Un gato de Pino, una alfombra para Chacel, la vida literaria de Henar Sastre

En las vitrinas centrales hay material profesional, cámaras antiguas, latas de negativos, recortes de prensa –de este diario en el que trabajó más de tres décadas– y de otras publicaciones. Junto a las herramientas, los recuerdos. La fotografía del gato Micifuz que Paco Pino le regaló junto al poema dedicado a sus ojos. Sastre y el minino, rebautizado como Pino, vivieron juntos 13 años. También la cazadora que tiró en el césped del Campo Grande cuando Rosa Chacel vino a inaugurar su busto y se quejó de la humedad. La autora de 'Barrio de Maravillas' salvó el agua caminando sobre la chaqueta de Henar, cuyas gafas de sol sucumbieron bajo el peso de la literatura.

«Son trozos de mi vida en ese mundo», dice quien siempre hizo buenas migas con los literatos. «Quizá porque siempre me relacioné con ellos por el periódico, con Jiménez Lozano, con Delibes, con Emilio Salcedo, un poco con Umbral, con Elena Santiago, con Aïcha Lemsine», recuerda la fotógrafa. «Me producen un respeto enorme porque gracia a ellos conocemos infinitos mundos desde el sofá de nuestra casa. Me gustan los libros, las librerías, su olor».

Su selección presta una especial atención a las plumas vallisoletanas además de un apartado nacional e internacional. Comparten pared Ana María Matute, Carmen Riera y Carmen Posadas, cerca de Soledad Puértolas y Almudena Grandes. El último Cervantes, Luis Mateo Díez es vecino de Antonio Gamoneda, Juan Manuel de Prada y Jon Juaristi. Retrato tras retrato, se mirarán entre ellos hasta mediados de diciembre.