Seminci
Tres generaciones de mujeres frente a la tradición, en 'La chica zurda'Shih-Ching Tsou, colaboradora de Sean Baker, estrena en Seminci su debut tras la cámara en solitario
Tras 'Take out', la película rodada en 2004 con Sean Baker (reciente ganador del Oscar por 'Anora'), Shih-Ching Tsou se estrena en solitario veinte ... años después con 'La chica zurda', presente en la Sección Oficial de la 70 Seminci. Este largometraje nace de la intimidad de su directora con el detonante de un recuerdo de su infancia, y crece hablando de la realidad colectiva de muchas mujeres que deben salir adelante en la capital taiwanesa de Taipei: «Era un argumento que tenía en mente desde que conocí a Sean Baker, en 1999, cuando tomaba clases de montaje», explica Shih-Ching Tsou.
«Antes de hacer con él la película de 'Take Out', ya era mi primera idea: para mí esta era una historia muy personal». El filme utiliza una creencia que escuchó de su abuelo: no hay que utilizar la mano zurda, pues es la «mano del diablo»: «Fue algo que me dijo cuando estaba en el instituto», recuerda. No tengo una memoria muy clara de aquel momento, pero se me quedó grabado. «Son palabras que pueden afectarte toda la vida, y en la película está en el personaje de I-Jing.
A través de los ojos de la benjamina de la familia se plantea una narrativa que abarca las luchas de tres generaciones de mujeres en una familia en Taipéi: «Los niños perciben cosas que los adultos no vemos: son muy puros, todo lo miran como algo nuevo y colorido», señala. «Y a través de los ojos de I-Jing todo se ve diferente, más bonito, tiene un punto de vista distinto desde el que mirar al mundo». Esta elección narrativa también le permite cierta tensión y dramatismo: «A lo largo de la película ella escucha las conversaciones de los adultos, que intentan esconderle ciertas cosas, y por ello, cuando en el desenlace descubrimos el gran secreto, hay una especie de alivio al final».
Pero hablar de esta familia es también hablar de las mujeres, de la maternidad y de ganarse la vida en un mundo masculinizado: «Por mi experiencia, los hombres suelen salir a ganar dinero, pero cuando llegan a casa no hacen nada», apunta la realizadora.« Por eso quise centrarme en las mujeres; en este caso, madres solteras que trabajan dentro y fuera de su casa, y que deben sobrevivir en una sociedad dominada por los hombres».
Son vidas amenazadas, no solo por los retos del mundo moderno, también por los viejos prejuicios del pensamiento tradicional: «La gente no habla de esas creencias desfasadas porque no las cuestiona, y eso es un gran problema», lamenta Shih-Ching Tsou. «Hay tradiciones muy fuera de este tiempo; por ejemplo, que los hijos puedan heredar pero las hijas no... Es un tema importante que aún existe, incluso en el mundo moderno, y la gente tiene que darse cuenta».
Rodaje discreto
El rodaje de 'La chica zurda' se hizo con un equipo pequeño e incluso se grabó con un iPhone: «Nos fue muy útil, sobre todo en las escenas del mercado, pues si hubiésemos utilizado una gran cámara, la gente se hubiera congregado para mirarnos, conscientes de que estábamos en pleno rodaje», recuerda Shih-Ching Tsou. «Por eso decidí que el equipo prescindiera de su ropaje negro habitual y solicité que utilizasen vestimentas normales». Además, al ser pocas personas en set (nunca se permitían más de cinco o seis) no se afectó a la dinámica del mercado, por lo que se pudo rodar con mayor naturalidad lo que era la verdad allí de su día a día.
La película también destaca por el uso del color: «Los colores acompañan la mirada de I-Jing; todo es nuevo para ella, vivo colorido, fresco...», apunta la directora. «A mayores, en el puesto de fideos donde trabaja la madre, los tonos son más fríos; mientras que en el stand de nueces de betel en el que se gana la vida la hermana, tenemos una paleta de colores nyan». Así, «todos ellos reflejan el mundo interior de los diferentes personajes».
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