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Roger Olmos, junto a su perro. El Norte
Roger Olmos: «No tolero que un libro infantil mienta sobre la realidad»

Roger Olmos: «No tolero que un libro infantil mienta sobre la realidad»

Un centenar de sus originales se exponen en la muestra 'Un poquito de media vida' en el LAVA

Victoria M. Niño

Valladolid

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Viernes, 28 de junio 2019, 17:48

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Dejó la publicidad cuando le empezó a incomodar tener que «engañar al comprador». Y ese es el límite de Roger Olmos en la ilustración infantil, «no tolero que un álbum mienta sobre la realidad porque tiene una función educativa». El dibujante catalán es uno de los seis maestros llamados a participar en el próximo festival Vilustrado que se celebrará del 4 al 7.

Roger Olmos (Barcelona, 1975) comenzó en la ilustración científica para el Instituto Dexeus y después compaginó la publicidad con los álbumes. «Me encargaban sobre todo dibujos relacionados con la alimentación. Cuando empecé a conocer qué había detrás de la producción industrial, por ejemplo, de un yogur, o de la producción de determinadas marcas de ropa, lo dejé. Es como si te mandan hacer un documental de un campo de concentración como si fuera un campamento de verano». Hace once años que su consciencia sobre la producción alimentaria a gran escala le llevó a tomar conciencia de su ingesta y se hizo vegano. Desde esa perspectiva y desde «el respeto y la empatía» no quiere engañar a su público. «No puedo pintar unas ocas felices en unas granjas donde se les ceba para producir foie, ni elefantes sonrientes en jaulas desde las que saludan a los niños. Hay temas delicados que no deben banalizarse. El lugar feliz de un animal es su ecosistema o una reserva natural, no un circo ni un zoo», explica el ilustrador de 'Tío Lobo' (Kalandraka) que fue incluido en la selección White Ravens de la Internationale Jugendbibliotek de Munich. «Si queremos hablar de la realidad de esos animales tendrá que ver con sus ganas de escapar. No tiene sentido un oso polar en el zoo de Barcelona».

La mayor parte del trabajo de este artista 'freelance' ilumina textos ajenos, aunque con la editorial italiana Logosedizioni ha publicado algunos álbumes su factura completa. «Ahí puedo meter más el dedo en la llaga. Por ejemplo hice uno sobre la protección de los animales, otro sobre el alzheimer, otro para una ONG sobre la ceguera. 'Lucía'es la historia de una niña ciega y para trabajarla conviví con ellos y en el taller de un escultor ciego. Me di cuenta de cómo percibían ellos la realidad de una manera total, sin los prejuicios estéticos de los videntes. Nosotros percibimos solo por los ojos, ellos, a través de los otros cuatro sentidos».

Audiencia esponja

Ha firmado varios libros con Roberto Aliaga y ganaron el Premio Lazarillo con 'El príncipe de los enredos' (2008), pero su condición de 'freelance' le lleva a trabajar con muchos escritores y para distintas editoriales. «Manda el editor que es quien te da un texto porque quiere tu estética. Los hay que marcan pautas y los hay que dan libertad. Yo intento absorber el texto, meterme en los personajes, ir más allá y contar con mi dibujo lo que el autor omite. Mi visión suele tener un punto de melancolía por la composición, la luz y la psicología de los personajes. Quiero acercar al lector lo que quizá no puedan darle las palabras».

En su taller del Vilustrado ahondará en la conferencia en cómo afronta el trabajo. «Evito dibujar aquello me va a doler ilustrar, que suele ser aquello que quiere engañar al público. Nos dirigimos a una audiencia que es una esponja, estamos educando y hay que explicar determinadas cosas. Abordaré el lenguaje de la imagen y cómo puede enriquecer un texto, hasta poder prescindir de él y entender la historia. La práctica girará en torno a cómo hacer nuestra una historia ajena, cómo personalizarla. Les daré tres minicuentos y deberán elegir uno para plantear con grafito el dibujo, desarrollar una secuenciación y terminar con una imagen a color. Me interesa más ver cómo trabajan que el resultado final».

Con la agenda llena de encargos a casi dos años vista, Olmos reconoce que «casi digo 'sí' a todo». No ha trabajado para Estados Unidos «pero ya con la negociación de cesión del cuento 'Chester, el oso extraterrestre' desde la editorial inglesa a la norteamericana tuve bastante. Si que se le vea el culo a un personaje en la ducha o a otro tirándose un pedo es un problema, mejor no intentar ese mercado. Otra vez me encargó otra editorial unos dibujos para un cuento en el que me habían siluetado en hueco para los personajes e indicados condicionantes de colores y actitudes en cada uno. Les dije que mejor hicieran una silueta de puntos y que el lector lo terminara uniéndolos. Creo que protegemos demasiado a los chavales y cuando se topen con la realidad el golpe será demasiado fuerte», cuenta el autor de 'La vida de los monstruos' (Astronave) y 'Chester, el oso extraterrestre' (Atila).

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