Productos amparados por diferentes figuras de calidad de la región. El Norte

Un sistema de calidad para preservar un legado y generar riqueza

En la región existen 70 marchamos para proteger productos específicos y promover cualidades únicas

Silvia G. Rojo

Salamanca

Viernes, 22 de octubre 2021, 17:07

Buena parte del sector agrolimentario de Castilla y León está vinculado a un sistema de calidad que toma forma a través de diferentes figuras. La comunidad autónoma, con 70 marchamos, es referente en regímenes de calidad que tienen como objetivo proteger las denominaciones de productos específicos para promover sus características únicas, ligadas a su origen geográfico y al saber hacer atesorado en una zona concreta.

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Las figuras de calidad afectan a los más variados sectores que van desde las carnes y embutidos a los quesos y legumbres, pasando por las frutas y hortalizas. Todos ellos amparados por ese reconocimiento de Denominación de Origen Protegida (DOP) e Indicación Geográfica Protegida (IGP); Marcas de Calidad y de Garantía y otra serie de referencias hasta las 70, en las que se encuentra también el sello de Tierra de Sabor.

Entre los casos de éxito está el de la Denominación de Origen Protegida Guijuelo que, a pesar de que tiene carácter supraautonómico la zona de producción, la de elaboración está ligada exclusivamente a 78 municipios salmantinos, con su epicentro en la propia localidad de Guijuelo.

Fue la primera denominación reconocida en este sector en España y nació con el objeto de «proteger los métodos tradicionales de cría y engorde ligados a la dehesa, además de la elaboración artesana aprovechando las fantásticas condiciones climáticas de la zona para preservar un método de elaboración tradicional que se identifica con un jamón con muy poca sal», explica el presidente de la DO Guijuelo, Juan Carlos González.

Al amparo de la DO se ha crecido en capacidad de sacrificio y exportación, lo que «es una herramienta esencial para poder competir en mercados exteriores, somos una herramienta de diferenciación, de calidad y de certificación en origen y eso, ayuda».

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Relativamente joven es la IGP Lenteja Tierra de Campos que cuando nació, en el año 2005, contaba con 600 hectáreas de superficie y, a día de hoy, son 5.000 hectáreas las que se siembran cada año de media. En la mente está «duplicar esa superficie», dice Javier Alonso, director técnico de la IGP. Para Alonso, «el gran reto que tenemos es que la gente entienda lo que es una IGP, y aunque saben que es una cosa buena, es una de mis luchas».

Esta lenteja se caracteriza porque es pequeña y su color es pardo, «es una variedad que se ha adaptado a esta zona y, de no existir la IGP, hubiera terminado por desaparecer». El gran logro de la indicación, en la que están implicados 300 agricultores, «está en el vínculo que henos conseguido entre productores y envasadores pues siempre se siembra bajo contrato y eso da una estabilidad en el precio y en el cultivo, además de seguridad y tranquilidad», añade.

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Otra Indicación Geográfica Protegida de referencia es la de la Cecina de León, la única de toda la provincia y que liga un producto tradicional con el nombre de León.

José Luis Nieto, presidente de esta IGP, asegura que esta figura ha servido para crecer «exponencialmente» en comercialización, al tiempo que asume que el resto que les queda es evitar el fraude. «La gente está muy conciencia, sobre todo en Europa, y busca los sellos de las figuras de calidad. Aquí, todavía, en los productos alimentarios hay mucho fraude en todo lo que no es vino», mantiene.

Los productos amparados por esta IGP deben cumplir unas condiciones muy concretas en cuanto a pesos o tiempos, «tenemos una figura bien hecha», pero lamenta esa «picaresca» por lo que pide a las administraciones «que den cinco o seis pasos contra el fraude».

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Otro de los sectores en los que Castilla y león es sinónimo de calidad es en el del vino puesto que el 86 % de la superficie del viñedo de la comunidad se encuentra adscrita a alguna de 13 DO o la IGP Vino de la Tierra de Castilla y León.

Por otra parte, según estudios recientes de la Comisión Europea el valor de venta de un producto con denominación protegida es, de media, el doble que el de alimentos similares sin certificación. Esto supone un claro beneficio económico para los productores en cuanto a comercialización e incremento de las ventas gracias a la gran calidad de estos productos, su reputación y al hecho de que los consumidores estén dispuestos a pagar más por adquirir el producto auténtico. En definitiva, supone un beneficio para todas las partes.

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Tierra de Sabor, una referencia para reconocer la calidad diferenciada

El de Tierra de Sabor es otro de los sellos con los que se reconoce la calidad diferenciada bajo estrictos controles de los productos de Castilla y León. No en vano, el corazón amarillo es el sello de calidad más conocido en España entre los consumidores de productos agroalimentarios y el favorito entre los residentes de la zona centro, incluyendo Madrid, según un estudio de la consultora Nielsen. De igual modo, estos productos de calidad reconocida y avalada, que no dejan de ser de proximidad, están presentes a través de las diferentes empresas en el Market de Tierra de Sabor por lo que acceder a cualquiera de ellos sin mayor dificultad está a tan solo un click. Se trata de producciones que hablan de origen, calidad y territorio.

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