Sergei Loznitsa: «Muchos estados cuentan con cargos de sus dictaduras previas en puestos de poder»
El cineasta ucraniano presenta 'Dos fiscales' en el Festival Internacional de Cine de Valladolid
Con un funcionario resuelto a denunciar la corrupción de un sistema que le envuelve y que abarca desde la represión al disidente hasta la violencia ... burocrática, 'Dos fiscales' supone la nueva película de Sergei Loznitsa, a concurso en la Sección Oficial de la 70 Seminci. Con toques kafkianos opresivos, un desenlace expresamente predecible y ciertos golpes de humor, el largometraje evidencia una crítica contra los totalitarismos y articula una reflexión sobre la soledad de quien se atreve a denunciar los excesos del poder y la imposibilidad de hacer justicia en un sistema intencionadamente abusivo y parcial.
P.: ¿Esta película funciona más como un recuerdo del pasado, un paralelismo del presente o una advertencia del futuro?
R.: Pasado, presente, futuro... son conceptos abstractos para mí. Esta película no habla, en ningún caso, del pasado, aunque se sirva de sucesos que sucedieron hace años... Lo que aquí se refleja está teniendo lugar ahora. Mucha gente piensa que desde la caída de la URSS vivimos en un mundo brillante, pero nuestras relaciones como seres humanos no han cambiado: en muchas partes de este territorio sigue habiendo juicios públicos, crímenes contra las personas... Mucha gente en el pasado fue comunista y hoy es religiosa.
P.: ¿Es algo localizado en un único lugar?
R.: Es común a todas las sociedades cristianas. Pueden que sean estados construidos de manera diferente y con culturas distintas, pero tienen estructuras similares. Por ejemplo, el primer presidente de Ucrania [Leonid Kravchuk] fue miembro del partido comunista. Muchos oligarcas, miembros de la KGB, etcétera., han sido dueños de empresas y han creado sus circunstancias desde puestos de poder en los nuevos sistemas, aunque sean más abiertos y con mayor libertad de prensa.
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P.: La película diríase heredera de cierta tradición de la novela rusa...
R.: 'Dos fiscales' adapta la novela de Georgy Demidov, un escritor soviético arrestado en 1938, que pasó cuarenta años en un campo de concentración y cuyos manuscritos fueron confiscados por la KGB. El libro no fue publicado hasta 2008. Con todo, hay un humor incómodo heredero directo de Gogol, a quien se cita expresamente en la película, porque con un tema tan trágico como la imposibilidad de la justicia es muy difícil abordarlo sin recurrir a cierto tipo de comedia. preso político.
P.: ¿Cuál cree que es el poder de las imágenes en sensibilizar a los espectadores frente a estos temas?
R.: No es obligación del arte cambiar la sociedad, sino de la política. No se puede usar el arte como una cuestión ontológica. Pero sí podemos decir que algo a lo que aludimos es que la tragedia de todas las personas es entender dónde estoy y qué pasa conmigo. Es algo que le sucedía, por ejemplo, a Edipo, y le sucede a Kornev en la película, inconsciente de dónde se está metiendo en su propósito de denuncia del sistema.
P.: Sin embargo es indudable que las imágenes tienen una capacidad de persuadir, de crear opiniones, de manipular...
R.: Es una herramienta que hemos desarrollado los cineastas y de la que han aprendido, incluso con la que se han entrenado, los creadores de contenidos y noticias. Hoy hay un lenguaje y una comunicación apoyada en lo visual que tiene una influencia mucho mayor que la que antes tenía la palabra escrita. Hoy lo visual cambia la mente y la influencia, algo que existe desde los Lumière, pero que con los años se ha sofisticado a través del montaje y el control del significado. Esto es algo que permea, en especial a aquellas personas que no son capaces de mantener la atención más de diez minutos con una lectura y prefieren quedarse en los titulares.
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