«El sexo en pantalla es aburrido, lo divertido es la tensión previa entre los personajes»
Alexander Skarsgård presenta en Valladolid 'Pillion', ópera prima de Harry Lighton donde la sumisión sexual deja espacio a la ternura
La primera vez que Ray (Alexander Skarsgård), el motorista guaperas, entra en escena, el espectador lo nota. El sonido de las botas repiqueteando fuerte en ... el suelo son suficientes para definir su personaje y, más aún, la relación que mantendrá con Colin (Harry Melling). «Quería que llegara de una forma impresionante», dice el director de 'Pillion', Harry Lighton. Lo consigue, y eso permite jugar con este recurso -la primera impresión- más adelante. «La forma de entrar en escena es lo que su personaje transmite. Pero es imposible hacerlo constantemente, nadie puede estar perfecto todo el día. Es ahí cuando descubres sus imperfecciones y su aspecto más humano. Así que el sonido se vuelve menos intenso conforme avanza la película».
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El cineasta inglés aborda en su ópera prima, que llega a Valladolid tras su estreno mundial en Cannes, la sumisión sexual con espacio para la ternura, donde también se habla de los límites del amor y la vulnerabilidad de los roles en una relación. «Es raro encontrarte con algo tan puramente original y sorprendente. Al leer el guión pensé, vale, este motorista gay es tan chulito, pero también es tierno y, de alguna forma, se convierte en una historia de amor. Cuando te llega un personaje así, de una forma tan entusiasta, no lo sientes como un riesgo o algo que dé miedo. Me sentía honrado y feliz de formar parte de esta historia», asegura Alexander Skarsgård.
Más allá de la ternura, la cinta no obvia, ni mucho menos, la relación sexual de sumisión que existe entre ambos protagonistas. «Siento que ahora hay un tipo de sexo que predomina en la pantalla. Son como gestos de lo que es el sexo. Siempre están los mismos planos de una mano apretando unas sábanas, una gota de sudor cayendo por el cuerpo. Aquí me quise acercar a una versión más nicho de las relaciones, mostrarlas con realidad, pero también con humor y más allá de la idea pornográfica», resume el director. Y añade a su vez el actor. «Personalmente, cuando veo el sexo en la pantalla, me aburre un poco. La tensión entre los personajes, toda esa parte previa, es mucho más divertida que lanzarse directamente a la cama. A medida que aumenta la tensión todo es mucho más interesante», asegura.
«Soy afortunado por saltar entre diferentes géneros cinematográficos, de ver las diferencias entre películas con mucho presupuesto y poco»
Alexander Skarsgård
Actor
¿Y cómo ayuda la relación entre los actores para crear esa tensión en pantalla? «Harry Melling y yo hablábamos antes de empezar a grabar, aunque no nos conocíamos. Sí tengo amigos que han trabajado con él, estaba familiarizado con sus papeles y también realmente emocionado de poder trabajar con él. Pero al final, nunca sabes a dónde te va a llevar cada escena y eso es emocionante. En el rodaje encontramos mucha tensión, mucha ternura y fue sorprendente para ambos», responde el actor.
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Él lo tiene claro, pero su personaje, en cualquier caso, nunca justifica sus acciones. No hay motivo aparente que le empuje a actuar de cierta forma, o una explicación directa que se ofrezca al público sobre sus acciones y de dónde nace su deseo. «Su motivación queda oculta. Creo que es importante que sea así para que el espectador tenga la oportunidad de plantearse preguntas más ricas sobre el personaje, invita a pensar cuáles podrían haber sido las causas que le llevasen a tener esta vida. Si lo supiéramos directamente, el personaje se habría convertido en alguien aburrido», explica el director.
La película supone el estreno en el largo para Harry Lighton, y lo hace con Alexander Skarsgård entre sus protagonistas, que cuenta en su currículum con una notable experiencia con trabajos como 'The Northman' y las series 'Big Little Lies' o 'True Blood'. «Es fácil de dirigir, un actor muy aplicado, muy sumiso. La primera vez que nos conocimos pensé que no estaba bien de la cabeza. Tuvimos una videollamada y él estaba en una habitación oscurísima, casi ni le veía. Para mí, dije, esto es lo que harán las grandes estrellas de cine. Pero la charla fue estupenda, decidí que estaría perdiendo tiempo si me dedicase a buscar a otra persona. Trabajar con actores así hace que todo sea mucho más divertido», asegura el director. De nuevo, esas primeras impresiones.
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Y a la inversa, es la primera vez que el actor trabaja con un cineasta inglés. «Me siento muy afortunado de saltar entre diferentes géneros cinematográficos, de ver las diferencias entre películas con mucho presupuesto y poco. Ver cómo trabaja la gente, en lugar de tener cincuenta grúas o un helicóptero, pasar a tener un personal muy reducido y lleno de gente joven. Un equipo con muchísimo talento, personas que se dedican verdaderamente al cine. Eso también crea un sentido de pertenencia, de colaboración con las personas que trabajan en la película», remata Skarsgård.
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