Juan Echanove en Valladolid: «Cuando se hace comedia a golpe de tuit, no dura nada»
El actor regresa al Teatro Calderón con su último montaje, una versión teatral de 'Ser o no ser', la mítica película de Ernst Lubitsch
M. F. Antuña
Valladolid
Viernes, 4 de noviembre 2022, 00:09
La última vez que Juan Echanove (Madrid, 1961)pisó las tablas pucelanas lo hizo en la piel del general Trujillo, el dictador que Mario Vargas ... Llosa retrató para 'La fiesta del chivo'. El totalitarismo se asoma de nuevo, aunque aquí desde la comedia, en 'Ser o no ser', la adaptación de la película de Ernst Lubitsch que, dirigida y protagonizada por Echanove (y con la vallisoletana Lucía Quintana en el elenco), llega este fin de semana al Teatro Calderón.
–¿Es difícil afrontar una trama de guerra en tiempos de guerra?
–Cuando presentamos el proyecto, mi preocupación era cómo convenzo yo a esta gente de que en este mundo en el que vivimos Hitler existe y que la situación que cuenta la función es real. Ríanse de ella, pero es real. Y cuando empezamos a ensayar, Putin invade Ucrania. Tendré mucho cuidado con lo próximo que elija no vaya a ser una adaptación de 'Mars Attacks' o algo así. No sé qué pasa que pienso en una idea y se materializa.
–Es el director y el protagonista. ¿Sigue dirigiendo la obra cien funciones después?
–Intento no hacerlo, pero tengo que reconocer que hay veces que sí. La función no la veo, bastante tengo con actuar, pero la oigo y realmente por el tono de voz, por lo que dura una pausa, sé si estamos bien o no. Y es maravilloso, pero en el momento que salgo yo a escena sí hay algo que permanece alerta. Pero esto es comedia, es hacer vuelo acrobático, cama elástica, de todo. Es muy vibrante.
–Debe acabar agotado.
–Absolutamente. Después de acabar la función, lo que más necesito primero es una ducha y lo siguiente, una cerveza helada. Tengo la sensación de haber atravesado el desierto.
–¿Es fácil hacerle reír a usted?
–Sí, sí, sí. A mí me das dos vinos y ya me pongo como unas castañuelas. Me gusta reírme, me gusta participar, me gusta vivir.
–¿Y qué no le hace gracia?
–El mundo en el que vivo cada vez menos. Pero es que el mundo en que uno vive no te puede robar la vida. A mí me gustaría que fuera de otra manera y bastante mejor, pero es el que me ha tocado. Creo en el ser humano y como tengo oportunidad de contactar con la gente común, con la gente de la calle y lo hago diariamente gracias a mi trabajo, me muevo dentro del optimismo.
–¿Todo vale en la comedia? ¿Hay que saber reírse hasta de lo que no tiene ninguna gracia?
–Los límites de la comedia son los que definen los límites de la personalidad del que ejecuta la comedia. No tiene límites, como no los tiene el drama, pero creo que en la delicadeza, en la sugerencia y, sobre todo en el teatro, en dejar que el público sea el que haga el trabajo, está el estilo de cada uno. Y todos tendemos a lo largo de nuestras carreras a perfeccionar un estilo, porque nos gusta hacer nuestro trabajo con esa personalidad y la comedia es un vehículo maravilloso para conseguir esos objetivos.
–¿La corrección política acabará con el humor?
–Lo políticamente correcto no, la influencia de las redes sociales está acabando con el sentido del humor porque todo el mundo vive pendiente de qué se ha dicho y qué se dirá. Eso es comedia barata, instantánea, cuando se hace comedia a golpe de tuit no dura nada. No creo en eso, aunque participe mínimamente no soy ajeno a ese mundo y soy partidario de emplear la tecnología para el progreso y no darle todo el progreso a la tecnología.
–¿Cómo se lleva una película mítica como esta al teatro?
–Siempre trabajo de la misma manera: cuando percibo una idea primero hablo con mi hermano del alma Bernardo Sánchez Salas, y nos ponemos a trabajar en la adaptación y la dramaturgia, y luego acudes a los productores con algo que tiene que estar muy hecho, muy asegurado, ser muy real, muy con los pies en el suelo. Luego hay que pensar en el elenco, pero en este caso era el de 'La fiesta del chivo', porque uno de los objetivos era que siguiéramos trabajando juntos, porque yo creo mucho en las compañías de repertorio. Tú no le puedes pedir a un equipo de fútbol que sea bueno el primer año, pero si hacemos dos o tres montajes, entonces ya trabajaremos muy bien y haremos cosas incluso por encima de nuestro nivel.
–¿A usted le gusta el viaje de acá para allá o le cansa?
–Esta vida de titiritero está muy bien y todavía aguanto, pero tengo 61 años y el día que dé muestras de que esté cansado, pues no lo hago. Todo lo que he hecho lo lo he girado, así por lo menos me he dado la vuelta a España más de diez veces.
–¿Y qué le queda?
–He hecho de todo. Estoy fascinado con la labor del director de escena, que es algo que me tengo que currar como mi carrera de actor, poco a poco, peldaño a peldaño y dando lo mejor. Ahora estoy con 'Pan y toros', una zarzuela. Es un género que se asemeja mucho a la ópera a nivel de creación en la puesta en escena. Poder mover un equipo tan grande es una pasada y que depositen en ti esa confianza es algo importante.
Ser o no ser . Teatro Calderón. Del viernes 4 al domingo 6. 19:30 horas. De 10 a 30 euros.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión