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La Feria del Libro de Valladolid se despide con un adiós a José Manuel de la Huerga
Amigos y familiares recuerdan el lado más humano del autor de 'Pasos en la piedra'
Hay una vieja frase entre inspiradora y humorística que reza: «Sean buenos y felices. Pero si solo pueden ser una de las dos cosas, sean ... felices». El chiste, de puro sencillo, despierta la sonrisa casi al instante, pero la falacia se torna enseguida evidente. No: si se puede ser una de las dos cosas, se debería optar por ser bueno; pues así, en el momento de despedirnos, habrá mucha gente triste y feliz al mismo tiempo, pero gente que también ha podido ser, gracias a nosotros, además de feliz, buena. Ese dolor sordo en el pecho dejó ayer el homenaje a José Manuel de la Huerga, escritor prematuramente fallecido y de enorme peso emocional, cuyo acto en recuerdo desde el Teatro Zorrilla, y despedida al mismo tiempo de la 52ª Feria del Libro de Valladolid, concitó a numerosos familiares, amigos, colegas, estudiantes, escritores, editores y periodistas, en cuyas vidas dejase el autor de 'Pasos en la piedra' una serie de recuerdos de difícil desvanecimiento.
El homenaje conducido por Rafa Vega, amigo cercano de De la Huerga y colaborador de El Norte de Castilla, arrancó desde una fase más oficial, con la presentación de la obra 'Los ballenatos', último trabajo publicado de De la Huerga hasta la fecha, el cual se alzó de manera póstuma con el XXIII premio de novela Mario Vargas Llosa por su «brillantísimo ejercicio de estilo en el que la representación mágica del mundo real a través de los ojos de unos niños se consigue gracias a la gran capacidad descriptiva, precisa y exacta […] para delinear un territorio mágico en el que perviven las leyendas del Cantábrico», de acuerdo al fallo del jurado.
Esta presentación vino dada por su presidente del jurado, Francisco Florit, también catedrático de Lengua y Literatura en la Universidad de Murcia; Manuel Bravo, director general de la Fundación Biblioteca Virtual de Miguel de Cervantes, y Germán Vega, catedrático de Literatura en la Universidad de Valladolid: «Es una novela redonda como el mar, las ballenas y el mundo, y también redonda en su estructura», destacó este último, quien en una larga intervención sirvió de puente a la parte más emotiva del homenaje al rememorar momentos vividos en el pasado entre él y su alumno: «Recuerdo su bonhomía y su inteligencia, pero sobre todo que era zurdo: señal inequívoca en la vida de quien llegará a ser algo», sostuvo.
Vivir en la literatura
En la siguiente fase, separada por una lectura a cargo de Luis Miguel García, de Teatro Corsario, recordaron al autor, desde la cercanía, los escritores Óscar Esquivias y Vicente Álvarez, además del editor de Difácil, César Sanz, que intervinieron en un formato de brevísima mesa redonda. Visiblemente emocionado, este último (quien le publicara el poemario 'La casa del poema') recalcó cuánto admiraba en vida a quien «había aprendido a vivir en la literatura».
Álvarez recordó también desde el sentimiento algunos momentos vitales compartidos con el homenajeado a partir de dos fotos que los inmortalizaron juntos. Esquivias, finalmente, destacó «la intensidad con la que vivió tanto la literatura como el compromiso social». También la actriz de Teatro del Azar, Mercedes Asenjo, desarrolló algunas lecturas de obras de De la Huerga.
El acto concluyó con una intervención de la concejala de Cultura en funciones, Ana Redondo, además de con la entrega del recuerdo de la Feria en homenaje a De la Huerga, que recogieron su viuda, Ana Rojo y sus hijos.
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