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Igea y Ortega, al término de su comparencia ante los medios en el Monasterio de Prado, y Puente, en el Parque de la Paz. H. Sastre y R. Gómez
Puente reclama a la Junta medio millón para la Seminci, el doble de la partida actual

Puente reclama a la Junta medio millón para la Seminci, el doble de la partida actual

El anuncio de Igea de contribuir este año con 194.000 euros no satisface al alcalde, que asegura que ya acordó esa cifra con el Gobierno de Herrera

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Jueves, 3 de octubre 2019, 07:13

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«¿Qué menos de 500.000 euros para la Seminci, el acontecimiento cultural más importante de Castilla y León? Además de otras contraprestaciones que demuestren que hacen suyo el festival, que contribuyen a darle visibilidad», reclamó ayer el alcalde Valladolid, Óscar Puente minutos después de conocer que el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, acababa de anunciar en rueda de prensa acompañado por el consejero de Cultura, Javier Ortega, que la aportación de este año del Gobierno regional alcanzaría los 194.000 euros, tras la recuperación de 50.000 euros inicialmente consignados en el Presupuesto regional, pero que desaparecieron de las cuentas públicas meses después, antes de la toma de posesión del ejecutivo de coalición PP-Cs. A esta cantidad hay que añadir los 9.000 euros que cuesta la proyección-concierto de la Oscyl en el Auditorio, que este año contará con la película de Charles Chaplin 'Tiempos modernos'.

El 5% de total

La Semana Internacional de Cine de Valladolid, que en poco más de quince días celebra su 64 edición, se confirmó ayer como el motivo central del bronco enfrentamiento que protagonizan Igea y Puente desde principios de esta semana. «Es que esa cantidad –los 194.000 euros– es la que acordé con el vicepresidente anterior, De Santiago, y es una buena noticia que se hayan recuperado los 50.000 euros, pero no representa ni un céntimo más de lo que acordamos con el gobierno anterior y ellos son los nuevos», insistió Puente, para quien una contribución del 5% en el presupuesto total del festival, que este año roza los 2,4 millones de euros, es claramente insuficiente».

Los anuncios lanzados por Igea y Ortega en su comparecencia –recuperar la cuantía total prevista en la aportación autonómica y el incremento de la misma de forma progresiva, un plan para que ciudadanos de otras provincias puedan disfrutar de la Seminci y el interés en colaborar en acontecimientos culturales de Valladolid pero con proyección regional y nacional, como el Centenario de Miguel Delibes– no lograron rebajar la tensión entre el vicepresidente de la Junta y el alcalde de Valladolid.

Ortega, tras reivindicarse como responsable de la cartera de Cultura «sin tutelas», «no hay ningún José Luis Moreno ni hay aquí ningún ventrílocuo», calificó el rifirrafe como «capítulo desagradable pero anecdótico del que hay que hacer borrón y cuenta nueva». El consejero destacó que la reunión fallida del martes iba a ser la primera con un alcalde de capital de provincia de Castilla y León.

Igea indicó que convocará la próxima semana a la concejala de Cultura, Ana Redondo, para tratar de profundizar en esos planes de acuerdo, en una reunión a la que anunció que él mismo tiene previsto asistir. «Si creen que es más operativo reunirse con Ana Redondo, que lo hagan. Yo quiero resultados, las fotos me sobran. A otros quizás, no», fue la reacción de Óscar Puente a este anuncio de la rueda de prensa de Igea y Ortega.

Donde el desencuentro es absoluto es en el relato de lo sucedido en la gestión de la reunión fallida del martes. Ortega e Igea aseguran que en todo momento sus equipos hicieron saber a sus interlocutores municipales que el consejero estaría acompañado por el vicepresidente. «Y si no aceptaba eso, lo lógico es que lo hubiera dicho con antelación y no dar lugar a esto». El alcalde retó a los responsables de la Junta a que presenten cualquier documento de los preparativos de esa reunión que exprese de forma explícita que la delegación autonómica estaría formada por vicepresidente y consejero.

El único punto en el que coinciden Igea y Puente es precisamente el que no invita al optimismo sobre un acercamiento a corto plazo. Ambos siguen reclamando del otro respeto institucional. El vicepresidente se refiere a él cuando rechaza la versión del alcalde sobre la gestión de la reunión fallida. Éste insiste en que quien le ha faltado al respeto es aquél, «que me llamó chulo de bar».

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