Estas son las mejores joyas de la Feria del Libro Antiguo de Valladolid
Un paseo por las casetas, que pueden visitarse en Valladolid hasta el 24 abril, permite descubrir tesoros: primeras ediciones, ejemplares firmados o los grandes clásicos
La mirada acelerada por tantas pilas de libros (con sus lomos apretados, las portadas superpuestas) puede dar sus frutos, claro, por qué no. «Cada vez ponemos más ejemplares a la vista», asegura Manuel Gómez, de Libros del Reino Secreto (Segovia). Pero, a continuación, matiza:«El que venga buscando rarezas, tiene que entrar en las casetas». Porque las joyas más valiosas, en este caso, no suelen exhibirse en los escaparates. No es suficiente el paseo despistado. Hay que adentrarse en el inmenso catálogo de ofertas (más de cien mil volúmenes) que han acercado hasta Valladolid las 18 librerías participantes en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión que hasta el 24 de abril permanece instalada en el Paseo Central de Campo Grande.
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Y entonces sí, si se investiga y escrudriña, si se hace labor de prospección y se deja uno aconsejar, encontrará verdaderos tesoros bibliográficos. Primeras ediciones. Ricos facsímiles. Ejemplares firmados por autores inmensos y ya fallecidos. El número perdido de una ansiada colección. La oferta es tan inmensa que va desde libros baratísimos (los hay por un euro) hasta auténticas joyas que cotizan por encima de los cuatro mil. ¿La clave? No quedarse en la superficie y bucear entre este océano de hojas encuadernadas.
«Los hay que vienen, dedican una tarde a ver tres o cuatro casetas, y regresan al día siguiente. Pero la mayoría, no. La mayoría viene, pasea y no se para. Son las prisas. Las prisas que parecen dominar este mundo. ¿Qué son quince minutos para mirar con detenimiento unos libros?», dice Gómez, quien se ha acercado hasta Valladolid con 3.500 propuestas desde su librería segoviana. Lleva once años con un negocio que nació de su gusto y afición por los libros. «Yo era profesor de Literatura, pero me cansé de dar clase. Durante el doctorado, necesité multitud de libros para consultar. Algunos eran muy difíciles de encontrar. Y me dije: 'Si he sido capaz de hallarlos, puedo hacerlo con muchos más». Así, abandonó la enseñanza y empezó esta labor de rastreador bibligráfico que tiene ahora sede en Valverde del Majano.
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«Es que este mundo te atrapa», dice el vallisoletano Javier García Renedo, quien durante años trabajó en la Cuesta de Moyano, el paraíso madrileño de los libros de lance. Ahora tiene su propio negocio, la librería Reencuentro, en Madrid. Hasta la pandemia, con local propio. Después, con ventas en ferias e Internet. «El nombre lo elegí porque me gusta esa sensación que tiene el cliente cuando encuentra aquello que está buscando.El otro día, vino a la feria una señora, ya mayor, que preguntaba por 'Corazón', de Edmundo de Amicis. Cuando se lo enseñé, se le iluminó la cara, porque era la misma edición (con idéntica portada) que ella había leído cuando era niña. Ese poder del reencuentro con el libro que nos hizo felices, que leímos hace tanto tiempo, es el que quería recordar con el nombre de la librería», cuenta Javier.
La que Kike Abarzuza atiende en Pamplona se llama Iratxe, un negocio familiar «de toda la vida». «Ya lo tenían mis padres. Siempre bromeo con que yo de bebé vomité en un incunable, porque me he criado entre libros antiguos», cuenta Kike, un habitual de la feria vallisoletana porque, asegura, esta es una de las mejores plazas para el sector. «A la gente se la ve interesada. En otras ciudades, solo van de paseo. Aquí, se suele comprar», dice. Esta es la edición número 29 de una feria que, en abril, coincide a menudo con la Semana Santa y casi siempre con el Día del Libro. «Es ya una tradición. En otras ciudades no he visto tanta afición como aquí», apunta Nacho Macías, vallisoletano que atiende la caseta de la librería valenciana Releo y que, en su recorrido por otras ciudades, cuida del catálogo de Maxtor cuando visita Pamplona, Palencia, Valencia...
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José Manuel Suárez exhibe en su caseta (Cajón de Sastre) los cinco palés de libros, hasta arriba, que ha traído desde Ponferrada. Hace veinte años decidió poner en marcha su negocio. «Siempre he sido un apasionado del coleccionismo de papel:libros, folletos, programas de cine. Lo que para algunas personas no vale nada, para otras tiene un inmenso valor», apunta. Así se alimenta un negocio que vive de la compra-venta, de los miles de ejemplares que pasan de mano en mano. Hay editoriales y distribuidoras que venden paquetes de saldos, de aquellos libros que retiran del mercado y disfrutan en estos puestos de ocasión de una segunda vida. Pero la mayor parte del catálogo se construye comprando a particulares. Hay dos momentos clave: muertes y mudanzas. Los herederos que se deshacen de las bibliotecas de los fallecidos. Los lectores que no se llevan todos sus libros al nuevo hogar. «Lo que cada vez hacemos menos es comprar bibliotecas completas. Hay que seleccionar el catálogo», apunta Antonio Pariente, con más de 35 años de experiencia en el sector.
«¿Cómo saber lo que merece la pena? Puro conocimiento. Después de tanto tiempo, me fijo en aquello que no he visto nunca». Y esto es clave, dice, porque las bibliotecas particulares cada vez están más uniformadas. Los mismos libros, idénticos 'best sellers', en la mayoría de las casas. «Acumular libros no es tener una biblioteca. Una biblioteca se construye cuando hay un interés en un autor, un tema concreto, con todos sus títulos, diversas ediciones... Yla mayor parte de la gente, sobre todo los jóvenes, no tienen una biblioteca», asegura Pariente. En lo que coinciden todos es que hay volúmenes hoy sin ningún valor:las enciclopedias. Si se compraron en su día y alguien espera conseguir algunos eurillos por ellas, que se vaya olvidando. Lo mejor es dejarlas donde están o llevarlas al contenedor de papel porque es muy raro que algún experto las adquiera. Esas no, pero hay otras muchas joyas de papel que esperan compradores en la Feria del Libro Antiguo de Valladolid (hasta el 24 de abril: de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas).
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Javier García Renedo (librería Recuento, Madrid)
Una reflexión entre razón y religión, obra de un sacerdote lisboeta
«Esto es pasta española», dice Javier García Renedo cuando exhibe un pequeño libro que mantenía oculto entre el joyero de sus estanterías. Se trata de la encuadernacióngenuina de España, en piel de cordero o cerdo, con forma de aguas oscuras sobre la piel base de color claro. En dorados, en el lomo, se incluye el título del libro y el autor. Aquí, 'Armonía de la razón y la religión', obra del portugués Teodoro de Almeida (1722-1804), con edición de 1842. Es un libro de «filosofía moral» que el sacerdote lisboeta, uno de los grandes representantes de la Ilustración lusa, escribió en 1793. Fue la última obra de su carrera. Buena parte de ella se desarrolló en Francia, donde tuvo que exiliarse (entre 1767 y 1778) por la persecución clerical del Marqués de Pombal.
Kike Abarzuza Librería Iratxe (Pamplona)
Dos versiones del Quijote a cargo de estudiosos cervantistas y en facsímil
Son diez tomos encuadernados, «con un papel especial, de mayor calidad», y un número de serie que deja claro la exclusividad de la colección. Número 231 de 350, puede leerse en este Quijote que Kike Abarzuza ha traído a Valladolid desde su librería de Pamplona. Se trata de uno de los escasos ejemplares de esta renovada edición («más de mil notas nuevas»)que el cervantista andaluz Francisco Rodríguez Marín preparó en el año 1942, después de un profundo análisis del libro de Miguel de Cervantes, más pendiente de las técnicas positivistas del análisis de texto que del enfoque filológico. No es el único Quijote que presenta en Valladolid la librería Iratxe. También tiene a la venta un facsímil (en dos tomos) de las primeras ediciones del inmortal libro.
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Antonio Pariente. Libros Pariente (Rueda, Valladolid)
Las obras completas de Pío Baroja, en ocho tomos y con la firma del autor
«A Matías García Blanco, cordialmente», dice la dedicatoria que el escritor Pío Baroja escribió en el primero de los ocho volúmenes de sus obras completas que atesoraba un ávido lector salmantino, con vivienda en la actual calle Toro. Sus hijos decidieron vender esta colección bibliográfica, que alcanza un importante valor porque, como resalta Antonio Pariente, no era muy habitual que Baroja plasmara su rúbrica en alguno de sus libros. Entre las propuestas bibliográficas de su puesto, también destaca una primera edición argentina del 'Poema del cante jondo', la obra poética que Federico García Lorca escribió en 1921 y que se publicó diez años después. Esta edición, «difícil de encontrar», no conserva las guardas originales del libro.
José Manuel Suárez Librería (Cajón de sastre, Ponferrada)
Clásicos como el 'Diario de Ana Frank', en ediciones asequibles
En muchas ocasiones, las joyas para los libreros no son esos ejemplares únicos, extraños, que entusiasman a los coleccionistas y son tan difíciles de encontrar. A veces, el tesoro para el vendedor está en esos libros que son «fondo de armario», que están en muchas casas y que se convierten en clásicos con numerosas ediciones y millones de ejemplares vendidos. 'Diario de Ana Frank' es un habitual en las feria del libro de ocasión. José Manuel Suárez pensó en un primer momento en 'El principito' (también un 'best seller' seleccionado por otro compañero), así que elige sin dudarlo una segunda vez esta obra que escribió una adolescente de familia judía desde una buhardilla de Amsterdam. Fue publicado por primera vez en 1947.
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Nacho Macías (Librería Releo, Valencia)
«'El principito' es, de largo, el título más vendido en las ferias de libro antiguo»
Es un título imbatible. Está en todos los puestos. En todos. No falta en ninguno. La obra que Antoine de Saint-Exupéry publicó por primera vez en 1943 es un clasicazo en las ferias del libro antiguo y, coinciden en varias librerías, es sin duda el más vendido. Desde las ediciones más sencillas y baratas hasta otras más valiosas y difíciles de encontrar. 'El principito' es «un libro de cabecera, con mil ediciones disponibles, pero que no se deja de vender, porque puede regalarse tanto a los niños, como a los adolescentes y los adultos», apunta Nacho Macías, quien atiende el puesto de la librería valenciana Releo. Otro título que también ha despachado mucho («no me preguntes por qué») es 'El fuego invisible', el premio Planeta que Javier Sierra logró en 2017.
Manuel Gómez (Libros del reino secreto, Segovia)
Un códice inspirado en los libros medievales y con un idioma inventado
El editor italiano Franco Maria Ricci (1937-2020) editó en 1981 una extrañeza bibliográfica hoy muy cotizada. Se llama 'Codex seraphinianus', una obra en dos volúmenes que rinde homenaje a los antiguos códices medievales (como el Calixtinus), aquellos manuscritos iluminados que resumían importantes campos del saber. «Lo curioso, lo raro de este libro, es que no está escrito en un código inteligible», resalta Manuel Gómez. Es un idioma inventado por el autor, lo que ha provocado que haya lectores de todo el mundo intentando descifrar qué es lo que dice exactamente este extraño libro. Los dos volúmenes, presentados en caja, tienen encuadernación en seda, papel de hilo y letras en oro. Hay ediciones posteriores, en un solo tomo, menos valiosas de esta obra.
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Abel Vieito (Paraíso lector, León)
Una edición gigante del Quijote, numerada y con ilustraciones de Doré
En el año 1998, el Club Internacional del Libro publicó una edición facsímil, en formato gigante (55x42 centímetros), de 'El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha'. Tenía papel marmolado, texto a dos columnas, encuadernación de cuerda y cáñamo y una tirada limitada de tres mil ejemplares. El que Abel Vieito pone a la venta en Valladolid es el número 2.477, tal y como reza el certificado de autenticidad. «Se lo compré a un cliente de León, que me lo ofreció. Y me encapriché de él. Sé que es un ejemplar muy fácil de comprar y difícil de vender, pero tiene un gran valor», asegura Vieito, quien destaca uno de los grandes atractivos de esta edición:las ilustraciones de Gustavo Doré, convertidas en un clásico del Quijote.
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