Eduard Fernández se despide de su madre en Valladolid con su primer monólogo
El actor estrena en el Calderón 'Todas las canciones de amor',«un viaje emotivo y cómico a la desmemoria» dirigido por Andrés Lima
Es uno de los rostros habituales en las series y películas de los últimos tres lustros, aunque Eduard Fernández reconoce en el teatro el ... lugar más «adecuado, expuesto y complicado para expresarme». Por eso está nervioso y le gusta. Este fin de semana se estrena como monologuista en el Teatro Calderón de Valladolid, a las órdenes de Andrés Lima en quien confió para esta aventura muy personal. Actor y director han levantado 'Todas las canciones de amor', un texto del argentino Santiago Loza, con el que el intérprete catalán se despide de su madre. El Alzheimer impuso su desmemoria y el recuerdo se convirtió en asidero hasta que solo quedó una nana como huella reconocible para ambos. Del olvido, de las relaciones entre madres e hijos, habla el texto reecrito para que lo dé vida Fernández, tras el estreno en Buenos Aires protagonizado por una mujer en 2016. Eduard da vida a su madre que a su vez habla de su hijo, al que llama Eduardo, de su marido, Jesús, de su familia.
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Andrés Lima, cinco premios Max como mejor director, está al frente de Animalario y su método de trabajo parte del estudio colectivo del tema a tratar con especialistas. En este caso, una escritora antropóloga que había vivido un proceso similar con su padre, además del propio Loza. Al menos un año antes de llegar al escenario, el equipo que comanda Lima hacen su minidoctorado. «Trabajar en talleres nos permite aprender mucho no solo de teatro sino de la vida. En este caso, el proceso de olvido de la vida, ese al que nos enfrentaremos todos. Pero la obra no es un documento médico, sino que habla desde el corazón, desde la emoción y de cómo afrontar la vida enfretándose a la muerte.Ana María es una valiente, lo hace bien», resume el director.
A pesar de los nervios, Fernández está «encantado con mi primer monólogo. Vi una obra de Loza, luego leí este texto y me tocó. Se lo propuse a Lima, creía tener la edad y el bagaje suficiente para abordar una obra tan emotiva sin que me arrastrara. Como diría mi madre, '¿tú crees que esto le interesará a la gente? Bueno si tú lo dices será así'», recita remedando la voz femenina. «He llegado a un momento en el que donde estoy más tranquilo es el escenario, y está bien».
Lima ha trabajado desde la poesía. «La información médica sobre la cabeza no es tanta. Hemos compuesto este cuento de terror, divertido a veces, teniendo en cuenta que la enfermedad, la rotura de la vida, te lleva a la vida. Yque eso nos puede pasar a todos».
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Eduard y sus hermanos vivieron el deterioro de la memoria de su madre con tiempo suficiente como para hablarlo con franqueza. «Ella quería morirse, hablaba de cómo la realidad se iba alterando y el final fue un viaje hermoso, hacia la paz, el descanso. Antes admiraba a los suicidas y decía que eran unos valientes, pero que ella no podía. Un día, comiendo lentejas, le propuse que dejara de comer, y mirando la cuchara me dijo 'no, eso sí que no' y siguió comiendo».
Cinco canciones de amor del tiempo de las madres de la generación de los sesenta suenan durante al función, banda sonora del momento. «Un día llamé a mi madre desde Madrid, ya al final. Estaba muy cansada y adormilada, no hablaba. Le canté una nana que ella nos cantaba y la reacción fue bestial. La música nos lleva a esa dimensión extrasensorial, a otro lado y la obra apunta a eso», subraya Fernández, dueño de tres premios Goya y una Concha de Plata, entre otros premios.
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Las funciones en el Calderón serán el sábado y el domingo a las 19:30 horas.
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