Ensalada y verano, amor a primera vista
Hay variedad de alternativas en uno de los platos más sencillos de elaborar que deja también espacio a la improvisación
De lechuga, de pasta, de arroz, de legumbre… Con aceite y vinagre, con mahonesa, con salsa rosa, con vinagreta… Nadie discute que la ensalada y ... el verano forman un dueto perfecto, una relación estable que se renueva cada año cuando se acercan las altas temperaturas.
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Salta a la vista que existen infinitas recetas para las ensaladas, tantas como personas que las elaboran, y multiplicadas por las ocasiones. Hay recetas de profesionales y otras improvisadas, abriendo el frigorífico y tirando de las reservas que se tienen en casa.
La ensalada es uno de los platos más sencillos de elaborar, pues sólo debemos mezclar los ingredientes elegidos, aliñar y listo para consumir, sin embargo, si deseamos elaborar una ensalada perfecta, debemos tener algunos factores en cuenta y elegir adecuadamente. ¿Queremos la ensalada como entrante? ¿Preferimos tomarla como plato fuerte? ¿Dónde las vamos a comer? ¿Con qué la queremos aliñar?
Hay que huir de las ensaladas aburridas, darlas una vuelta y apostar por la innovación. Si buscamos una ensalada de verdura, podemos añadir a la lechuga más variedad de 'verde'. Espárragos trigueros frescos, ajetes tiernos, floretes pequeños de brócoli o coliflor, col china picada, zanahoria rallada, pepino o calabacín espiralizado, hojas tiernas de espinacas, cebolla caramelizada, lombarda en juliana, coles de bruselas al vapor… En general cualquier verdura que guste, cruda o cocinada ligeramente. No hace falta añadir grandes cantidades, pero es interesante jugar con los sabores y colores.
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Las legumbres son el ingrediente estrella para que las ensaladas se conviertan en un plato completo y saciante. Se puede elegir entre judías, garbanzos o lentejas cocidas, bien escurridas, y mezclar con el resto de los ingredientes. Las legumbres, incluso, pueden valer también como aliño, con un hummus ligero de garbanzos o de lentejas.
Para los incondicionales de la pasta, en su ensalada perfecta no pude faltar este producto estrella. A partir de ahí, se abre la nevera y dependiendo de las provisiones la maquinaria se pone en marcha. Desde el queso suave hasta el pavo, pasando por las gulas o los palitos de cangrejo y un largo etcétera. La pasta también se puede sustituir por arroz integral cocido, quinoa cocida, mijo, cuscús, arroz salvaje, maíz o trigo tierno.
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Entre los ingredientes más exóticos están empezando a coger fuerza las semillas que cada vez aparecen más en las ensaladas. En especial, las semillas de lino, chía y sésamo. Es muy sencillo, se espolvorea un puñadito de semillas por la ensalada y listo. Por otro lado, las frutas marcan también otro toque de originalidad y un sabor dulce. Gajos de naranja o mandarina, trozos de manzana o pera, limón recién exprimido, trocitos de papaya o mango, nectarina, fresas, moras, frambuesas…
¿Y el aliño? Tantas alternativas como gustos. Aceite de oliva virgen extra, vinagre de manzana, zumo de limón, tahini, hummus ligero, cremas o mantequillas de frutos secos,miso, yogur de soja, levadura de cerveza… Y un toque final de hierbas frescas, no hay a quien se le resista. Hojas de perejil, albahaca, cilantro, menta o hierbabuena le darán un toque especialmente fresco a tu ensalada. No hace falta poner muchas.
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Recetario Degusta
Con todas estas alternativas, ya solo nos queda experimentar. Probar con los nuevos ingredientes y huir de lo tradicional.¡Suerte!
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