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Espectáculo del Teatro de Calle de Valladolid. G. Villamil
México busca inspiración en el TAC

México busca inspiración en el TAC

El profesor de Historia Medieval de la Universidad de Valladolid Enrique Gavilán explica la experiencia del teatro de calle en dos universidades del Distrito Federal

Vidal Arranz

Domingo, 16 de diciembre 2018, 11:32

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El Festival de Teatro de Calle y Artes Escénicas (TAC) de Valladolid ha estado muy presente en fechas recientes en México. Docentes, intérpretes y personajes de la cultura del país han asistido estos días a las conferencias que ha impartido el profesor vallisoletano, y experto teatral, Enrique Gavilán en dos de las principales universidades del Distrito Federal. En una de ellas se ha proyectado el documental de Lidia Martín 'El retorno del avefría' que explora la interrelación del TAC y la ciudad.

Del festival vallisoletano, que alcanzará el próximo año el hito de su 20 edición, interesa su éxito popular, la profunda implicación con la vida de la ciudad y su capacidad de transformación del espacio público. También su creciente prestigio, que le ha convertido en una cita de referencia en España, y la peculiaridad de celebrarse en una ciudad de tamaño medio.

Por todo ello, cuando la Cátedra Ingmar Bergman, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se puso en contacto con el profesor Gavilán para invitarle a dar una conferencia el 6 de noviembre, tenía muy claro de qué quería que versara. «No lo propuse yo. Me lo demandaron ellos. Yo les había ofrecido hablar de otros asuntos, como la Semana Santa, o la maldición romántica, tema sobre el que estoy preparando un libro. Pero ellos tenían claro que querían que les hablara del teatro de calle». Y cuando la Universidad Autónoma de México se enteró de que se desplazaría al país gestionó otra intervención en su campus para el 5 de noviembre, que en esa ocasión se centró específicamente en la experiencia del festival.

En ambas charlas el profesor vallisoletano, que conversó con El Norte de Castilla antes de partir al país centroamericano, tenía previsto analizar las claves del florecimiento de esta modalidad teatral y desvelar algunas de las razones que explican el muy singular impacto que el TAC tiene en Valladolid. Respecto de lo primero, Gavilán explica que el teatro de calle «está floreciendo en los últimos cuarenta años por los cambios en el propio teatro, que evoluciona hacia un teatro de la experiencia, en el que prima la acción sobre el texto». De ahí que cobren un nuevo interés formas como la danza, el circo, la performance o la provocación que encuentran en la calle un lugar especialmente adecuado para desenvolverse.

«En el mundo actual la experiencia se desvanece, y por eso el teatro actual cubre ese vacío. El papel que desempeñaba el teatro de diálogo lo desempeñan ahora mejor el cine y las series de televisión».

Y luego está también el argumento de los costes. «No podemos ignorar que el teatro de calle es más barato que el de sala y tiene más impacto», apostilla el experto vallisoletano. De hecho, de entre todos los acontecimientos culturales que se celebran en la ciudad, el TAC es el que tiene una mayor repercusión en la industria hotelera local.

Distinto y próximo

Pero ¿por qué ha prendido del modo tan intenso un festival como éste en una ciudad como Valladolid? Una de las razones tiene que ver con el otro gran acontecimiento popular de la ciudad, tan distinto y, en cierto sentido, tan próximo: la Semana Santa. «Un festival de este tipo necesita un público con paciencia para esperar en la calle, a veces incluso varias horas. Y eso lo da la Semana Santa. De hecho, es revelador que encuentras a las mismas personas en uno y otro acontecimiento».

Pero, dado que el teatro de calle es, por encima de todo, una experiencia que tiene que ver con el trabajo del espacio, la geografía urbana es también esencial. En ese sentido, Gavilán destaca que a un proyecto de este tipo le favorece que Valladolid sea una ciudad de tamaño medio. «Un festival como el TAC es difícil que tenga el mismo éxito en una ciudad grande. La razón es que el espacio público tiene que transformarse y convertirse en un espectáculo en sí mismo, mediante una concentración de espectáculos que llene la calle».

Por otra parte, hacen falta plazas que puedan servir de escenarios para las representaciones. «Hacen falta plazas de tránsito adecuadas, y aquí las hay. Pedro Ormaechea, el organizador del festival de artes de calle de Bilbao me reconoció que Valladolid tiene unos rincones urbanos que en su ciudad no existen».

A modo de ejemplo, Gavilán recuerda el montaje Flux, de la compañía vasca Zanguango, que intervino en la calle Santiago de modo que los transeúntes se convertían, de forma involuntaria, en el centro del espectáculo. «Una de las posibilidades más ricas de este tipo de expresión teatral consiste justamente en esto, en descubrir el lado invisible de la calle».

Un público, un espacio, pero también una mente pensante capaz de poner orden. «Es esencial contar con un programador que no sólo sepa elegir bien a las compañías, sino también los espacios en los que se sitúan los espectáculos», explica Enrique Gavilán. Y Valladolid cuenta desde el principio con la figura incuestionada de Javier Martínez, que ensayó las primeras experiencias en el marco de los carnavales y de las fiestas patronales antes de que el Ayuntamiento decidiera dar el salto definitivo creando el festival. «Es muy importante saber manejar bien la memoria de los lugares. La memoria consciente y la inconsciente. El ejemplo perfecto es la capilla del Patio Herreriano, que tiene un poder evocador tal que cualquier espectáculo que escenifiques allí multiplica su valor». Todo ello «convierte la experiencia de Valladolid en algo excepcional». Una experiencia única que es contemplada con interés y expectación incluso por las gentes del mundo teatral situado al otro lado del Océano.

Una breve historia

El teatro de calle surge en 1968 en Aviñón (Francia), en el marco de las protestas contraculturales contra las formas escénicas más tradicionales. Con todo, será el certamen de Aurillac el que sirva de referencia para esta expresión artística durante un largo periodo de tiempo. En todo caso, Francia fue, y sigue siendo, epicentro fundamental, y la principal fuente de inspiración para las primeras iniciativas que Javier Martínez importa para Valladolid, al amparo de las fiestas locales y el Carnaval. Cuando el PP llega al Ayuntamiento, suprime el Festival Internacional de Teatro, y decide llenar su vacío con un festival dedicado a las artes de calle, que tiene una programación oficial y un 'off' que se nutre de compañías a las que se paga viaje y estancia, pero no caché, y que pasan la gorra entre el público. Una innovación relativamente reciente fue la creación del espacio Estación Norte, dedicado a las compañías locales, que garantiza impulso y reconocimiento a los artistas de aquí. Y la última transformación se ha producido de la mano de la corporación socialista, que ha optado por reforzar la parte de la programación dedicada al teatro de sala, que ahora cuenta con 9 días para desplegar su oferta.

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