Mónica Regueiro: «Carver toca la fibra con un tema universal como el amor a través de gente sencilla»

–¿Cómo llegó hasta Carver?

–Fue muy complicado conseguir los derechos de autor porque están en manos de una superagencia estadounidense y nunca se había llevado al teatro en España. Luego tuve que conseguir que Juan Cavestany, que es un señor muy ocupado, aceptara el trabajo y ha hecho una traducción muy fiel al original. Ydespués vino conseguir el equipo soñado cuya primera pieza era Javier Gutiérrez, en cuanto dijo que sí todo fue rodado. Tenemos un bombón en nuestras manos.

–¿Cuál es la clave del éxito de 'De qué hablamos cuando hablamos de amor'?

–Habla de algo tan universal como es el amor, en sus formas más diversas el romántico, el de los hijos, el de la profesión, que todo el mundo se siente concernido. Se escribe en un momento y un espacio muy concreto, en EE UU en los 80. Carver creó lo que se llamó realismo sucio. Cuenta a través de gente de la calle los problemas de gente normal con tal maestría que toca la fibra de todos. Aquí lo hace a través de dos parejas; una en su cenit, está ya de vuelta, y otra joven, atravesando un momento muy bonito en sus inicios. Hablan de fracaso, de miedo, de soledad, de hijos, de separaciones. Todos nos sentimos aludidos porque en el fondo buscamos lo mismo, alguien con quien nos identifiquemos, un compañero de viaje.

–¿Hay una única escenografía?

–Es siempre el mismo escenario. La conversación surge en la casa de la pareja mayor justo antes de salir a cenar. El equipo artístico es tan bueno que a través de la luz y de las proyecciones se crea una atmósfera muy especial. Andrés Lima es como un director de orquesta y produce magia.

–Lima lo mismo está en un clásico que en teatro documental.

–Tiene una forma de ensayar muy curiosa que, aunque fue durante la pandemia, él lo aplicaba antes. En vez de ensayar un mes o el tiempo estipulado de un tirón e ir al estreno, Lima propone bloques de ensayos separados en el tiempo. De esa manera ayuda a interiorizar, a que lo aprendido deje poso y a acercar el personaje de otra manera. Parecía complicado y fue excelente.

–¿Ensayaba y hacía una serie televisiva en el confinamiento?

–En contra de la tónica dominante, he tenido mucho trabajo. Logramos hacer el 'Diario de la cuarentena' que fue la primera en rodarse durante el confinamiento. Recibíamos el guion, luego el rodaje seguido y a la semana se proyectaba. Fue un regalo, además el estreno de 'Principiantes' se celebró el 14 de febrero cuando aún había restricciones.

–¿Eligieron la fecha o fue azar?

–La casualidad propició el acierto de que una obra que habla de tantas diversas formas de amor debía ser estrenada ese día.

–Alterna cine, teatro y televisión ¿alguna preferencia?

–Me encantaría compaginar mi faceta de actriz y productora en los tres medios. Como productora me dedico a materializar sueños, a hacerlos realidad. Pero supone tal esfuerzo que solo cojo proyectos que me apasionen.

–¿Se niega caprichos como productora?

–Me guío por lo que me gustaría ver como espectadora. Creé en 2013 Producciones Off y me siento orgullosa de no haber parado desde entonces. También tuvimos mucha suerte con nuestra primera película, 'Llueven vacas'.

–¿Qué seguirá a 'Principiantes'?

–En diciembre estreno en el Teatro Español 'De algún tiempo a esta parte', de Max Aub, dirigida por Maite Pérez, y después con la Abadía, dirigida por Mario Gas, otra obra con Pere Casablanc. Hay dos proyectos audiovisuales.

¡PRINCIPIANTES. Teatro Calderón, hoy y mañana. 19:30 h. Entradas de 10 a 30 euros.