Melodías por la inclusión

El barítono portugués André Henriques, participante en este proyecto que comenzó sus ensayos el pasado 12 de julio, destacó que «la experiencia es sobre todo beneficiosa para los instrumentistas, porque salen de la mera interpretación de la partitura para comportarse como actores».

La puesta en escena jugaba con los tonos azules del mar a través de las faldas que vestían todos los intérpretes, que fueron fabricadas a mano por los jóvenes de Fundación Personas en un taller de la localidad palentina de Guardo y diseñadas por Cristina Loures y Marina Cruz. Sus confecciones ayudaron a envolver al público en una atmósfera marítima, una idea dirigida por Alejandro Garrido en un intento de romper con el estereotipo 'fúnebre' de los músicos de orquesta. «Nos han vendido que la música clásica es interpretar la partitura y es mentira. La enseñanza en los conservatorios crea analfabetos en expresión corporal. Es necesario que los músicos interactúen en el escenario».

Tras el ensayo matutino, han actuado por la tarde en el Corro de Santa María, en Medina de Rioseco, y mañana protagonizarán dos 'flashmob' en la estación madrileña de Chamartín. En los próximos días, recalarán con su espectáculo en varios puntos urbanos de Lisboa, poniendo fin al proyecto.