'La vida es sueño' en Valladolid: la palabra y el texto
«Dirigir actores de otra lengua no es tarea fácil. Resulta preciso un gran talento como el de Donnellan»
FERNANDO HERRERO
Domingo, 13 de noviembre 2022, 13:38
Declan Donnellan es un gran director. En Shakespeare ha hecho maravillas y también ha trabajado con actores franceses. El desafío de hoy era más difícil. ... Calderón, verso en castellano e intérpretes españoles. «La vida es sueño» respetada casi totalmente y un espectáculo fascinante. La obra calderoniana es cerrada. Final positivo para todos los personajes, menos el criminal, dos matrimonios, un perdón y un cambio absoluto en la realidad de Segismundo. Obra filosófica y humana que fue representada como un todo fluido y sin fisuras.
Puertas que se abren y se cierran por donde entran y salen los personajes. Magistral manejo de la luminotecnia y de la colocación de los actores en el escenario. La modernización de la época es muy sobria y la característica más notable es el juego de la palabra y el gesto. El verso de Calderón es variado. Los dos monólogos de Segismundo son casi arias de ópera, muy musicales. El resto no tanto. Los actores buscaron una cierta normalidad de tono acompañada por una rica gestualidad más allá de lo realista. El conjunto fue lo más importante. El nivel medio que dio unidad al montaje.
Muchas ideas. La presencia de Clotaldo todo el tiempo en escena como protagonista y testigo, la utilización de la sala como escenario añadido y las luces encendidas en momentos en que se justificaba. Fue, en resumen, una «Vida es sueño» imaginativa, creadora y clásica a la vez. El profundo respeto del director por la obra y el autor era claro y es lo que justifica un empeño como esta. Dirigir actores de otra lengua no es tarea fácil. Resulta preciso un gran talento como el de Donnellan.
Atención total del público y largos, larguísimos aplausos al final cuando los actores saludaban una y otra vez.
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