Valladolid
'También fuimos silencio', el debut íntimo en la novela de Fran López GalánEl periodista salmantino, formado en la Universidad de Valladolid, alcanza en pocos días la segunda edición con una historia sobre la familia y las conversaciones que nunca afloraron
En una novela de debut parece lógico hablar de lo que se conoce. Es el consejo que le dio la profesora de la escuela de ... escritura a la que se apuntó años atrás ese lector voraz que es el periodista Fran López Galán (Ciudad Rodrigo, 1986). Como otros lectores-escritores empedernidos, un profesional aquejado de ese complejo autoinfligido que empuja a pensar que no se es lo bastante bueno mientras las estanterías de novedades se llenan de libros mediocres 'escritos', o firmados, por personajes con muchos seguidores en redes sociales. Así que sí, el entorno de la familia parece un tema más asequible. Lo complicado es abrirlo, diseccionarlo y después encajarlo en un texto con formato de puzle, «secuencial», dice, en el que el personaje se deconstruye mientras el lector lo reconstruye a partir de los fogonazos de pasado que salpican la historia que transcurre en el presente. Ese es el nudo de 'También fuimos silencio' (Grijalbo, 2024).
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Periodista cultural en La Sexta, egresado de la segunda promoción de Periodismo de la Universidad de Valladolid, el mirobrigense López Galán tiene mucho viajado y mucho vivido, tras haber sido incluso redactor de política en la vorágine madrileña. De esa mirada periodística a la mirada literaria hay un paso, el que le permite, por ejemplo, detenerse brevemente en la actividad perpetua y vertiginosa del hospital en el que se aloja el padre del protagonista. Un movimiento continuo que sin embargo invita a la reflexión. «En un hospital el tiempo va muy lento, de ahí que intentara sacar al protagonista todo el rato del hospital, ya fuera con viajes al pasado, o con acciones que ocurren en el momento en el que él está en el hospital, que le hiciesen salir de ahí. También para demostrar que al final, por mucho que pensemos que en el hospital se para todo, la vida ahí fuera sigue y sigue muy rápido». Ese juego marca el ritmo de la novela.
Un texto construido poco a poco, desde 2018. «Estaba escribiendo entonces un texto sobre dos personas mayores y estaba atascado, no me salía por ninguna parte, y la profesora, al ver que estaba así, me dijo, es que tú te pones a hablar de cosas que no sabes, habla de lo que conoces». Y habló. Escribió, mejor dicho, que es algo que siempre ha hecho. «Me pareció interesante hablar un poco sobre el tema de la identidad, de cómo somos cada uno en función de cómo nos han hecho ser, o qué es lo que nos rodea para construirnos un poco la personalidad, para construir esa identidad».
Unos cuantos capítulos le sirvieron para encontrar el tono. Con el paréntesis de la pandemia -curioso, cuando más tiempo de aburrimiento tuvimos todos, menos ganas de escribir-, la remató en 2023. Y el 22 de diciembre llegó la llamada de la editora de Grijalbo. «Me dijo que estaba prácticamente para publicar, que la querían para mayo, para la Feria del Libro. ¡Imagínate! Todo aquel tiempo, los cinco años de trabajo, de repente está aquí…».
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Un texto trabajado sin prisa, íntimamente, sin la premura ni la certeza de que fuera a publicarse nunca, se convertía de pronto en algo abierto al público. A los editores, para empezar, con lo que tiene de 'shock' para alguien ya veterano en su oficio pero novel en esta otra vertiente, que ha conocido durante años desde el otro lado, el del periodista cultural. «De repente esto fue a manos de gente desconocida que empezaba a hablar de personajes y de cosas que yo había escrito en soledad, porque esto no lo había compartido prácticamente con nadie, y era muy extraño que gente desconocida y profesional de una editorial grande estuviera hablando de tu proyecto», cuenta.
La acogida ha sido muy buena. En poco tiempo ha pasado a la segunda edición y, ahora sí, en lontananza aparece ya la posibilidad de ir a por una segunda novela. A por un nuevo reto en el que, de nuevo, Fran López tendrá que enfrentarse a las cuestiones que acosan a un escritor, ¿de qué hablar? ¿cómo aproximarse al tema? Y esta vez, seguro, con esos plazos de entrega, esas fechas límite que obligan. Pero con la certeza de que en esa cabeza que asomaba ya en la Universidad de Valladolid hay periodista y también escritor.
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