Las muertes más traumáticas de las series de televisión

El fallecimiento del protagonista masculino de ‘Anatomía de Grey’ ha desatado la polémica pero no es la primera vez que la desaparición de un personaje principal nos deja con la boca abierta frente a la pequeña pantalla

Rebeca Alonso

Jueves, 18 de junio 2015, 17:59

Más de un fan de Anatomía de Grey se ha quedado pasmado en el sofá de su casa al ver cómo el protagonista masculino, encarnado por el actor Patrick Dempsey, fallecía en un capítulo de la última temporada, dejando en la ficción una mujer y tres hijos. Este giro inesperado de Shonda Rhimes, creadora de la serie, decepcionó a miles de seguidores hasta el punto de crear una petición en la plataforma change.org para resucitar al personaje, acción que de nada les sirvió. Pero no es la primera vez que la muerte totalmente inesperada de un protagonista principal en la pequeña pantalla deja a la audiencia atónita. Tampoco se salvan las series españolas.

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Empecemos con un toque de nostalgia. ¿Quién no recuerda la muerte de Chanquete? El episodio en que el entrañable personaje interpretado por el inolvidable Antonio Ferrandis en la exitosa serie Verano azul fallecía puso a toda España de luto. De hecho, el 29 de julio de 2014, la muerte de Chanquete se convirtió en Trending Topic, ya que durante el verano pasado TVE repuso una vez más los episodios de este producto que estrenó en 1981. Twitter se llenó de mensajes de internautas que lloraban, 33 años después. Y es que ya son varias las generaciones que tienen grabado en su memoria el momento en que Pancho grita: «¡Ha muerto Chanquete» y la canción Algo se muere en el alma.

Otra muerte trágica en una mítica serie española es la de Marcial, interpretado por Jorge Roelas, en Médico de Familia. Un accidente acababa con la vida del compañero y amigo de Nacho en el triste final de esta serie familiar de Telecinco. Unos años después, en Los Serrano, se fue más allá con la muerte de Lucía, la protagonista femenina y madre de la televisiva familia para que Belén Rueda pudiera dedicarse a proyectos de cine. Menos mal que al final fue todo un sueño de Diego (Antonio Resines). ¿O no? Aquel final abierto y extraño no logró satisfacer a un gran número de seguidores.

Siguiendo en las series nacionales, dos ejemplos de fallecimientos pero, por desgracia, en la vida real, son Mariví Bilbao y Emma Penella. Ambas actrices participaron en Aquí no hay quien viva y después en La que se avecina. Por motivos de salud se tomaron un descanso en la serie y después fallecieron, primero fue Emma Penella y más tarde Mariví Bilbao. La serie las dedicó a ambas un pequeño homenaje, ya que el personaje interpretado por José Luis Gil dice en un capitulo que echa de menos a su suegra (Emma Penella). En otro episodio se oyen los típicos gritos de Izaskun (Mariví Bilbao). Otro triste caso fue el fallecimiento del actor Roberto Cairo que encarnaba a Desi en Cuéntame, un amigo íntimo del protagonista Antonio Alcántara. La serie dedicó un doble homenaje al intérprete y al personaje en el capítulo Polvo al polvo. Algo parecido ocurrió en la serie americana Big Bang Theory, donde la actriz que interpretaba a la madre de Howard (con su voz porque nunca se la veía, solo se la escuchaba) murió repentinamente y los guionistas decidieron que el personaje falleciera también.

Volviendo a las muertes de protagonistas en la ficción, existen más casos en series estadounidenses actuales además de Anatomía de Grey (donde por cierto a lo largo de sus once temporadas han fallecido otros personajes importantes como Mark Sloan o Lexie Grey). Por ejemplo Homeland. La serie giró durante tres temporadas alrededor de Carrie (Claire Danes) y Brody, acabó con la vida del protagonista masculino interpretado por Damian Lewis a través de una ejecución. En esta ocasión, al contrario que ocurrió en Los Serrano, la serie ha conseguido mantener e incluso aumentar la intriga de la trama y ofrecer unos giros apasionantes en capítulos siguientes. Hay que reconocer que algunos rumores apuntaban a una mala relación entre Claire Danes y Damien Lewis algo que, de ser cierto, pudo influir en ese desenlace de temporada. Algo más que rumores fue lo que ocurrió en Dos hombres y medio, cuando la cadena CBS y el estudio Warner Bros Television despidieron a Charlie Sheen zanjando así un conflicto que se inició cuando el actor comenzó un tratamiento de rehabilitación de sus adicciones a las drogas, el alcohol y el sexo que obligó a suspender el rodaje de la serie. Los guionistas mataron a Charlie Harper, el protagonista masculino que encarnaba Sheen, y crearon una línea argumental en la que hicieron sitio a un nuevo personaje principal que interpretaría el guapo Ashton Kutcher.

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Pero si hay una serie que no tenga piedad con los protagonistas esa es Juego de Tronos. Y es que George R. R. Martin, escritor de los libros en la que se basa, ha creado una saga de carácter coral en la que la muerte está al acecho constante. En la primera temporada de la serie muchos televidentes (especialmente los que no han leído los libros) pensaron que Ned Stark era el protagonista masculino y se quedaron de piedra cuando en el penúltimo capítulo le cortan la cabeza. Lo bueno es que a finales de la tercera temporada, con la boda roja, los espectadores quedan insensibilizados (si es aún no lo estaban) y dejan de sorprenderse de las constantes actuaciones de la parca en la trama. Está claro que nadie es imprescindible ni inmortal en los siete reinos.

Los dibujos animados, a pesar de dirigirse al público infantil, no se libran de la tragedia. Es el caso de 'David el Gnomo', que en el último capítulo muestra la muerte del matrimonio protagonista: David y Lisa. Ambos cumplen su ciclo vital y se convierten en árboles, integrándose en el bosque. Un final suave y natural pero, a pesar de todo, muy triste. Siguiendo con los productos de animación, pasamos de la candidez de los gnomos al otro extremo: el descaro de 'South Park'. Sí, son dibujos animados, pero para adultos. Prácticamente en cada capítulo se escucha la misma frase: «¡Dios mío, han matado a Kenny!», seguida de la exclamación: «¡Hijos de puta!». Una y otra vez, el pequeño Kenny fallece, normalmente de forma brutal y sangrienta. Todo un derroche de sentido del humor de lo más negro y retorcido.

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