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El vocalista de Lori Meyers, Antonio López 'Noni', durante su actuación en la tercera jornada del Festival Sonorama Ribera. Efe
¿Sonorama de día o de noche?

¿Sonorama de día o de noche?

No se han visto grandes colas, ni quejas masivas como ha ocurrido en otros festivales a pesar de la gran afluencia de público

Gorka Ruiz

Aranda de Duero

Sábado, 11 de agosto 2018, 22:19

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Veinticuatro horas al día se antojan insuficientes para disfrutar de las 120 bandas que este año actúan en el Sonorama. Desde las emergentes que se suceden en plazas durante al día a las consolidadas de la noche. Y no solo eso: también conciertos para niños y hasta una carpa para el humor.

Y a pesar de este tinglado, el Sonorama, y su organización, funciona. El recinto ha ganado 10.000 metros cuadrados de espacio que no ha supuesto una mayor venta de entradas -el tope está en 25.000 personas por noche que se agotan- sino en una zona de restauración y de descanso más amplia con mejores servicios.

No se han visto grandes colas, ni quejas masivas como ha ocurrido en otros festivales. En Aranda le tienen cogido el punto a este festival que, a su vez, son muchos festivales dentro.

Un acierto es el 'Sonorama Baby' que ha acercado música de calidad a los más pequeños, como ocurrió ayer con los cántabros 'Billy Boom Band' que dieron un gran concierto con divertidos disfraces y un sonido impecable. Era de esperar porque sus miembros pertenecen a 'La sonrisa de Julia', conocida banda que lleva un tiempo parada y que se ha vuelto a reencontrar para preparar nuevo disco.

Otro acierto ha sido la carpa dedicada al humor por la que cada noche pasan grandes monologuistas y expertos de la risa, como 'Pantomima full' que provocaron carcajadas que casi superaban los decibelios de los conciertos que se celebraban en los alrededores.

Y también lo es el 'Escenario Charco', esas tablas que el Sonorama dispone para llegar al otro lado del Atlántico y traer a grandes bandas latinoamericanas, como 'Instituto Mexicano del Sonido', 'Super ratones', y 'Nathy Peluso'.

Pero las actividades paralelas del Sonorama van más allá de los focos. Aranda de Duero ha sabido aprovechar que todos los años, en los días entorno al quince de agosto, casi duplica sus 30.000 habitantes con los sonorámicos. Vino de la Ribera del Duero y, como no, el deseado Lechazo no falta.

Visitas a bodegas, catas, rutas turísticas por los alrededores. Lo dicho, 24 horas al día no bastan.

Ya en el plano musical, el Sonorama de este año están siendo, tal vez más que nunca, para disfrutar de la que precisamente es su esencia. Descubrir bandas emergentes, porque los grandes cabeza de cártel de este año, Diego El Cigala y el ex Oasis, Liam Gallagher, no cumplieron las expectativas.

El flamenco comenzó con media hora de retraso y apenas cantó. Y el británico solo sacó un suficiente, casi suspenso, al perderse en la icónica 'Wonderwall', que tuvo que parar y volver a empezar.

Así que este Sonorama está siendo el de Rozalén -de lo mejor del festival-, de Bunbury -vaya repaso que dio-, de Mikel Erentxun y de Morcheeba.

Pero también de Ángel Stanich, L.A. y Viva Suecia, bandas ya con cierta trayectoria y a los que inevitablemente hay que sumar a La M.O.D.A., con doblete de éxito en la deseada plaza del Trigo y horas más tarde en el escenario principal. O los granadinos Lori Meyers, que por sorpresa han dejado una actuación vibrante.

Y en clave de bandas por descubrir para los que no las conozcan, esta plaza del Trigo ha dejado unos inconmensurables 'Salto', que con su rock americano a lo Tom Petty y The Allman Brothers han traído el Mississippi a la Ribera del Duero destilando un sonido impecable lleno de intensidades.

Tras ellos los murcianos 'Claim', otro grupo al que tener en cuenta, y Carolina Durante que con su pop desenfadado e incluso con guiños al punk, han levantado a los sonorámicos.

También han sobresalido en este mismo escenario Jacobo Serra el jueves, el espectacular 'Tomasito' el viernes y 'Tu otra bonita', el mismo día.

Aunque el que se lleva las más grandes ovaciones sigue siendo José Luis García, jefe de la Agrupación de Protección Civil, que con cariño y esmero riega a todos los sonorámicos para mitigar el intenso calor que corona la plaza del Trigo.

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