Un estreno dinámico y actual

El estreno titulado 'Glasslands' compuesto por Anna Clyne, autora británica, que será artista en residencia de la OSCyL, la presente temporada, fue vertido con desparpajo por la joven saxofonista Jess Gillam. Versátil y con un sonido cautivador, Gillam expuso la obra de Clyne con suma facilidad. La pieza basada en espíritus femeninos procedentes del más allá, permite a la autora escribir con soltura, y a Gillam, transmitir con fuerza los gritos de los espíritus del registro agudo y los misterios ocultos en los graves. Todo, enraizado en antiguas tradiciones irlandesas. Jess Gillam mostró su virtuosismo en vertiginosos ligados, que atravesaron todo el registro de su saxo soprano con intensidad brillante. Hubo empastes cristalinos muy originales entre xilófono y saxo, y exhibición en el ritmo con síncopas cercanas al jazz. Gillam recibió una sonora ovación, correspondida con una propina de acento irlandés. George Jackson, mantuvo las riendas en un debut no exento de riesgos.

Acompañando al estreno, dos obras de Dvorak. Para el inicio, la titulada 'Mi país', una obertura en la que se perciben los aires nacionalistas y para terminar su sinfonía nº 7, una de las mejores. La orquesta se desenvolvió con facilidad bajo la batuta de Jackson, que no descuidó nunca las marcas y que logró una versión meritoria, a medida que se sucedieron los tiempos. El «scherzo» vibrante, sonó con la elegancia en contraste con el «Finale», un tiempo que bordó la orquesta. Notas muy altas para los solistas de cada sección con mención para trompa, flauta, clarinete y una cuerda solvente.