Mundos soñados para un futuro incierto
El Museo Nacional de Escultura apuesta por la mirada utópica frente a las incertidumbres en su programa estival de actividades culturales
El Museo Nacional de Escultura vuelve a la actividad en verano con un conjunto de actividades que giran en torno a la mirada utópica y ... los mundos soñados. En tiempos de incertidumbre y dudas sobre el futuro, el equipo que dirige María Bolaños ha apostado por iniciativas que ayuden a abrir la mente, y que nos recuerden que la búsqueda de otros mundos posibles, o ideales, siempre nos ha acompañado como especie, y como individuos.
Con esa finalidad, el Museo organizará durante todo el verano pequeñas charlas sobre obras singulares que permitirán revisar la colección del museo desde esta clave idealista e imaginativa. «Nos pareció buena idea en este momento ver cómo el problema de las pestes y las epidemias, por un lado, y de los mundos soñados o ideales, por otro, se refleja en el arte y en nuestras obras. Vamos a releer nuestra colección desde esa perspectiva», explica María Bolaños. Una mirada que, a modo de ejemplo, permitirá interpretar el mundo del eremitismo, tan presente en la colección, «como una vuelta a la naturaleza en busca de un cierto ideal de interioridad y de misticismo». Entre 30 y 40 obras de la permanente y del Museo de Réplicas podrán contemplarse con estos nuevos ojos en pequeñas charlas abiertas al público que se celebrarán los miércoles, jueves y viernes a las 12 horas.
¿Por qué volver a las utopías justamente ahora? La respuesta de María Bolaños es clara: justamente por la inquietud que nos embarga en torno al porvenir. «Todos estamos preocupados por el futuro. Creemos que habría que cambiar algunas cosas, pero no estamos seguros de que el mundo sea capaz de reconducirse. No sabemos si la experiencia que hemos vivido nos va a servir de aprendizaje o vamos a volver a la vieja normalidad de las prisas y del turismo masivo. Esta reflexión nos llevó a la idea de las utopías, entendidas en un sentido amplio, y a las distopías».
El grueso de la actividad estival, no obstante, se apoyará en la recuperación de dos exposiciones de éxito. La primera, «Miró, la musa blanca', tuvo que cancelarse antes de tiempo debido al cierre de actividad decretado por el estado de alarma. «Son obras que en muchos casos no se han visto nunca y que no será fácil volver a ver. Por otra parte, la exposición estaba ya montada y nos parecía que merecía una nueva oportunidad de ser vista», explica la directora. «Además, confiamos en que pueda atraer a un público diferente, como el que visita la ciudad durante el verano». Afortunadamente fue posible obtener autorización de la familia para prolongar el permiso que habían concedido, con lo que la treintena de modelos en yeso que se exponen, y que muestran el mundo de evocaciones poéticas de Miró, podrán verse hasta el 27 de septiembre, en horario de 10 a 14 horas.
La otra gran exposición que se recupera es 'Almacén. El lugar de los invisibles', que podrá contemplarse hasta el 25 de octubre. Se trata de una de las muestras que ha logrado más repercusión, y mejor aceptación, pese a que, por sus características, ni ha podido viajar a otros centros museísticos, ni se prevé que lo haga. Su revisión de las obras 'olvidadas' del museo, las que no se exponen habitualmente, por ser piezas no tan singulares, o no tan excepcionales, pero que cobran un inusitado interés por el modo como se exponen y se muestran, ha cosechado un éxito inesperado que ya obligó a prolongar la muestra, y que ahora extiende aún más su capacidad de sugestión y sugerencia.
«La colección del museo es una colección de náufragos, es lo que la cultura ha logrado salvar de la historia. Y en Almacén quisimos exponer también esos restos del naufragio, esos muñones de arte que no llegaron a cobrar forma plena. Eso también ha sorprendido gratamente». Y podrá seguir sorprendiendo a nuevos y viejos espectadores durante otros cuatro meses más.
Por otra parte, la exposición se ve completada por una muestra de Eva Lootz, concebida para el Museo Patio Herreriano y el Museo de Escultura, que propone una lectura del reverso de los monumentos y la agonía de las lenguas, desde una visión crítica de la noción de progreso.
La reflexión sobre el futuro y sus incertidumbres desbordará los límites del verano y llegará hasta octubre. El encuentro «Museos. Seis propuestas para este milenio», en título que evoca el de un célebre ensayo de Italo Calvino, reunirá los días 2 y 3 de octubre a expertos, artistas e historiadores para intentar desbrozar las dudas que también aquejan a los centros expositivos. «Con motivo de la pandemia se ha abierto un gran debate sobre los museos de futuro, si deben seguir apostando por exposiciones multitudinarias o explorar otras vías. También hay que pensar sobre el futuro de lo digital, que tan útil ha sido durante el confinamiento, pero sobre el que todavía no sabemos bien qué lugar debe ocupar. De todo eso se hablará en el encuentro».
Un gesto de agradecimiento
Uno de los programas más llamativos del retorno a la actividad del Museo Nacional de Escultura es el que ha sido denominado Visitas esenciales, una serie de cuatro visitas guiadas por la colección del centro. No es una oferta dirigida al gran público, sino que su destinatario es uno muy concreto: los trabajadores esenciales «que han cuidado de nuestro bienestar esta primavera», según la justificación que ofrece la dirección del centro, en alusión justamente a la pandemia que tanto ha alterado la vida de las ciudades, y del país, durante los últimos meses. Es, por tanto, una invitación dirigida a sanitarios, personal de las fuerzas y cuerpos de seguridad, limpieza, personal de museos… Todos ellos podrán disfrutar, dentro de las inevitables limitaciones de aforo, de una visita exclusiva y gratuita, junto a sus familias y amigos, guiada por los expertos del Museo. Serán los días 2 y 9 de julio, a las 18 horas, y los días 7 y 14 a las 11 de la mañana.
En alas de la música
El hilo conductor de los mundos soñados o imaginados, que guía el conjunto de las actividades del periodo estival encuentra una peculiar encarnación en un mini ciclo de tres conciertos de música clásica, en formato de cámara, que se desarrollará al abrigo del silencio de la noche en el Patio del Colegio de San Gregorio. «La música clásica contiene su propia utopía. Nos permite viajar más allá de las fronteras de nuestras vidas y nos recompensa con el sentimiento de vivir una realidad excepcional», explican los responsables del museo en su página web. «Oír, en medio de la noche, el cello de Bach, los cuartetos de Beethoven o grandes arias napolitanas es, hoy, un lujo». Tres recitales lo harán posible: el del Cuarteto Ribera, el día 17; el programa de cello solo de la intérprete Amarilis Dueñas, el martes 21; y el recital vocal de la soprano Laura Sabatel, el jueves 23. Todos ellos a las diez de la noche en el Patio del Colegio de San Gregorio.
Arte para un mundo ideal
El ciclo de charlas de iniciación a las obras de su colección que el Museo ya puso en marcha en veranos anteriores se retoma en éste, de nuevo con el hilo conductor de la utopía. Al foco de esa luz se seleccionarán las obras del museo que serán objeto de comentario por parte de los distintos conservadores del museo. «Eremitas del desierto, lugares míticos, paraísos naturales, santos visionarios… Cada día, en una breve charla, un experto del museo te ofrece su personal interpretación de una obra de arte, a la luz de esa lectura utópica que conduce nuestro verano», explica la dirección. Los ejemplos sugeridos permiten entrever la amplitud de miras y perspectivas con que el término utopía ha sido interpretado en esta y las otras iniciativas estivales. Las charlas serán, en principio breves, de 15 minutos de duración, y tendrán lugar todos los miércoles, jueves y viernes a las 12 de la mañana. La entrada es libre y no es necesario inscribirse previamente.
La mirada de Maldonor
Como complemento a la exposición principal 'Miró. La musa blanca', el Museo proyecta el cortometraje 'Miró, pintor' (Miró, peintre) de 1980, realizado por la cineasta Sarah Maldonor. La artista francesa, de ascendencia africana, falleció justamente en el mes de abril, víctima del coronavirus, y está considerada una pionera del cine de la negritud y del cine anticolonial y feminista. El cortometraje fue realizado para la serie televisiva Hoy en Francia (Aujourd´hui en France). El comentario de una exposición del artista en la Fundación Maeght ofrece a Maldonor la ocasión para acercarse al pintor surrealista desde sus propias preocupaciones: el teatro, la interrelación entre las artes y la transformación de la experiencia infantil a través del arte. «El conjunto resulta como una obra de Joan Miró trasladada a la vida real», explica el Museo en su web. La proyección será el viernes 11 de julio a las 11.30 horas en la Casa del Sol, con entrada libre.
Cine distópico y pincha discos
La otra cara de la utopía, la distopía, y su reflejo en el cine será el objeto de un mini ciclo de proyecciones en agosto. Las películas elegidas son Farenheit 451, de Francois Truffaut; Alphaville, de Jean Luc Godard; e Hiroshima mon amour, de Alain Resnais. La proyección de esta última quiere recordar los 75 años de la terrible explosión atómica que la inspira. Unas semanas antes, el 16 de julio, los aficionados a los pincha discos, los dj, podrán asistir a un taller gratuito, de aforo limitado, en el que se explorarán las posibilidades de reconstrucción y de recreación de temas conocidos de la historia de la música ligados, de un modo u otro, al tema de los mundos soñados que inspira el programa estival. «Todos los mundos imaginados atesoran diferente sonoridad. La evolución de la historia de la música y de sus estilos a golpe de aguja», explica la organización en su web. El taller abordará también aspectos técnicos relativos al mundo dj.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión