Una exposición colectiva aboga por 'sentir' antes que 'comprender'

La exposición, que podrá verse hasta el 28 de julio en el horario habitual de la fundación (los viernes y sábados de 19.30 a 21.30 y los sábados y domingos de 12.00 a 14.00), recoge así las apuestas artísticas de once profesionales de diferentes disciplinas cuyo grueso ya se ha reunido en esfuerzos colectivos previos para ardides de similar naturaleza. El último, bien reciente, tuvo lugar en el espacio expositivo local Puerto Chico, bajo el título singularmente parecido 'Variedad para cada mirada', y se desarrolló a lo largo del pasado mes de mayo.

A aquellos diez se ha sumado, para esta ocasión, el artista Fege, que propone un atrevido montaje relieve con el ánimo de «descontextualizar el arte de los museos», de acuerdo a palabras de la organización en el día inaugural, un canto al dibujo urbano y al grafiti con un particular giro: la figura de las palomas que, con sus excrementos, suponen de alguna manera las pioneras en estas peculiares manifestaciones pictóricas de los espacios públicos.

Que el arte arroje un mensaje puede tener más o menos importancia; lo que verdaderamente cuenta, defiende 'Miradas diversas', es la respuesta del espectador a sus bien distintas propuestas, se comprendan o no, resulta irrelevante. Así, la frase titular se vuelve polisémica al recaer la responsabilidad tanto en el abanico de discursos ofrecidos como en la multitud de reacciones posibles a esa colección de obras de arte. Un toque de diversidad que pone el bagaje y características de sus creadores (edad, sexo, maneras de entender el arte) como las distintas formas de expresar sus perspectivas (materiales, disciplinas, relatos...).

Así, hay dibujos individuales como el de Oz Art ('Orígenes'), duplas como las gambianas 'Dar' y 'Recibir', de Yusupha Gai, o secuencias como la de José Miguel Travieso, que recrean distintas escenas tribales en tres actos ('Música', 'Amenaza' y 'Derrota'). También se encuentran los 'Diálogos mudos' de Domiciano Brezmes, distintas apuestas expresionistas que, en sus palabras, suponen «silencios pactados, momentos en los que sobra hablar».

Frente a los trabajos biodegradables de Perry o la minimalista colección doméstica de quien se esconde tras el pseudónimo artístico 'La familia bien, gracias' están los relieves de Antonio Merayo. También la artista Carmen Madreñarroja propone una almohada que simula los motivos estrellados de un cojín con lino y cardos.

Con todo, no hay artistas que se resistan a tratar de 'explicar' alguna de sus obras. Es el caso de Muskariart, que define su 'Influencer', un mendigo hecho a relieve con tornillos a distintas alturas, como una «crítica a las redes sociales, a lo frío, a lo que equivale no tener Me Gusta o seguidores: al no tener nada». También Karen, que traslada su ansiedad diagnosticada a distintos modos de contarlo, desde una pieza de metal que se hunde en la madera hasta una mano borrosa, pasando por una fotografía difuminada en un inteligente juego de grises y rojos que refleja la ansiedad social: «Se enmarca en un momento histórico, porque aunque todos la hemos vivido a lo largo de nuestra vida, es indudable que es algo generacional», dice.