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SUSANA GONZALO
Domingo, 11 de diciembre 2016, 10:25
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El Valladolindie, conocido como el festival más largo del mundo, ya es historia. Tras dos jornadas maratonianas la pasada madrugada, horas después del cierre de esta edición finalizaba la segunda edición del Intro Music Festival, el certamen que quiere convertirse, según sus promotores, en la cita invernal de referencia de la música indie española.
La segunda jornada abrió otra vez temprano con Eladio y los seres queridos. Con una iluminación violeta y naranja Eladio Santos salió al escenario con una guitarra acústica de estilo muy clásico, pero un sonido muy rockero y una voz rasgada que dejó al público asombrado. Óscar Durán, con un bajo en la mano y un sonido que hacía palpitar el pecho de los oyentes acompañaba al músico gallego junto al batería David Outumuro, que con sus baquetas golpeaba con intensidad los platos que le rodeaban y Marcos Vázquez, el hombre del piano y los sintetizadores, que lograba fusionar todos los sonidos de la banda.
Eladio y los seres queridos fueron caldeando el ambiente del escenario DO Cigales de la Feria de Valladolid con temas como La bella durmiente -«esta es una canción que significa mucho para nosotros», confesó el cantante- o versionando la canción de Charlie García Los dinosaurios.
Estilo muy Dylan
El siguiente músico en subir al escenario fue Xoel López. Con un estilo muy Dylan, comenzó haciendo sonar su armónica con la canción Antídoto, e insistió en su estilo con otros temas como Patagonia o Por el viejo barrio, con el que el público comenzó a jalear el nombre del artista y subir la temperatura de la sala. Muchos brazos en alto y muchos cuerpos balanceándose al ritmo de la guitarra de Xoel demostraban la comunión entre artista y público que empezaba el despertar de una noche que se sabía larga.
Todavía quedaban por saltar al escenario Mucho, los aclamados Love of Lesbian y los rebeldes Sidonie, pero eso queda ya para otra crónica.
La noche del viernes había dejado hueco, tras la actuación de Iván Ferreiro, a L.A. que tomó la sala con su potente voz y sus profundas canciones. Durante el concierto la audiencia estuvo entregada, pero con la llegada de Stop the Clocks los incondicionales enloquecieron y unieron sus voces coreando el estribillo: «Listen to me again, stop the clocks forever».
Dorian fueron los encargados de cerrar la primera entrega del Intro Music. Un verdadero espectáculo de luces dejó al público impactado, y una puesta en escena formidable consiguió que desde la primera canción, Los amigos que perdí, el público comenzara a saltar y aplaudir al son de la música. Además, el grupo contó con cañones eléctricos de confeti que hicieron saltar los flashes de cientos de teléfonos móviles. Dorian mezclaron temas antiguos y otros de su último disco en un mix que hizo vibrar a sus fieles.
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