Don Quijote y Don Juan, dos héroes poco heroicos para la OSCyL
Alexander Liebreich debuta en Valladolid con Pinchas Zukerman y Amanda Forsyth como solistas para un programa que firman Richard Strauss y Mozart
Traspasaron su tiempo, su origen literario y su condición de personajes para convertirse en mitos. Don Quijote y Don Juan siguen identificando a soñadores y ... mujeriegos, respectivamente. Ambos saltaron a los libretos operísticos y a los atriles sinfónicos y coinciden esta semana en el programa que interpretará la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL).
El undécimo concierto de abono estará dirigido por el bávaro Alexander Liebreich con los solistas Pinchas Zukerman, violín y viola, y Amanda Forsyth, chelo. Interpretarán la obertura de 'Don Giovanni' y el 'Concierto nº 5', de Mozart, y 'Don Quixote', el poema sinfónico que Richard Strauss hizo a partir de la novela de Cervantes. «Son héroes poco heroicos, personajes que pelean, sufren, dudan porque la vida no es fácil. Nada que ver con la imagen de poder de Napoleón o de Putin. Tienen una visión, la defienden y pierden, son seres humanos», explica Liebreich, que se detiene en Don Quijote. «En Alemania tenemos el dicho de 'pelear con molinos de viento' para designar al que cree que puede luchar contra ellos. Pero está claro que nada se resuelve con la lucha como vemos en Ucrania, la solución no es la violencia». Musicalmente esos hombres «que dudan», esos «héroes que pierden» los resuelve Strauss con «unos inicios muy espectaculares, muy sinfónicos, que al final decaen. Todos sus poemas sinfónicos terminan con una interrogación».
En la obra del célebre compositor alemán, Don Quijote está identificado con la voz del chelo, «en esta ocasión tendremos una Don Quixota, Amanda Forsyth», celebra el director. Mientras que Zukerman interpretará a Don Sancho desde su viola. El también violinista será el solista del concierto de Mozart que dirigirá desde el arco, como ya hizo en otra ocasión con la OSCyL, con la que ha tocado en tres temporadas.
Concierto de abono nº 11
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Orquesta Sinfónica de Castilla y León dirigida por Alexander Liebreich. Solistas; Pinchas Zukerman y Amanda Forsyth, violín y chelo.
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Programa 'Obertura de Don Giovanni' y 'Concierto para violín nº5', de Mozart; 'Don Quixote', de R. Strauss.
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Jueves 9 y viernes 10 a las 19:30 h. Auditorio Migue Delibes, entradas de 10 a 30 euros.
Liebreich es el director artístico del Festival Richard Strauss de Garmish-Partenkirchen desde 2018. «Supone dirigir sus obras, atender aspectos críticos de la edición de las mismas, estudiar su vida y su correspondencia, todo lo que tiene que ver con él». Establecido en Munich, con su segunda residencia en Valencia donde es director titular, Alexander no se siente alemán sino «un bávaro judío».
Sus raíces personales y musicales están en el triángulo entre Praga, Viena y Dresde, misma geografía que Mahler, Strauss, Janacek, Korngold y aproximadamente, Brahms. «Los alemanes han perdido sus raíces, creo que tienen un conflicto consigo mismos, un problema mental. Alemania está en constante adaptación y ha dado la espalda a su tradición. Se acabó la imagen de Herbert von Karajan y Thieleman. Hoy no hay alemanes al frente de las grandes orquestas», señala Liebreich para quien Berlín es una ciudad «enferma, en continuo movimiento, sin raíces. Nada que ver con Valencia, por ejemplo, o lo que veo en el resto de España. Vas a Bilbao a La Coruña y cada zona mantiene su identidad, la gente está orgullosa de ella, de su origen».
Sobre Richard Strauss, «trato con respeto su obra y como judío soy crítico. Estuvo tres años al frente de Cámara de Música del III Reich y luego lo dejó, por su esposa y sus amigos judíos. Eso no resta ni un ápice de excelencia a su música que es arte del mejor. El problema en Alemania hoy es que no hay matices, todo es blanco o negro, cuando nadie es bueno o malo en términos absolutos, Goethe era un maniático, Beethoven un loco, y dejaron obras geniales. Lo mismo pasa con Picasso, al que se le revisa constantemente, quizá no fue políticamente correcto pero tienes que respetar su arte».
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