El rincón de Galatea: lecciones de generosidad de músicos

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Tres semanas de confinamiento han servido para confirmar, si es que hacía alguna falta, lo importante que es la música en nuestras vidas. Nos relaja, nos anima, nos evoca lugares, personas, recuerdos... y nos regala himnos con los que gritarle a la pandemia que vamos a poder con ella. Los músicos y todos los profesionales que rodean esa industria cultural han visto cómo se caía su negocio, con salas cerradas, sin la posibilidad de llevar su ritmo a los conciertos de fiestas patronales de pueblos y ciudades y con el calendario de festivales veraniegos con la incógnita de si se van a poder celebrar y bajo qué restricciones. Pero a pesar de tantas malas noticias para ellos, los artistas han vuelto a dar muestra de su generosidad participando en cuantas iniciativas on line se han puesto en marcha para recaudar fondos para quienes peor lo están pasando o simplemente para decirles a sus fans que ellos están ahí, también confinados, lo que no les impide actuar desde sus casas para ellos -enorme el 'Pero a tu lado' de Los Secretos grabado con cada miembro de la banda en su domicilio y entrañable ver a Mikel Erentxun cantando mientras pedalea en la estática con sus hijas detrás haciendo los deberes, por no hablar de esas piezas de talento que nos regalan los profesores de la OSCyL-.

Por eso duele más conocer el repunte de la piratería detectado precisamente desde el principio del confinamiento, cuando se han incrementado el número de usuarios de plataformas de música y televisión para hacer más llevadera la reclusión y los ladrones aprovechan para robar contraseñas y venderlas a precio inferior en un mercado paralelo.

Y eso justo unos meses después de que se conociera el dato de que las descargas ilegales habían bajado doce puntos en cuatro años en el audiovisual y trece puntos en la música y que la mitad de los jóvenes europeos afirmaban rechazar los contenidos ilícitos. Las plataformas de streaming habían venido a confirmar que la gente está dispuesta a pagar por contenidos de forma legal si el precio es razonable. La última Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales cuatrienal del Ministerio de Cultura sobre una muestra de 16.000 ciudadanos mayores de quince años, constató el otoño pasado una notable caída del consumo ilegal de música y vídeos. Con un 52,2 % de los encuestados suscritos a alguna plataforma digital de contenido cultural, el sondeo reflejaba un descenso de la piratería.

Como siempre en las situaciones de alarma, los saqueadores brotan para sacar beneficio de la desgracia, lo que añade perversión a un crimen siempre execrable, robar los derechos de propiedad intelectual de las obras artísticas a sus legítimos creadores. Y ya sabes, quédate en casa, sé responsable.