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Jorge Praga, en la Casa Museo de Cervantes.
Praga indaga en la «maldición cinematográfica» del ‘Quijote’

Praga indaga en la «maldición cinematográfica» del ‘Quijote’

El crítico participó ayer en el ciclo de conferencias ‘Lunes de cine con Cervantes y Shakespeare’

Victoria M. Niño

Martes, 15 de marzo 2016, 16:19

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La suerte de DonQuijote en el cine ha sido analizada por Antonio Santos, Esteve Riambau y ayer, por Jorge Praga, que cierra la aportación cervantina a los Lunes de cine con Cervantes y Shakespeare. El crítico vallisoletano analizó la vida de Don Quijote en la pantalla; empeños, fracasos y renuncias. «Las tres son palabras del Quijote, porque él y Sancho se empeñan en sus aventuras, que les llevan a fracasos y renuncias en su vida cotidiana, aunque finalmente a lo que se ven abocados es a renunciar a sus aventuras». A pesar de las posibilidades del clásico español, «la mayoría de las adaptaciones cinematográficas son rutinarias, literales, de poco vuelo», dice Praga.

El profesor de la Cátedra de Cine eligió tres referencias: El eterno proyecto sobre El Quijote de Terry Gilliam, la película de Albert Serra Honor de Cavalleria (2006) y el corto de Manoel Oliveira O vehlo do restelo. «El primero es un empeño hasta ahora marcado con el fracaso, pero recientemente Gilliam ha anunciado que en septiembre lo retoma con patronazgo de Amazon y exhibición una vez terminada en Internet. Va por el séptimo guion. Quería recoger la locura de Don Quijote en las Bárdenas y al poco de empezar a rodar hubo una tormenta que lo destrozó todo. Lo cuentan en un documental. Al protagonista le entra una hernia discal por cabalgar. Luego elige a John Hurt como protagonista y le diagnostican un cáncer de páncreas. Ya pesar todo, el hombre sigue con la intención de hacer la película», explica Praga, colaborador habitual de El Norte.

El segundo ejemplo es la película de Albert Serra. «Esta tiene que ver con la renuncia. Es una película alejada de las versiones estándar. Arrincona la acción tradicional para entrarse en un vaciado, en tiempo intrascendente entre aventura y aventura, los momentos de comer, bañarse en el río, conversar. Serra trata de hacer algo nuevo, aunque la renuncia a la anécdota deviene en una película un poco tediosa».

Alonso, Teixeira, Castelo

Y del tiempo intrascendente de Serra al más fructífero de Cervantes y de Manoel de Oliveira. «Es curioso porque en ambos casos hacen lo mejor de su obra cuando ya están jubilados. En el caso de Cervantes en sus últimos diez años de vida, en el caso del portugués entre los 75 y los 100 años. Son artistas a destiempo». El director portugués «se despidió de la vida con un corto rodado en el jardín de su casa. En un banco convoca a Camões, Don Quijote, Teixeira de Pascoaes y Camilo Castelo Branco y hablan. El viejo al que alude el título es un personaje de Camilo que se ríe de los victoriosos. Es una película muy quijotesca que se abre con la portada y se cierra con la contraportada del viejo ejemplar de El Quijote, ilustrados por Doré, de Oliveira», dice Jorge, que antes aclaró que fue el libro con el que aprendió a leer el director y que posteriormente estrechó lazos con España, donde estudió.

El profesor Praga eligió varios fragmentos de las películas. En el caso de la de Guilliam, proyecto aún, se sirvió del documental sobre el rodaje imposible, cuando la tormenta acaba con todo. En el caso de Albert Serra, varias escenas a la orilla del río donde Alonso y Sancho conversan y se bañan. Y también las imágenes del dialéctico encuentro entre cuatro personajes frente a la cámara del luso.

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