El Museo de Escultura ultima 'Non finito', su próxima exposición temporal
El arte de lo inacabado a través de seis gabinetes, que contendrán 90 obras de 40 prestadores, llenará el Palacio de Villena hasta enero de 2022
Comenzó a gestarse en 2016 y hasta lo que parecía interminable tiene un final. El Museo Nacional de Escultura abrió las puertas del Palacio de Villena para ver el montaje de la sala 'La erosión', una de las seis que forman la exposición 'Non finito. El arte de lo inacabado' que se inaugurará el día 22.
Este gabinete acoge la obra seminal de la muestra, el 'Torso del Belvedere', una copia que guarda la Casa del Sol, dedicada a reproducciones clásicas. Considerada perfecta a pesar de la mutilación de sus extremidades y cabeza, preside la sala que esta mañana recibió a la 'Señora de Mogrovejo', una talla del propio Museo, con el rostro y manos informes por el tiempo, una obra íbera del Museo de Jaén, una escultura que lució la fachada de la Catedral de Ávila hoy expuesta en su interior y una fotografía de José Manuel Ballester que recrea 'La primavera' de Boticelli sin la concurrencia de sus personajes. La carencia, la pérdida, y sin embargo obras que evocan lo que apunta Plinio desde la pared: «Emocionados por un tierno dolor a la vista de estas obras maestras, les prestamos lo que falta, suplimos nuestro deseo, leemos en la obra toda la pureza del genio que la concibió, vemos en ellas todas las bellezas que iban a brillar».
Carles Guri, el diseñador que ha puesto en escena la idea de la comisaria, María Bolaños, directora del Museo Nacional de Escultura, ha concebido cada sala como un gabinete de curiosidades manierista y otorgado un color a cada uno. «Hemos optado por mesas que son estructuras al aire, se ven las soldaduras, sobre ellas peanas con la idea de lo inacabado, que se vea el proceso, como si estuviéramos en el taller del artista». De hecho el caballete es el centro de una de las salas. La dedicada a la Torre de Babel, ese proyecto fracasado de la humanidad, gira en toro al cuadro de Brueghel, prestado por el Prado. «El azul envuelve a la sección de Babel, con esa idea de verticalidad, de infinito. El verde es más obvio, es el color de la sección de 'Metamorfosis', lo natural. Son colores neutros que caminan hacia el infinito del blanco, hacia la luz, donde están piezas contemporáneas como la 'Cinta de Moebius'».
La exposición es fruto de la colaboración del Museo Nacional de Escultura y de la Fundación la Caixa. Se estrenó en Palma de Mallorca y tras Valladolid, viajará a Zaragoza. Entre los 40 prestadores están el British Museum, el Pompidou, el Prado, la Thyssen, el Arqueológico, el Herreriano, y colecciones privadas como la Abelló o La Caixa. En ella se darán cita obras de Tiepolo, Picasso, Ingres, Salzillo, Beuys, Duchamp, Gargallo, El Greco, Rembrandt, Ernst, Van Gogh, Goya, Fellini o Keaton. Esculturas, pinturas y películas compartirán gloria con planos, proyectos, grabados, maquetas. Todos tienen en común su factura inacabada, a veces por circunstancias externas, a veces por voluntad del artista. La evolución de ese concepto en el arte vertebra la propuesta.
