Un fotograma de la serie documental 'PornoXplotación' El Norte

La adicción a la pornografía y la prostitución 2.0, sin paños calientes

Mabel Lozano dirige una serie documental de tres capítulos con la historia de las víctimas del negocio x a ambos lados de la pantalla

Sergio García

Valladolid

Viernes, 28 de octubre 2022, 00:11

«Que haya víctimas en silencio ocultándose por pura supervivencia no es lo mismo que silenciar sus historias», comienza el alegato del primer capítulo de ' ... PornoXplotación', la serie documental dirigida por Mabel Lozano que se estrena este viernes en la Seminci y que recoge en tres capítulos la historia de las víctimas de la pornografía en los dos lados de la pantalla.

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«Es un documental muy importante por el momento que vivimos», explica su directora. Un momento donde la pornografía se ha convertido en una adicción para muchos jóvenes, que encuentran a solo unos pocos clicks una cantidad ingente de este material. «Contamos en el documental con el testimonio de un psicólogo experto en adicción a la pornografía. Una especialidad nueva y que si nace es porque hay una necesidad», añade.

El proyecto pone de relieve este problema, presente y oculto en gran parte de la sociedad y que también provoca problemas personales. «Ver pornografía aumenta la dopamina y se convierte en una droga. Esa adicción radica en conductas nocivas en las relaciones íntimas. Piensas que la sexualidad es el porno, pero la vida no es un catálogo de cuerpos», expresa Lozano.

En un momento del documental, uno de los testimonios explica como su vida se descompuso por haber creado una adicción al material pornográfico

La obra de Mabel Lozano ya ha hablado en otras ocasiones de estos temas, pero según explica la directora, la situación no ha cambiado con el paso de los años. «La prostitución ahora es 2.0, por internet, y ha aumentado. La adicción al porno es la culpable». En 'PornoXplotación', la directora también recoge los testimonios de dos mujeres explotadas sexualmente, interpretadas por dos actrices que hacen una 'narraturgia' de sus palabras. Un recurso que aúna de de manera inteligente una realidad ficcionada con la más cruda y dura realidad. En los tres capítulos también cuenta con los testimonios de dos antiguos actores porno, que cuentan su experiencia de primera mano. Todo ello a través de un trabajo audiovisual «hecho para los chavales» y narrado, en definitiva, «sin paños calientes».

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