El vino del hijo de Tilio
El nuevo proyecto del enólogo Francisco Martín San Juan se estrena con 94 puntos en la Guía Peñín
Francisco Martín San Juan es viticultor, enólogo, ingeniero técnico agrícola y director técnico de Bodegas Pradorey. Un espíritu inquieto para quien hacer vino es «una ... pasión». De ese volcán interior, siempre activo, «surge la necesidad de hacer lo que me gusta, de hacerlo con mi uva y con un proyecto personal. La pasión con la que se hacen las cosas mueve el mundo», sintetiza Francisco. A ello le ayudará su hermano Alfredo, quien se encarga de las 11 hectáreas de tempranillo que poseen en la Ribera del Duero vallisoletana. El nuevo proyecto de Francisco Martín San Juan, Bodega Casa Detilio, saca al mercado su primer vino, Detilio 2020. Puesta de largo que se presenta al público con los recién estrenados 94 puntos que le ha otorgado la Guía Peñín
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Detilio es un vino de autor, Ribera del Duero, 100% tempranillo, elaborado artesanalmente con dimensiones de microbodega. «Es un homenaje a mis padres, Tilio y Paquita, trabajando con los valores que nos inculcaron, como el esfuerzo, el respeto, la humildad y sobre todo pasión», señala Martín, quien también explica que «la naturaleza agrícola familiar se plasma en la etiqueta, simbolizando una espiga de cereal que tantos agricultores de nuestra localidad natal de Langayo (Valladolid) han sembrado durante tantas generaciones». Igualmente, para Martín es un «orgullo poner el nombre de Langayo en el mapa vitivinícola».
«Esto que estoy haciendo es por sentirme feliz y hacer felices al resto. Esto se mueve mucho con el corazón y los sentimientos. Te estás bebiendo mi alma y la de mi hermano. Es invertir en felicidad más allá del desarrollo profesional, porque también está el desarrollo personal y humano», refleja en enólogo.
Su inspiración surge durante la pandemia, en 2020, cuando ve la posibilidad de cerrar «el círculo virtuoso de elaborar mi propio vino con mis propias uvas. Un vino a través de viñedos singulares, con terruños particulares y diferentes variedades con la intención de plasmar su autenticidad, con un estilo propio de vinos elegantes, sutiles, con mi personalidad y gran capacidad de guarda». El objetivo es elaborar pequeñas producciones para mantener siempre la identidad.
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Concretamente, Detilio 2020 nace de viñedos en propiedad en la finca Teso la Talda, situado en el corazón de la Ribera del Duero vallisoletana, entre el término municipal de Padilla de Duero y Quintanilla de Arriba, en un paraje privilegiado en el balcón suroeste del rio Duero, se trata de una parcela excepcional, un cerro surcado por pronunciadas laderas y bellas vaguadas, en la que la variedad tempranillo alcanza su máxima expresión y singularidad, a 849 metros de altitud sobre el nivel del mar, da lugar a un microclima especial.
A Casa Detilio «llegarán otros proyectos, como Rompecarros, un vino de diferentes uvas prefiloxéricas de la localidad burgalesa de Baños de Valdearados». Actualmente se encuentra en proceso de envejecimiento entre ánforas y barricas de diferentes edades en una bodega tradicional situada de la localidad palentina de Santillana de Campos. Lo siguiente será un vino blanco, con crianza, con las mejores variedades de uva de Castilla y León.
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