Real Valladolid Baloncesto

El UEMC aspira a recomponerse en Burgos sin pensar más allá

En la sede del Real Valladolid Baloncesto se confiaba en una transición tranquila, en cierto modo espinosa por la reducción del coste salarial, pero la realidad ha atropellado cualquier expectativa. Las sensaciones transmitidas en este mes de octubre, más allá de los resultados, han cambiado el paso al equipo de Lolo Encinas, que ahora incide en su trabajo defensivo para salir del túnel.

«El problema no es el ataque, es la defensa. Si te meten canasta cada vez, da igual como quieras jugar. El problema es atrás, con canastas fáciles y rebotes ofensivos. En ataque vamos a jugar a la carrera y dinámicos todo el año, pero tenemos que defender. Hay que bajar el culo y tener más solidaridad y responsabilidad en el uno contra uno», apunta el técnico del UEMC, horas antes de medise como visitante al Tizona (viernes, 20:45 horas en El Plantío).

La resaca que dejó el último varapalo ha sido difícil de digerir, pero más llevadera con el aterrizaje del pívot letón Rozitis, que sustituirá durante el próximo mes la baja de Vucetic. «Ahora cada uno va a saber dónde ponerse. En pretemporada he pedido determinadas cosas y con reglas propias para cada uno. Llevamos dos semanas que a dos o tres les pido lo suyo y lo de el que falta. Entonces el equipo se confunde y nos hemos parado. Nos va a ayudar (Rozitis) a que cada uno vuelva a saber hacer a, b y c», analiza Encinas sobre su reciente adquisición.

No tiene el UEMC un rival propicio para salir del bache y empezar a construir desde la defensa. Si de algo puede presumir el Tizona de Salva Camps es de no alterar el guion. Juega a lo mismo en el minuto 0 y en el 40, tal y como ha demostrado en las tres primeras jornadas. Perdió en el estreno ante Palencia jugando a 90 puntos (85-91), cayó en su primer desplazamiento ante el Betis con idéntica apuesta (95-76), y encontró la recompensa a la tercera nada menos que con Estudiantes enfrente (94-91). De ese patrón poco hay que descubrir. Con otras herramientas, pero es el mismo del año pasado con Diego Ocampo en el banquillo. Transiciones muy rápidas, vértigo en el juego y poco tiempo para pensar en su defensa. Y, como apunta Encinas, le sobran 16 segundos de posesión para anotar.

«Tizona en sus primeros 8 segundos mete el 60% de sus puntos, si no somos capaces de aguantar eso, nos meten 95. Es clave contra ellos tener una buena defensa y jugar cinco contra cinco», sostiene, reconociendo que «si Tizona nos hace 90 puntos, no tenemos opción. Ya podemos atacar como los ángeles...».

Soluciones que ahora mismo son irrelevantes si no se recuperan sensaciones y la identidad colectiva perdida en los dos últimos partidos. «Es un buen reto, chulo», admite Lolo Encinas. «Ahora lo que quiero es recuperar. Nos daría igual jugar contra un Plata. Ahora hay que recuperar lo que hasta hace 15 días estábamos haciendo, lo que he visto que podemos ser», concluye.