El Museo Nacional de Escultura presenta ocho relieves y tallas restauradas de Alonso Berruguete

Durante la presentación de las obras que se pueden ver hasta el 19 de abril, la directora del museo, María Bolaños, vinculó la muestra con la que se está celebrando en la National Gallery de Washington, que tendrá continuidad el próximo mes en el Meadows Museum de Dallas. En ambas citas Alonso Berruguete es el protagonista como 'primer escultor del Renacimiento español', según reza el título de la exposición, en la que colabora el museo vallisoletano con el préstamo de 23 piezas del retablo de San Benito y otras tres pertenecientes al de la iglesia de Santiago Apóstol.

«Hay que felicitar al equipo de restauradores, analistas y técnicos que han participado en este proyecto por los resultados obtenidos», señaló Bolaños.

Al acto asistió el director de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Gumersindo Bueno, quien destacó que en Castilla y León «tenemos unos recursos patrimoniales excelentes, capaces de hacer que la gente se desplace para disfrutarlos».

El conjunto artístico exhibido se compone de los relieves de los donantes Diego de la Haya y Catalina Barquete, las esculturas de la Virgen con el Niño, la Anunciación y la Natividad, el grupo del Calvario, y los medallones de San Pedro y San Pablo. Este montaje escultórico se completa con el triple grupo de la Epifanía, actualmente en las salas de la National Gallery de Washington.

«En 1537 Alonso Berruguete contrataba, con el banquero Diego de la Haya, un retablo para su capilla funeraria en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol», recuerda Manuel Arias, subdirector del museo. «La estructura suponía una novedad, pues el cuerpo principal, dedicado a la Epifanía, se concibe como un escenario teatral abierto. Además, se da la circunstancia de que dos de los nietos del banquero Diego de la Haya se casaron con dos hijas de Alonso Berruguete».

Calificó como «rareza» la inclusión de las tallas de los donantes en la iconografía del artista palentino, que apenas se prodigó en representaciones profanas. Concebidas para ser contempladas en la distancia ante el altar, las figuras se pueden apreciar ahora al detalle, de cerca y a la altura de los ojos. El retablo de la Epifanía no fue incluido en el catálogo de obras de Alonso Berruguete hasta 1913, cuando una investigación del cronista de Valladolid Juan Agapito Revilla documentó el contrato del banquero que lo encargó para su capilla funeraria y la de su esposa, Catalina Barquete.

Como complemento a la exposición, un documental muestra la trayectoria del artista y sus obras en Toledo, Salamanca y Valladolid a través de imágenes insólitas grabadas con la ayuda de un dron. En julio, cuando retorne de EE UU el tríptico del retablo, se podrá contemplar la pieza completa con las figuras restauradas.