Las neuras del Woody Allen escritor y los personajes que no quieren olvidar ni que les olviden
Las propuestas literarias de esta semana incluyen la novela más reciente del cineasta neoyorquino y dos historias de personajes apegados a la vida
Las sugerencias literarias de esta semana incluyen dos novelas que presentan a unos personas que, al borde de la muerte, se dedican a repasar sus ... vidas, para reivindicar lo que fueron ante la gran pregunta que les acecha en sus horas finales: ¿quién se acordará de mí cuando ya no esté? Y además, la novela más recientes de Woody Allen.
Publicidad
'Moon tiger', Penelope Lively
«La historia es desorden: muerte, barro y desperdicio» (204)
-
Moon Tiger Penelope Lively
-
Impedimenta 288 páginas. 22,95 euros.
El Moon Tiger, se explica en la página 106, «es una espiral verde que se va consumiendo durante toda la noche para repeler los mosquitos, dejando un largo rastro de ceniza gris». Y lo interesante viene a continuación, cuando Penelope Lively explica que «su brasa es un ojo que te hace compañía en la oscuridad abrasadora y plagada de mosquitos». Así que, este objeto que se consume pero deja un rastro, que ofrece algo de luz en medio de la oscuridad, es el que da título a esta novela que habla sobre qué papel jugamos en la historia y qué queda de nosotros cuando ya no estamos. «A menos que sea parte de todo, no soy nada» (272). Claudia Hampton es una divulgadora de la Historia (también ha sido periodista, reportera de guerra) que consume sus últimos días de vida en un centro asistencial. Pasa la mayor parte del tiempo adormecida, pero de vez en cuando recupera la lucidez para narrar su pasado, esos años que vivió intensamente como espectadora privilegiada de los conflictos bélicos más importantes del siglo XX. Allí quería estar para dar testimonio, para ser la voz que contara lo que ocurre, porque solo si hay testigos hay historia, porque la historia (también el presente, la actualidad) no existe si no hay nadie que la cuenta. Ese poder de la palabra para crear, reconstruir o armar mundos y pasados está en el núcleo de esta novela que ofrece unas reflexiones certeras sobre qué es un acontecimiento histórico y cómo llega desde hasta nosotros. «Ni el más heterodoxo de los historiadores -yo, por ejemplo- puede negar que el pasado se sostiene sobre determinados acontecimientos centrales e incontestables. Con la vida pasa lo mismo: tiene su núcleo, su centro» (98). Hay momentos clave en la historia de los pueblos y en las historias personales. Pero, al mismo tiempo, lo que nos configura muchas veces es todo aquello que queda en segundo plano y que rara vez aparece recogido en los libros de historia. O en nuestro historial médico (qué curioso que se hable de 'historial'). «Mi cuerpo registra ciertos acontecimientos: una autopsia revelaría que he tenido una hija, que me he roto algunas costillas y que me han extirpado el apéndice» (221). Pero hay mucho de nosotros (de nuestros deseos, odios, pasiones, aficiones...) que no aparece ahí recogido. Del mismo modo, la historia es más que el relato que suele llegarnos (el de «todas las voces que han logrado hacerse oír», 13). Porque lo que pasó a veces pasa sin dejar rastro. Siempre hay algo que se pierde por el camino, que se silencia o que se olvida. Así que Claudia, que durante toda su vida se dedicó a contar el presente y rescatar el pasado (periodista, historiadora), ahora que está a punto de morir se pregunta: ¿qué quedará de mí? ¿La ceniza de un Moon Tiger que ha ardido toda la noche o ni siquiera eso? La escena final es brillantísima, con un boletín de radio y la certeza de que todo seguirá, aunque nosotros ya no estemos para vivirlo o recordarlo. Y con la tristeza que supone saber que aunque el mundo siga, se perderá nuestra particular forma de narrarlo y percibirlo: «Nadie más ve el mismo paisaje que yo, ni oye los mismos sonidos ni conoce la misma secuencia de los acontecimientos» (98).
'La historia de Horacio', Tomás González
«La muerte del hombre que se ha gastado bien, como leña al fuego, es apacible. Del cuerpo viejo y consumido , el alma se eleva como el sol por la mañana. Pero la de aquel que todavía está demasiado vivo es lo más horroroso que pueda contemplarse sobre la tierra» (103)
-
La historia de Horacio Tomás González
-
Sexto Piso 176 páginas. 18,90 euros.
No es de extrañar que Tomás González haya convertido en coleccionista al protagonista de su libro. Horacio es un hombre que hace negocio con la compra y venta de antigüedades. Más con lo primero, ya que acostumbra a adquirir muchas cosas que luego amontona en garajes y trasteros, en su propia casa incluso, incapaz de desprenderse de ellas, como quien no quiere dejar atrás los recuerdos, como quien se aferra al pasado vivido. Horacio se agarra a esas pequeñas (o grandes) cosas que le hacen feliz (las vacas, su coche, la familia...), más aún ahora que sabe que está enfermo, que dentro de poco va a dormir. Siente cómo el mundo que a su alrededor tanto le fascinaba empieza a perder fulgor, que la oscuridad avanza y las heridas son cada vez más difíciles de curar. Es plenamente consciente de eso cuando le devuelven su coche preferido después de una temporada desaparecido. Cuando vuelve a sus manos, se debate entre «la inmensa alegría por recobrarlo y el horror por lo que le habían hecho» (83). Tiene los rayones de pintura, navajazos en los asientos, le faltaban piezas al motor... Y así, el lector aprecia un claro paralelismo entre ese chasis destrozado y el cuerpo de Horacio, cada vez más desvencijado. El hombre no quiere dejar esta vida («qué belleza, lástima, maldita sea», 172) ni abandonar a los suyos. El libro (publicado por primera vez en 2000 y recuperado ahora por Sexto Piso) tiene un enorme plantel de personajes secundarios (los hijos, compañeros, hermanos, amigos de Horacio). Eso da muestra de la vida plena del protagonista, pero también tanto nombre puede complicar la lectura, si no se está muy atento a quién es quién. Entre todos ellos, merece la pena destacar a Elías, fiel escudero de Horacio. Elías vivió en marzo de 1946 una tragedia que hizo que su mirada sobre la vida cambiara para siempre. Su hijo mayor falleció de leucemia, lo que hizo que «ciertas cosas que hasta entonces fueron importantes se empequeñecieran como por arte de magia» (106), mientras que comenzara a darle importancia a los pequeños detalles que hacen la vida mejor. Y esto es lo que quiere transmitirle a Horacio ahora que se asoma al final: «Le había aconsejado que viviera bien cada segundo (...), que se mantuviera enteramente en el presente en cada instante y no moriría jamás» (140). Esto le decía Elías, un escritor que «no había dejado nada de lo que se mueve bajo el sol sin admirar, ni piedra sin levantar» (13). Esta actitud y la de Horacio («no se entiende cómo puede estar tan apegado a algo que le hace temblar tanto», la vida, 9) son la compañía perfecta en este libro que cuenta la historia de un hombre aferrado a una vida que quiere vivir, con plena satisfacción, hasta el suspiro final.
Publicidad
Noticias relacionadas
'¿Qué pasa con Baum?', Woody Allen
«Las críticas, por muy bien escrita y llenas de ideas sofisticadas que estuvieran en apariencia, siempre se deducirán a la mera opinión» (15)
-
¿Qué pasa con Baum? Woody Allen
-
Alianza 216 páginas. 20,50 euros.
Asher Baum es un escritor hipocondríaco, claustrofóbico, envidioso e inseguro, que habla consigo mismo en voz alta para intentar convencerse de que el mundo a su alrededor es seguro, de que nadie conspira contra él, de que las críticas negativas hacia sus obras no son fruto de campañas de revancha, sino que, tal vez, sencillamente es que no es un buen novelista, que nunca llegará a estar al nivel de sus autores fetiche (Kafka, Dostoievski). Su inseguridad se acentúa cuando el hijo de su pareja comienza abrirse camino en la literatura con unas obras que logran el aplauso de la crítica y el beneplácito del público. Un misil en su pura línea de floración. Pero es que, al mismo tiempo, una periodista le acusa de acoso por su comportamiento durante una entrevista de promoción de su último libro. Otro misil. A partir de aquí, se desarrolla una novela que si no estuviera escrita por Woody Allen nos recordaría a Woody Allen. Nueva York como escenario, un personaje lleno de manías, unas extrañas relaciones con sus ex (se enamoró de la gemela de su primera novia, la pareja de su hijastro se parece mucho a una de sus ex) y un humor que empapa cada una de las páginas de esta novela que enfrenta a la literatura comercial con la 'elevada' y a una generación en duda con su legado y otra que lo construye a costa de lo que sea.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión