque, sí supo valerse de su corpulencia para ser un bastión defensivo en la pintura y ayudar en el rebote. En ataque, Kavas, entrando también desde el banquillo, aportó la continuidad necesaria para mantener a raya a Kullamae, Figueras y compañía. Con nueve arriba para los locales y 26-15 en el marcador, el técnico visitante, Pau Tomás, decidió parar el encuentro para que el RVB no se fuese en el electrónico. El cuadro balear ajustó en defensa e intentó balancear el conteo para intentar la remontada. Pero apareció el de siempre. El estadounidense Reed Timmer, empezó hacer de las suyas y el equipo volvió a jugar. Ambos conjuntos propusieron un ritmo más alto, moviendo la bola con velocidad y, con ello, el ritmo del partido aumentó.
Al final del segundo cuarto, Palma inició su particular hora feliz a costa de una defensa pucelana que no cerraba bien y concedió demasiados rebotes, que sobretodo Suskavcevic supo aprovechar para acercar de nuevo a su equipo en el marcador. El 38-33 con el que se llegó al descanso fue un fiel reflejo de lo visto en el campo porque, aunque el Real Valladolid llevó el peso del partido, el Palma supo aprovechar mejor los desajustes locales y penalizar los rebotes concedidos.
Real Valladolid Baloncesto
Melwin Pantzar (3), Jaan Puidet (7), Antoine Mason (9), Nacho Martín (16), Joey van Zegeren (12) -quinteto inicial-. También jugaron: Juan Sáez (-), Matej Kavas (5), Sergio De la Fuente (5), Justin Kohajda (2), Daniel Astilleros (8), Reed Timmer (18)
85
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73
Palmer Palma
Pol Figueras (6), Kristian Kullamae (20), S. Correia (2), Justin Raffington (2), Jacobo Díaz (5) -quinteto inicial-. También jugaron: Milan Suskavcevic (13), Sergi Huguet (0), Alejandro Rivas (3), Karamo Jawara (-), Ronnie Harrell (17) y Sean McDonnell (5)
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Parciales 17-14 | 21-19 | 20-17 | 27-23
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Árbitros López Herrada, García Crespo y Gómez Luque
Ya en el tercer cuarto, Hugo López sacó un quinteto con Timmer y Puidet para intentar dominar desde la gestión de la posesión y la buena organización ofensiva. Y el técnico acertó. El 12 blanquivioleta, cómodo en el partido, afinó desde el tiro exterior y el 6 también se apuntó a la fiesta. Además, con la salida de Nacho Martín, el equipo encontró un referente para filtrar balones a la pintura. El vallisoletano, con la mano caliente, no solo contribuyó a sacar más ventaja, sino que cargó de faltas a un Palma que no conseguía frenarle.
Pese al buen juego local, el Pucela no logró destacarse en el marcador debido a las pérdidas y precipitaciones en inicio de jugada y la falta de contundencia en el rebote, problema que acompañó al Pucela durante todo el choque. Así las cosas, el 58-50 con el que terminó el tercer cuarto hacía presagiar un final emocionante en Pisuerga. Pero no fue así.
En el último cuarto, el Real Valladolid Baloncesto corrigió finalmente ese sangría del rebote e incluso consiguió mejorar en el ofensivo. El 73-59 que campaba en el electrónico a cinco minutos del final dio buena cuenta del buen hacer blanquivioleta. Con los 14 de ventaja, el conjunto mallorquín decidió apretar con un arreón que el mismo cuadro balear disipó con dos concesiones seguidas.
Con el 81-73 a falta de un minuto para el final, el RVB cerró el encuentro para poder despedir como se merecía a su entrenador. Tras el pitido final, el Pisuerga se puso de pie para aplaudir no solo a su equipo sino a un técnico que, emocionado y agradecido se llevó la mano al corazón antes dejar por última vez el parqué vallisoletano.